domingo, 26 de septiembre de 2010

EL SANTO ROSARIO ES PODEROSA PROTECCIÓN.


El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.No solo promete gracias a quien rece el Santo Rosario, sino también a quien lo lleve permanentemente consigo...


1- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, los llevaré hasta Mi Hijo.

2- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, los ayudaré en sus empresas.

3-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, aprenderán a amar la Palabra y la Palabra los hará libres. Ya no serán esclavos.

4- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, amarán a Mi Hijo más y más.

5- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán un conocimiento más profundo de Mi Hijo en sus vidas diarias.

6- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán un deseo profundo de vestir con decencia para no perder la Virtud de la modestia.

7-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, crecerán en la virtud de la castidad.

8-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán una conciencia más profunda de sus pecados y tratarán sinceramente de enmendar sus vidas.

9-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán un profundo deseo de difundir el mensaje de Fátima.

10- Sobre todos que lleven piadosamente el Rosario, derramaré las gracias de las que soy medianera.

11-Todos que lleven piadosamente el Rosario, serán llenados de un profundo deseo de rezarlo y meditar sobre los misterios.

12- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán paz en sus vidas diarias.

13-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, serán reconfortados en momentos de tristeza.

14- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, se les concederá el poder de tomar decisiones sabias a través del Espíritu Santo.

15- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, los llenaré de un profundo deseo de llevar el Escapulario café del Monte Carmelo.

16- Todos los que lleven piadosamente el Rosario, venerarán Mi Inmaculado Corazón y el sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.

17-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, no tomarán el nombre de Dios en vano.

18-Todos los que lleven piadosamente el Rosario, tendrán una profunda compasión por Cristo crucificado y crecerán en su amor por El.

19- Muchos de los que lleven piadosamente el Rosario, serán sanados de enfermedades físicas, mentales y emocionales; así que llevadlo a los enfermos y moribundos.

Material Gentileza de Nuestro Hermano Sacerdote Padre Carmelo Hernández Desde Tenerife España.

Un hombre rico que se vestía de púrpura… ¿dónde está nuestra solidaridad?.


Amós, 6,1.4-7; Sal. 145; 1Tim. 6, 11-16; Lc. 16, 19-31.


Al terminar de escuchar la parábola quizá una reacción espontánea que nos pudiera surgir sería decir ‘bien merecido se lo tenía…’ No había sido compasivo y misericordioso con el pobre mendigo que tenía a su puerta, bien le viene, podemos pensar, lo que le está pasando al rico epulón.
Pero ya sabemos, cuando escuchamos la Palabra de Dios no es para que hagamos juicios condenatorios contra los demás, aunque siempre haya que condenar el mal, sino para que nos miremos a nosotros mismos y tratemos de descubrir qué es lo que el Señor quiere decirnos de forma concreta a nosotros.
No sé si éste será el camino más correcto de interpretación de la parábola, pero pensemos en lo que nos sucede a nosotros mismos muchas veces. Cuando vemos una casa lujosa, una bonita mansión, nos puede suceder que surja una como cierta envidia en nosotros y un deseo desde nuestro interior de poder vivir allí, de disponer de esas comodidades y lujos, de apetecer una vida sibarita y de confort.
Es, digo, una posible tentación y no digo que a todos suceda igual. Pero sí podemos preguntarnos cuál es el estilo de vida con el que soñamos, y qué es lo que apetecemos y deseamos. Y cuando vemos el derroche de muchos, en esta sociedad de bienestar y consumismo en el que vivimos, ¿no nos preguntamos si es necesario todo eso para ser verdaderamente felices? Es cierto que no vamos a vivir en una cueva y en medio de miserias y todos merecemos una vida digna, pero la pregunta estaría que es lo que verdaderamente necesitamos para esa vida digna.
No quiero aparecer demasiado radical pero son en el fondo preguntas que me hago a mi mismo en nombre del evangelio. La descripción que nos hace Jesús en la parábola del ‘hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día mientras el mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico’, refleja también los grandes abismos que sigue habiendo en nuestra sociedad y en nuestro mundo entre pobres y ricos, entre primeros y terceros y cuartos mundos, como ahora se les llama. Tantos abismos que de una forma o de otra muchas veces ponemos entre nosotros cuando nuestras relaciones humanas no están llenas de verdadero amor.
Abraham le dice al rico que está en el infierno que entre ellos ‘se abre un abismo inmenso que no pueden cruzar, aunque quieran’ es el reflejo duro de los abismos que nos creamos los hombres entre unos y otros, entre pobrezas y riquezas, entre derroches y despilfarros y miserias y muerte de hambre por otro lado a un lado y otro de nuestro mundo.
Es toque de atención, es llamada a nuestro corazón, es una invitación a una búsqueda de caminos de solidaridad verdadera y de justicia en las relaciones entre los hombres y los pueblos.
Es toque y llamada de atención para que analicemos el valor que le damos nosotros a las cosas y para despertarnos de un mundo egoísta que se convierte en injusto cuando acaparamos sólo para nosotros mismos y no somos capaces de abrir los ojos para ver la necesidad de los demás y movernos desde lo hondo de nuestro corazón a un compartir generoso y, repito, en justicia con los hombres que son mis hermanos.
Ese toque y esa llamada de atención que puede convertirse la parábola para nosotros es una invitación a la conversión. En la parábola aquel hombre desde el abismo de su infierno le pedía a Abrahán que enviara a Lázaro a casa de sus hermanos para que no vivieran de la misma manera que vivía él. ‘Te ruego que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan ellos a este lugar de tormento’. Ya escuchamos lo que les dice Abrahán: ‘Tienen a Moisés y los profetas; que los escuchen… porque si no escuchan ni a Moisés ni a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto’.
Un milagro para creer, un muerto que resucita o que se aparece... buscamos también nosotros muchas veces milagros para convencernos de lo que tenemos que hacer. Tenemos el milagro de la Palabra de Dios que cada día podemos escuchar y es la que tiene que mover nuestro corazón. Con sinceridad tenemos que escucharla. Con fe tenemos que abrir nuestro corazón a la Palabra que el Señor quiere dirigirnos. Cuánto más cuando tenemos toda la experiencia de Jesús muerto y resucitado por nosotros para manifestarnos todo el amor que Dios nos tiene.
Es ese amor de Dios el que tiene que movernos. Es en ese amor de Dios donde tenemos que aprender esos caminos de solidaridad y de amor. Es en ese amor de Dios donde tenemos que dejar que nuestro corazón se transforme. Porque no podemos unir ese amor de Dios con el culto que le queremos dar y una vida de derroche y de injusticia, en la que falte además la compasión y la solidaridad. Es lo que denuncia el profeta Amós en la primera lectura. ‘Se fían de Sión y confían en el monte de Samaria – dos lugares de culto a Dios para los israelitas -, y os acostáis sobre lechos de marfil, arrellenados en divanes… bebéis vino en copas, os ungís con perfumes y no os doléis del desastre de José…’ Lo mismo que el rico de la parábola.
La carta de Pablo a Timoteo nos da pautas de por donde ha de ir nuestra vida. ‘Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza… combate el buen combate de la fe… conquista la vida eterna a la que fuiste llamado…’ Justicia, piedad, fe, amor, paciencia, delicadeza… virtudes que hemos de cultivar en nuestra vida, que manifiestan esa conversión, ese cambio, que estamos realizando; pero virtudes que queremos vivir también con la esperanza que da trascendencia grande a todo lo bueno que hacemos. ‘Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado… guarda los mandamientos sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo… Rey de reyes y Señor de los señores…’
En la oración habíamos pedido que ‘derramara incesantemente sobre nosotros su gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo’. Y en la oración final vamos a pedir que con la fuerza de la Eucaristía que estamos celebrando y de la que nos alimentamos ‘participemos de la herencia gloriosa de Jesucristo, cuya muerte hemos anunciado y compartido’. Que por nuestra compasión, nuestra solidaridad, el amor que tengamos a los demás merezcamos ser llamados en el día final a participar del Reino eterno que Dios nos tiene preparado.

domingo, 19 de septiembre de 2010


Material Enviado Desde Tenerife España. Por Nuestro Amigo el Presbítero Padre Carmelo Hernández.


Los pobres sean nuestros valedores para abrirnos las puertas de las moradas eternas.


Amós, 8, 4-7; Sal. 112; 1Tim. 2, 1-8; Lc. 16, 1-13


Quizá podríamos comenzar preguntándonos si ponemos en las cosas de Dios el mismo interés, la misma intensidad que ponemos en los negocios humanos. Cuando en la vida nos vemos apretados por problemas o dificultades buscamos una salida, una solución sea como sea. Pero la pregunta está en si buscamos lo que de verdad vale en la vida, lo que nos da auténtica ganancia, lo que tiene trascendencia eterna, si buscamos de verdad a Dios, su Reino y su justicia.
Jesús nos propone una parábola que podría dejarnos desconcertados si no sabemos leer cuál es su verdadero mensaje. Un administrador injusto al que le pide el amo que le rinda cuentas y como sabe que las cosas no marchan bien se vale en su astucia de mil corruptelas para tener un refugio cuando caiga en desgracia. No alaba Jesús las corruptelas de este hombre, alaba su astucia y nos plantea si nosotros en verdad ponemos todo el empeño en encontrar la salvación. ‘El amo felicitó al administrador injusto por la astucia con que había procedido’. Y comenta Jesús a continuación que es donde tenemos que encontrar el mensaje. ‘Ciertamente los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz’.
Vivimos inmersos en este mundo, con sus luchas y con sus trabajos, con las responsabilidades de cada día y los afanes por la ganancia de nuestro sustento y por conseguir una vida digna. No nos saca Jesús de este mundo y de esta realidad. Es más nos pide absoluta responsabilidad en esa tarea de la que no podemos desentendernos. Fidelidad en el trabajo y en las responsabilidades hasta en las cosas más pequeñas.
Tenemos una responsabilidad con la familia, con nosotros mismos y también con la sociedad en la que vivimos de la que no podemos ser ajenos, ni desentendernos. Y en todos esos campos tenemos que saber actuar porque sentimos esa responsabilidad también de cómo marcha la vida de nuestra sociedad y hemos de poner nuestro trabajo, nuestras ideas, nuestra participación en el desarrollo y de la mejor manera posible de esa sociedad.
Los problemas que vivimos ahora, por ejemplo, con la crisis en todos los ámbitos de nuestra sociedad, económica, política, social, no nos son ajenos. Y ahí tenemos que demostrar nuestra sensibilidad, nuestra responsabilidad, la fidelidad también a esa sociedad en la que vivimos. Yo como cristiano tengo mi visión y mi manera de hacer que aportar. Yo desde mi fe me siento responsable de la marcha de esa sociedad y no puedo dejar que otros la construyan sólo desde sus ideas o su manera de ver las cosas. Yo como cristiano tengo también una visión de la persona y de cómo se ha de construir nuestra sociedad. Tendríamos que responsablemente estudiar más y mejor el magisterio de la Iglesia en estos aspectos.
Jesús nos habla de fidelidad hasta en las cosas pequeñas. ‘El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?’
Además, tendríamos que decir, que en el cumplimiento de esas tareas y responsabilidades, en nuestros negocios o en nuestros trabajos sean los que sean, lo importante no es sólo el conseguir unas ganancias terrenas o, diríamos, económicas. Hay algo más que hace la vida de la persona mejor; algo más del dinero para conseguir una felicidad en nuestras relaciones. Porque la relación entre las personas es algo más que una relación comercial, hay algo más hondo en la persona que nos hace crecer de verdad y ser más felices. No es sólo lo material, el tener, lo externo lo que nos hace más personas. Son necesarios a tener en cuenta unos valores que nos ayuden a una mejor convivencia, a una mejor relación entre unos y otros, a hacernos más felices todos.
Por supuesto, lejos de nosotros todo lo que sea un actuar injusto. Lejos de nosotros todo lo que signifique avaricia y todas esas ambiciones desmedidas por el tener, por la riqueza, por sólo el disfrute de las cosas de este mundo, que nos pueden conducir por caminos de maldad y de injusticia. Ya veíamos como el Señor con la voz del profeta condenaba en su tiempo la maldad, la avaricia y la injusticia: ‘…vosotros los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables… compráis por dinero al pobre… por la gloria del Señor no olvidaré jamás vuestras malas acciones…’ que les decía el profeta y que tenemos que seguir escuchando nosotros hoy porque también es la tentación que vivimos en nuestro mundo tan materializado.
Además como cristianos, como creyentes en Jesús le damos también una trascendencia a la vida, no pensamos sólo en el momento presente. Por eso nos decía Jesús ‘ganaos amigos con el dinero injusto… para que os reciban en las moradas eternas’. ¿Qué nos querrá decir Jesús? Esa fidelidad que aquí vivimos, esa responsabilidad con la que actuamos en la vida, eso bueno que vamos haciendo para mejorar nuestras relaciones y nuestra convivencia y mejorar también la vida de nuestra sociedad tiene una trascendencia para nosotros. Es la manera también de ir construyendo ese Reino de Dios al que nos sentimos llamados y que en Dios, en el cielo, en la vida eterna podremos vivir en plenitud.
Pero esta frase de Jesús me provoca otro pensamiento. ‘Ganaos amigos con el dinero injusto…’ nos decía. Cuando no pensamos sólo en nosotros mismos, cuando somos capaces de compartir, cuando sabemos ser misericordiosos con el que sufre a nuestro lado, cuando ayudamos a un pobre en su necesidad compartiendo lo que somos y tenemos, estamos ganándonos esos amigos que ‘nos reciban en las moradas eternas’. Los pobres a los que hayamos ayudado serán los que nos abran las puertas de las moradas eternas. Serán nuestros valedores ante Dios cuando nos presentemos a El, porque Jesús mismo nos dirá entonces que lo que le hayamos hecho a ese hermano a El se lo estábamos haciendo.
Seamos en verdad esos hijos de la luz que llenando de luz nuestro mundo con nuestra fidelidad y responsabilidad podamos alcanzar al que es la verdadera Luz, Cristo Jesús, porque realmente con eso bueno que vamos haciendo lo que estamos haciendo son destellos de esa luz de Cristo para iluminar nuestro mundo. Que seamos en verdad astutos, que sepamos ganarnos esas ganancias eternas, que busquemos en verdad lo que es importante, que seamos capaces de poner todo nuestro empeño y esfuerzo, como lo hacemos en los negocios de este mundo, también en las cosas de Dios, en lo que atañe a nuestra fe y a nuestra vida cristiana.

EL TE DEUM DE NUESTRO BICENTENARIO PATRIO. 2010


Homilía para el Te Deum del Bicentenario.


Recordemos el 18 de septiembre de 1810Con gran expectación, a las nueve de la mañana del 18 de septiembre de 1810 comenzó a sesionar el Cabildo Abierto convocado para la ocasión. A las tres de la tarde estaba constituida la primera Junta de Gobierno, presidida por Don Mateo de Toro y Zambrano. Ante el Cristo del Cabildo, que hoy preside nuestra celebración, se dieron así los primeros pasos de nuestra Independencia.“Todos los elegidos juraron cumplimiento fiel a sus cargos y la Asamblea en pleno juró obediencia a la nueva Junta de Gobierno instaurada en nombre del rey Fernando VII. Al atardecer, la Asamblea se disolvió en medio de ruidosas manifestaciones de entusiasmo y de alegría.

Luego, todas las iglesias echaron al vuelo las campanas y un grupo numeroso recorría la ciudad aclamando las resoluciones del Cabildo y despertando el entusiasmo popular”.Nueve años más tarde, el 18 de noviembre de 1819, Don Bernardo O´Higgins declararía: “El Estado de Chile es deudor a la protección de la Madre de Dios, bajo la advocación del Carmen, de la Victoria de Maipú. Ella lo salvó del mayor peligro en que jamás se vio”. (Diario La Gaceta 18.11.1819) Así se coronaba, en el fragor de la batalla y en el corazón creyente de este pueblo, lo que en 1810 había tenido su solemne inicio.Han transcurrido doscientos añosdesde esa memorable fechaDoscientos años después, Chile entero está de fiesta. Celebran en la profundidad de la tierra nuestros treinta y tres mineros; también los damnificados por el terremoto y el maremoto.

Unidos a ellos y a sus familias, deseamos manifestarle a Dios nuestra gratitud. ¡Cómo quisiéramos que los comuneros que hacen huelga de hambre, también estuvieran de fiesta! En la gran sinfonía de quienes hacen memoria agradecida, en esta Catedral queremos celebrar la presencia y las obras asombrosas de Dios en nuestra historia. Por eso, llamamos a esta celebración Te Deum laudamus, es decir, A ti, oh Dios, te alabamos.

1. Te alabamos a ti, Señor, Creador del UniversoLa hermosa naturaleza que proviene de la mano del Creador ya nos acompañaba mucho antes del año 1810, desde siglos y milenios inmemoriales. Ella ha sido el espacio de nuestra existencia republicana. Queremos darle un lugar privilegiado en esta acción de gracias. Nos emociona e inspira su inusual belleza.

Con el trabajo de muchos chilenos nos sostiene con la riqueza de las minas y los bosques, y nos alimenta desde el mar, los ríos, las colinas y los valles. Velar responsablemente por ella, y obtener de ella los bienes que nos ofrece, respetando las relaciones que Dios estableció al interior de su creación, es una de las tareas irrenunciables que expresan nuestra gratitud. Fuimos llamados a continuar su obra, colaborando con Él. Pero Chile es “una loca geografía” que no está acabada; se está configurando. Seguramente son pocos los pueblos que tienen tanta conciencia de la gestación de los continentes, del cercano magma, que se asoma voluntarioso por los volcanes, y de las placas marinas y terrestres, que se mueven y estremecen la tierra y sobresaltan los mares.

La poderosa fragilidad de nuestros fundamentos nos urge a ser un pueblo que enfrenta vigorosa y solidariamente grandes adversidades, nos exige redoblar nuestra vigilancia, como también construir sobre fundamentos muy sólidos; en primer lugar, sobre la roca que es Cristo.


¡Qué gran don del cielo el admirable despertar de nuestro espíritu fuerte, creyente y solidario, cuando el 27 de febrero nos sacudió el violento terremoto y se introdujo el mar devastador por caletas, puertos y por playas! ¡Qué ejemplar colaboración la que un gobierno recién constituido impulsó entre el sector público y el privado! ¡Qué profunda la confianza y gratitud a Dios por el don de la vida, la capacidad de ponerse de pie de tantos chilenos, y de compartir la mesa familiar, mesa de pan, de amor y de dolores! Son actitudes propias del alma de Chile, que abren un camino de gran esperanza a esta patria con vocación de esfuerzo solidario y fe en su futuro.


2. Te alabamos a ti, Señor de la historia, y Padre de todos los pueblosDoscientos años tienen su prehistoria en los pueblos autóctonos que habitaban esta tierra con la riqueza de sus culturas. Pastores y agricultores eran los nortinos Aymaras, que nos enriquecen hasta hoy con su legado de manifestaciones religiosas. Cerca de ellos, uno de los pueblos más antiguos y adelantados, los Atacameños. Conservamos los recuerdos de los Diaguitas, también por su hermosa alfarería. Admiramos a los pescadores nómades, con sus embarcaciones hechas con el cuero resistente de lobos marinos. De los pueblos que ya entonces poblaban las regiones más sureñas, amantes de la tierra, de sus costumbres, sus familias y su autonomía, sobresalen hasta nuestros días los Mapuches. Y podríamos recordar a tantos otros hasta llegar a las tierras de los Tehuelches y los Alacalufes, los Yaghanes y los Onas.


Y no podemos olvidar que desde la lejanía nos enriquece el pueblo pascuense, con sus hermosas y austeras esculturas, que contrastan con la delicada belleza de sus cantos y sus danzas. A este admirable y diseminado coro, orgulloso de sus costumbres, llegaron españoles de las diversas regiones de la Península ibérica, entregándonos su lengua, sus tradiciones, sus organizaciones civiles, militares y de enseñanza, y su lealtad a la Corona. Irrumpieron con sus caballos y sus armas para someter y conquistar, pero también llegaron con su mayor tesoro, con la fe en Jesucristo. Venían con misioneros intrépidos, anunciadores del Evangelio.


Ya en el año 1520 celebraron por primera vez la santa Misa en el Estrecho de Magallanes. Al poco tiempo los misioneros se internaron por parajes conocidos y desconocidos, con la sola fuerza de Cristo en el corazón. Precisamente el bautismo que administraban, sembró el germen de una nueva relación, que defendieron con pasión ante el poder de muchos conquistadores. Más tarde Chile acogió y sigue acogiendo a migrantes de otros pueblos. Llegaron con gran espíritu de trabajo, aportando conocimientos, investigaciones, valores culturales y artísticos, capacidades empresariales y comerciales; trajeron sus confesiones religiosas, y un sinnúmero de virtudes. No los nombro para no olvidar a ninguno de ellos.Conscientes de ser hijos del Padre de todos los pueblos, que ha forjado con los hombres tantas razas y naciones, no nos cuesta reconocernos como un nuevo pueblo llamado a alabar a Dios y a agradecerle los dones recibidos de sus manos en estos doscientos años, y aún antes de ser una nación soberana, una patria nueva convocada a respetar la libertad y a cultivar la paz, a acoger y a admirar, a tolerar y dialogar, como también a integrar y aprender unos de otros grandes valores.


3. Te alabamos a ti, Dios Padre, y a Jesucristo, nuestro hermano y liberadorporque celebramos doscientos años en los cuales ha crecido nuestro respeto por la vida, y la voluntad de ofrecerle a cada persona las oportunidades y las organizaciones que le permitan vivir, educarse y trabajar con dignidad, desplegando sus talentos y poniéndolos al servicio de la sociedad. Hemos logrado abolir la pena de muerte. Adherimos al castigo internacional que reciben los crímenes de lesa humanidad y, optando nuevamente por nuestra independencia, al oponernos a nuevos colonialismos culturales e ideológicos, hemos defendido la vida que está por nacer.


Nos enorgullece el valor que nuestro país le da a las treinta y tres vidas de nuestros mineros, y que lo lleva a no escatimar recursos, por elevados que sean, para rescatarlas. Y nos preocupa profundamente la huelga de hambre de nuestros hermanos mapuches, que puede dejar en ellos daños irreparables. De corazón les pedimos a ellos y a las autoridades restablecer las confianzas imprescindibles para que cese la huelga de hambre y se instaure un diálogo generoso y visionario.Nos colma de alegría cada opción que ha hecho nuestro país, como también muchas instituciones privadas durante estos doscientos años, por la vida del varón y de la mujer, por la vida de los niños, los jóvenes y los ancianos, por la vida de los más pobres, los migrantes y los minusválidos, por la vida de los enfermos y de los encarcelados, por la vida de las familias y de las madres jefas de hogar. Por eso nuestra acción de gracias abarca a quienes dedican su existencia con amor y abnegación al servicio de todos ellos, y a los voluntariados que entregan lo mejor de sí para gastar su vida procurando el bien de innumerables personas.


La valoración de la persona como un bien de ilimitado valor anterior al Estado, nos ha conducido a luchar por el reconocimiento doctrinal y práctico de sus derechos humanos fundamentales. Pasamos lentamente del olvido de numerosos derechos, a la lucha por los derechos propios y al compromiso con los derechos de todos, particularmente de quienes viven amenazados o lejos de los beneficios de la sociedad. Son derechos, que unidos a los correspondientes deberes, nos llevan a descubrir con asombro la dignidad y la originalidad de cada uno, y a proteger y forjar los espacios de ecología humana que todos necesitamos para expresarnos y desarrollarnos, lejos de toda violencia, a fin de que todos tengamos vida, y vida en abundancia. ¡Bienvenidos los esfuerzos que se sigan haciendo para superar las desigualdades realmente intolerables en el orden educacional, económico, laboral y cultural! El alma de Chile ama la justicia y rechaza la arbitrariedad. Tenemos vocación fraterna. Por eso mismo, vive en nuestro espíritu un gran aprecio a la democracia, construida sobre la base de la igualdad de los derechos y deberes fundamentales de todos.


Le agradecemos a Jesucristo nuestra voluntad de ser un pueblo de hermanos, que no quiere descansar mientras cada uno no tenga, conforme a su dignidad, hogar, trabajo, respeto y alegría.


4. Te alabamos a ti, Espíritu de UnidadQuienes hemos vivido largos años lejos de Chile, cada vez que regresábamos a nuestra patria teníamos una experiencia que nos sobrecogía: la de innumerables relaciones familiares y de amistad; las que unen transversalmente a los chilenos de diferentes tendencias políticas, responsabilidades laborales, y lugares de nacimiento. No podemos negarlo: este espíritu convive, sin embargo, con cierta extraña intransigencia en el planteamiento de posiciones sentidas como incompatibles. Pero eso no impide que el diálogo posterior generalmente sea amistoso y familiar.


Por eso amamos a Chile como una tierra de encuentro con Dios y con los hermanos, que por esa misma razón, es tierra de esperanza y de paz. Prueba de ello es nuestro ánimo de desterrar los enfrentamientos de un pasado reciente, acabando con las descalificaciones, y abrazando juntos proyectos favorables al bien común, sin exclusiones ni excluidos. Razón tenía Juan Pablo II, cuando exclamó: “¡Chile tiene vocación de entendimiento, no de enfrentamiento! Y “El amor es más fuerte” que el odio y la violencia (Homilía en el parque O’Higgins, para la beatificación de Teresita de los Andes).Alabamos al Espíritu Santo por su siembra de grandes ideales y valores en el corazón del pueblo de Chile. Es la siembra del Espíritu del Amor y la Unidad, su siembra de comunión, infundida en nuestro espíritu, que ha brotado una y otra vez, a veces como un desierto florido, transformando nuestra vida y convivencia.


En nuestro interior el Espíritu nos regala un corazón sensible al amor de Dios, y al dolor del prójimo, que quiere latir al ritmo del corazón de Dios, y que desarma el corazón de piedra, insensible y opresor. Es el Espíritu que desde comienzos de agosto nos ha hecho vibrar como una sola familia, cuyo corazón late por Copiapó. Afirmaba Juan Pablo II (México, Homilía 28 de enero de 1979): “Se ha dicho, en forma bella y profunda, que nuestro Dios en su misterio más íntimo no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor”.


Por eso agradecemos el gran aprecio que tenemos los chilenos por la familia unida, considerada como el valor más importante de nuestras vidas, y damos gracias de corazón a tantas mujeres que con mucha generosidad y ternura, a lo largo del tiempo han entretejido su unidad, cuya raíz está en los designios del Dios de la Creación: Dejará el varón la casa paterna, se unirá a su mujer, y ambos tendrán la vocación de procurarse mutuamente el bien que anhelan, y de acoger siempre a sus hijos en el espacio interior de la estabilidad de su amor.Es por eso que nuestra alabanza se vuelve también plegaria para que nuestra patria, en sus familias y escuelas, sea un semillero de jóvenes capaces de amar, de cultivar la lealtad, la alegría, la gratitud, la sinceridad y la generosidad, de preparar a conciencia su alianza matrimonial, y de abrazar un proyecto común de vida, conscientes de que dando la vida seguimos a Jesucristo, que nos amó hasta el extremo de dar su vida por nosotros.


5. A ti, Señor, que inspiras corazones y voluntades,te alabamos por tu intervención liberadora en la historia, ya en el tiempo lejano del Éxodo, y por haber inspirado a los Padres de la Patria una indomable valentía para luchar por nuestra Independencia. Recordemos con gratitud a Bernardo O’Higgins, a José Miguel Carrera, a Arturo Prat y a grandes mujeres que al alba de la Patria Nueva lucharon por la misma causa, como doña Paula Jaraquemada. No olvidamos a quienes les acompañaron y les siguieron. Pensemos además en nuestros héroes de hoy, que posponen anónimamente y con heroísmo su bienestar personal ante el grito de auxilio de quienes necesitan su acción valerosa. Te agradecemos también por los constructores de la sociedad de antaño, y por los más recientes que han abrazado con convicción la responsabilidad social de la empresa, asimismo por nuestros intelectuales, artistas y poetas que han logrado que la belleza y las verdades más entrañables sean parte de nuestra existencia. Gracias por los abnegados servidores públicos de los Poderes del Estado, que han puesto los fundamentos de una convivencia pacífica, también con las naciones hermanas. Gracias por los dirigentes gremiales y políticos, como también por la vocación de nuestros educadores. Ellos se han desvivido por darle carta de ciudadanía al esfuerzo por el bien común y a la preocupación por los niños y sus familias, por los pobres y los marginados.


Te bendecimos por los comunicadores sociales que aman el bien y buscan la verdad y por los deportistas que se destacan como modelos para la juventud.Te damos gracias por los trabajadores, hombres y mujeres, que se desviven por sus hijos, sus familias y sus organizaciones y lugares de trabajo. Y por los jóvenes que han demostrado una extraordinaria participación en acciones y asociaciones solidarias. Te pedimos en este Bicentenario que despiertes en muchos de ellos la voluntad de participar en la conducción de sus comunas y de nuestro país. Te damos gracias por los científicos que penetran con humildad los secretos de la creación, así como por los sacerdotes, los pastores y las consagradas de las diferentes confesiones religiosas que, fieles a su vocación, nos ayudan en nuestra búsqueda de trascendencia, y nos alientan a construir con esperanza, amando a Dios y a los hermanos con todo el corazón.


Te damos gracias por los contemplativos y contemplativas que en su silencio te alaban e interceden por nosotros.También te alabamos porque inspiraste en nosotros el amor a la Virgen María, que nos precedió en su entrega a Jesucristo, a los necesitados y a nuestro pueblo, que siempre nos invita a ser discípulos de Jesús, y a elevar nuestros corazones al encuentro con Dios y con los santos, y a conmovernos y desvivirnos en el servicio de los atribulados.


Gracias por la joven santa Teresita de los Andes y por san Alberto Hurtado, y por todos los santos cuyos nombres no conocemos, que pasaron por el mundo haciendo el bien. Sus corazones ardieron por la causa de Dios y de los más abandonados. Concluyamos, recordando con profunda gratitud a todos los que lucharon por hacer de nuestra patria una tierra de encuentro y esperanza, acogedora de sus familias y de sus hijos, una tierra de la justicia y la solidaridad, de la vida y la alegría, del progreso, la reconciliación y la paz. Comprometámonos a asumir la herencia que hemos recibido, como lo haremos en unos instantes más, junto a quienes hoy conducen los destinos de Chile. De nuestra parte, los Obispos y pastores presentes nos comprometemos a hacer cuanto nos incumbe, con nuestras palabras e iniciativas, para que Chile siga valorando el tesoro que recibió desde sus inicios, el Evangelio de Jesucristo. El ejemplar que entregaremos a nuestro Presidente, llamado el Evangelio de Chile, fue escrito a mano por miles de chilenos, pensando en los próximos doscientos años. Así expresaron su compromiso de escribirlo en sus vidas, en sus proyectos y en sus corazones, para seguir construyendo nuestra Patria sobre la Roca de la Palabra de Dios, que da sólido fundamento y belleza a nuestra convivencia. Nuestra alabanza culmina poniéndonos en manos de Aquél que hace nuevas todas las cosas. No queremos descansar en nuestro esfuerzo común de colaborar con Él en la edificación de una patria que sea la “copia feliz del Edén”, un reflejo de la Patria hacia la cual peregrinamos. (Hb 11, 14-16)


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Al concluir estas palabras deseo a Vuestra Excelencia, el Presidente de la República, a todas las autoridades presentes, y a todo Chile en este Bicentenario de los inicios de nuestra Independencia, a nombre de los obispos, pastores y ministros que participamos en este Tedeum, la alegría y la gratitud que debe embargarnos por los dones recibidos en estos doscientos años, y la felicidad que nos promete el Señor por servir y amar a nuestro pueblo, sobre todo a los más afligidos, prolongando la sabiduría y la misericordia de su corazón. † Francisco Javier Errázuriz Ossa Cardenal Arzobispo de Santiago

TE DAMOS GRACIAS,SEÑOR, POR CHILE. 2010



El Te Deum es un Canto de Acción de Gracias a Dios, y tiene sus orígenes en el siglo IV.


La palabra Te Deum significa “A ti, oh Dios”, y son las primeras palabras de este Cántico de Alabanza. El Te Deum se celebra tradicionalmente en Chile desde 1811, año en que José Miguel Carrera pidió a la autoridad eclesiástica de la época que celebrara una Acción de Gracias para conmemorar el primer aniversario de la Junta Nacional de Gobierno.
En sus primeros años el Te Deum se celebraba al final de la Misa. Sólo a partir de 1870, a petición del entonces Ministro de Culto, Miguel Luis Amunátegui, el Te Deum se celebró sin Eucaristía. Hay que recordar que en aquel tiempo los fieles que comulgaban debían permanecer en ayuno por varias horas. Por esta razón, la solicitud fue acogida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Rafael Valdivieso, y por el Cabildo Metropolitano.

Desde el año 1971, el Te Deum tiene carácter ecuménico. Ese año, el entonces Arzobispo de Santiago, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, invitó a obispos y pastores de otras Iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia, accediendo así a una solicitud del entonces Presidente de la República, Salvador Allende, quien al asumir el cargo, en noviembre de 1970, pidió a la autoridad eclesiástica que tuviera este carácter.

domingo, 12 de septiembre de 2010

HOMILIA DEL DOMINGO 12 Septiembre 2010.


La Misericordia Del Señor.
Ex. 32, 7-11.13-14;
Sal. 50;
1Tim. 1, 12-17;
Lc. 15, 1-32

¿A dónde nos conducen nuestros caminos cuando nos apartamos del querer de Dios? ¿Qué nos ofrece Dios en cambio a esa actitud nuestra que se quiere en cierto modo endiosar cuando quiere hacer prevalecer su yo, su gusto y apetencia por encima de todo? Creo que la Palabra de Dios de este domingo sobre esto nos puede ayudar a reflexionar.
Recojamos las imágenes que nos ofrecen las parábolas del evangelio. La oveja perdida caminará en medio de peligros lejos del rebaño; para la mujer que había extraviado la moneda muy valiosa todo era angustia y desolación; el hijo que quiso construir su vida al margen y lejos de padre terminará en el peor de los vacíos y a punto de desesperación. Pero con el cambio, la oveja o la moneda encontradas, o el hijo en la vuelta a la casa del padre todo será fiesta y alegría.Qué bien retrata la parábola nuestra vida y situación. Es un reflejo de los caminos que nosotros queremos tantas veces tomar.
Ese becerro de metal que se hicieron los judíos en el desierto del que nos habla la primera lectura es el reflejo de ese yo endiosado que pretende seguir sus caminos a su manera y al margen de lo que pueda ser el plan de Dios para nuestra vida. Querían vivir su libertad al margen del Dios que los había liberado de Egipto.
Nos queremos hacer dioses que nos satisfagan nuestros deseos y caprichos; tenemos sueños de hacernos dioses de nosotros mismos donde el criterio de mi vivir y actuar sean mis apetencias, mis caprichos haciendo de nuestro egoísmo orgulloso la única razón de lo que hacemos o vivimos. ¿Por qué me tengo que negar eso que yo deseo? ¿por qué no puedo hacer lo que me apetezca?, que decimos tantas veces. Y al final terminamos siendo, no dioses, sino esclavos de egoísmos y pasiones y caemos en el vacío y la desolación cuando no alcanzamos todo lo que deseamos, y nos desesperamos, y nos dejamos arrastrar por iras y violencias contra todo y contra todos, o caemos en profunda depresión.
Es el retrato del hijo pródigo, del que se marchó de la casa del padre, o también del que lleno de orgullo no sabe aceptar a su hermano. No es necesario volver a describir los detalles que nos da la parábola, hambre, miseria, abandono, soledad.
Es nuestro retrato en tantas ocasiones de nuestra vida. Cuántos caminan por la vida como sin rumbo y sin encontrar un sentido hondo a sus vidas; cuántos dejándose llevar por esa carrera de vértigo del egoísmo y la pasión terminan destrozando sus vidas, sin que les parezca que un día puedan encontrar luz para la oscuridad en la que viven.
Una situación que puede tener distintas reacciones; o puede conducirnos al vacío, al aislamiento y a la desesperación, o nos puede hacer recapacitar para conducirnos a Dios, si dejamos oír su voz en nuestro corazón, para desde su misericordia y amor encontrar la plenitud y la dicha.Aunque caídos en esos caminos de muerte, de vacío, de desolación, si no dejamos que la luz de la fe se apague en nuestra vida, podemos darnos cuenta de que todo puede recomenzar de nuevo, que Alguien está buscándonos y esperándonos – como aquel pastor que buscaba la oveja perdida, o aquella mujer que barría toda la casa para encontrar la moneda valiosa extraviada, o como aquel padre paciente que siempre esperaba la vuelta del hijo -; desde esa luz de la fe podremos descubrir que el amor no nos va a tener en cuenta lo malo que hayamos hecho sino nuestra vuelta y nuestro encuentro con El; podemos vislumbrar que se nos ofrece la perspectiva de empezar una vida nueva y distinta.¡Qué distinta es la manera de reaccionar de Dios a cómo nosotros reaccionamos! Muchas veces queremos ser tan justicieros que olvidamos lo que es la misericordia, la compasión y el perdón.
Tenemos que aprender del Padre del cielo que es compasivo y misericordioso siempre. Nos vale para nosotros encontrar esperanza desde la negrura de nuestro pecado para levantarnos y nos vale también para la humanidad que hemos de poner en nuestro trato y aceptación de los demás.Cuando el hijo llega a la presencia del padre queriendo expresarle de mil maneras su arrepentimiento y su petición de perdón, el padre se lo comerá a besos, casi no le dejará hablar para no tener que recordar lo pasado, y encima lo vestirá de fiesta ofreciéndole un banquete de bienvenida. Si nos fijamos en lo que Pablo hoy nos dice, da gracias a Dios ‘que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio; eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente…’ Por eso afirmará rotundamente ‘Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores y yo soy el primero, y por eso se compadeció de mí…’Rotundamente, sí, tenemos que afirmar que Dios siempre está dispuesto al perdón y a ofrecernos su abrazo de amor. No castigó a su pueblo que se había hecho un becerro de metal que ocupara su lugar, sino que siguió conduciéndolo hasta la tierra prometida.
La alegría del cielo, la alegría de los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta, que nos decía Jesús concluyendo las dos primeras parábolas. ‘Este hijo mío estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado’, que dice el padre preparando un banquete de fiesta para el hijo que había vuelto.Es la esperanza que renace en nuestro corazón porque sabemos que, aunque somos pecadores y tantas veces queremos vivir nuestra vida al margen de Dios, es el Padre bueno que siempre nos busca y nos espera con sus brazos de amor bien abiertos para darnos su abrazo de paz y de perdón.Pero es también, como decíamos antes, la misericordia de la que hemos de llenar nuestra vida, a imagen del Dios compasivo y misericordioso, para tratar con una humanidad casi divina a los demás; para que siempre confiemos en el otro – cuánto nos cuesta -, para que siempre demos esperanza al hermano, para que sepamos alentar a todo caído que nos encontremos en la vida y le ayudemos a levantarse para vivir con nueva ilusión y entusiasmo reconstruyendo su vida, como nosotros mismos lo intentamos también tantas veces.
Y finalmente decir también es el rostro misericordioso que tiene que ofrecer siempre la Iglesia, porque siempre tiene que manifestarse como imagen y signo de ese Dios del amor y de la misericordia, que sigue creyendo en nosotros a pesar de nuestras debilidades y que sigue contando con nosotros. Es la imagen más hermosa de Dios que la Iglesia puede y debe ofrecer.--Publicado por Carmelo Hernández González para la semilla de cada dia

martes, 7 de septiembre de 2010

REVELACIONES DESCONOCIDAS DE NUESTRA SEÑORA A SOR LUCIA:TRISTE Y TERRIBLE


La conversación de Sor Lucía con el Padre Fuentes (26 de Diciembre de 1957).

Yo deseo solamente contar a ustedes de la última conversación que tuve con Sor Lucía el 26 de diciembre del año pasado. Me reuní con ella en su convento. Estaba muy triste, muy pálida y demacrada. Me dijo: "NADIE HA PRESTADO NINGUNA ATENCION"
"Padre, la Santísima Virgen está muy triste porque nadie ha prestado ninguna atención a Su mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos continúan su camino, pero sin dar ninguna importancia a Su Mensaje. Los malos, no viendo realmente caer el castigo de Dios sobre ellos, continúan su vida de pecado sin atender siquiera el mensaje. Pero créame Padre, Dios castigará al mundo y eso será de una manera terrible. El castigo del Cielo es inminente."


EL SECRETO NO REVELADO
Padre, ¿cuanto tiempo hay antes de que llegue 1960? Será muy triste para todos, ninguna persona se alegrará de nada si antes el mundo no reza y hace penitencia. No puedo dar ningún otro detalle, porque esto es todavía un secreto. De acuerdo a la voluntad de la Santísima Virgen, solo al Santo Padre y al Obispo de Leiria les está permitido conocer el secreto, pero ellos han elegido no saberlo, para no ser influenciados.
Es la tercera parte del Mensaje de Nuestra Señora, la que permanecerá secreta hasta 1960.

RUSIA, EL FLAGELO DE DIOS
"Dígales Padre, que muchas veces la Santísima Virgen dijo a mis primos Francisco y Jacinta, tanto como a mi, que muchas naciones desaparecerán de la faz de la tierra. Ella dijo que Rusia será el instrumento de castigo elegido por el Cielo para castigar al mundo entero si antes nosotros no obtenemos la conversión de esa pobre nación..."


"LA BATALLA DECISIVA" ENTRE MARIA Y SATAN: LA APOSTASIA DE LAS ALMAS CONSAGRADAS Y DE LOS SACERDOTES
"Sor Lucía también me dijo: Padre, el diablo está empeñado en entablar una batalla decisiva contra la Santísima Virgen. Y el diablo sabe que es lo que más ofende a Dios, y lo que ganará para él en el más corto plazo de tiempo el mayor número de almas. Así, el diablo hace todo lo posible para vencer a las almas consagradas a Dios, porque de esa forma, logrará dejar abandonadas de sus guías las almas de los fieles; con esto se apoderará de ellas aún más fácilmente."
"Lo que aflige al Inmaculado Corazón de María y al Corazón de Jesús es la caída de las almas religiosas y sa¬cerdotales. El diablo sabe que los religiosos y sacerdotes que apostatan de su hermosa vocación, arrastran numerosas almas al infierno... El diablo quiere tomar posesión de las almas consagradas. Trata de corromperlas, para adormecer las almas de los laicos y llevarlas así a la impenitencia final. El emplea todos los trucos, yendo incluso tan lejos como para sugerir demorar la entrada en la vida religiosa. Resultado de esto es la esterilidad de la vida interior, y entre los laicos, frialdad (falta de entusiasmo) en la renuncia a los placeres y a la dedicación total de si mismos a Dios."


LO QUE SANTIFICO A JACINTA Y A FRANCISCO
Dígales también Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron, porque en todas las apariciones de la Santísima Virgen María, siempre La vieron muy triste. Ella nunca nos sonrió. Esta tristeza, esta angustia que notamos en Ella, penetró nuestras almas. Esta tristeza es causada por las ofensas contra Dios y los castigos que ame¬nazan a los pecadores. Y así, nosotros, niños, no supimos que pensar, excepto inventar diversos medios de rezar y hacer sacrificios. (...)
"La otra cosa que santificó a estos niños fue ver la visión del Infierno."


LA MISION DE SOR LUCIA
Padre, es por ello que mi misión no es indicar al mundo los castigos materiales que ciertamente vendrán si el mundo no reza y hace penitencia antes. ¡No! Mi misión es indicar a todos el peligro inminente en que estamos de perder nuestras almas por toda la eternidad si permanecemos obstinados en el pecado.


LA URGENCIA DE LA CONVERSION
"Sor Lucía me dijo también: No debemos esperar un llamado al mundo que venga de Roma, de parte del Santo Padre, para hacer penitencia. Ni debemos esperar que el llamado a penitencia venga de los Obispos de nuestras diócesis, ni de las congregaciones religiosas. ¡No! Nuestro Señor ya ha usado muy a menudo estos medios y el mundo no ha prestado atención. Por eso ahora es necesario a cada uno de nosotros comenzar a reformarnos espiritualmente. Cada persona debe, no solamente salvar su propia alma, sino también todas las almas que Dios ha puesto en su camino..."
"El diablo hace cuanto está en su poder para distraernos y quitarnos el amor por la oración; seremos salvados juntos o seremos condenados juntos."

LOS ULTIMOS TIEMPOS DEL MUNDO
"Padre, la Santísima Virgen no me dijo que estamos en los últimos tiempos del mundo, pero Ella me lo hizo comprender por tres razones."


LA BATALLA FINAL.
"La primera razón es porque Ella me dijo que el Diablo está empeñado en una batalla decisiva contra la Virgen. Y una batalla decisiva es la batalla final, donde un bando será victorioso y el otro sufrirá la derrota. Por lo tanto, de ahora en adelante debemos elegir los bandos. O estamos con Dios o estamos con el diablo. No hay otra posibilidad."


LOS ULTIMOS REMEDIOS.
"La segunda razón es porque Ella dijo a mis primos y a mi misma, que Dios está dando los dos últimos remedios al Mundo. Estos son: el Santo Rosario y la Devoción al Inmaculado Corazón de María. Estos son los dos últimos remedios, lo cual significa que no habrá otros."


EL PECADO CONTRA EL ESPIRITU SANTO.
"La tercera razón es porque en los planes de la Divina Providencia, Dios siempre antes de castigar al Mundo, agota todos los otros remedios. Entonces, cuando ve que el Mundo no presta atención a pesar de todo, como decimos en nuestra imperfecta manera de hablar, El nos ofrece con una cierta inquietud el último medio de salvación, Su Santísima Madre. Y es con una cierta inquietud, porque si nosotros despreciamos y rechazamos estos últimos medios, no tendremos ningún otro perdón del Cielo, porque habremos cometido un pecado que el Evangelio llama "el pecado contra el Espíritu Santo". Este pecado consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y consentimiento, la salvación que El ofrece. Recordemos que Jesucristo es un muy buen Hijo, y que El no permite que ofendamos y despreciemos a Su Santísima Madre. Debemos tener en cuenta, que a través de muchos siglos de la historia de la Iglesia, los obvios testimonios demuestran, por los castigos terribles que han acontecido a aquellos que han atacado el honor de Su Santísima Madre , como Nuestro Señor Jesucristo siempre ha defendido el honor de Su Madre."


ORACION Y SACRIFICIO, Y EL SANTO ROSARIO
Sor Lucía me dijo: los dos medios para salvar al Mundo son la oración y el sacrificio.
"Respecto al Santo Rosario, Sor Lucía dijo: Mire Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en los que vivimos, ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario, hasta tal punto, que no hay problema, ni cuestión por difícil que sea, tanto temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y de las naciones, que no pueda ser resuelto por el Rosario. No hay problema, le digo, ni asunto por difícil que sea, que nosotros no podamos resolverlo con el rezo del Santo Rosario. Con el Santo Rosario nos salvaremos. Nos santificaremos. Consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas."

LA DEVOCION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA
"Finalmente, la devoción al Inmaculado Corazón de María, nuestra Santísima Madre, consiste en considerarla como la sede de la Misericordia, de la bondad y del perdón, y la puerta cierta por la cual entraremos al Cielo."
Nosotros describiremos la tempestad que provocó rápida¬mente este texto en la Iglesia. El mismo fue, por cierto, extremadamente grave. Mientras recordaba vigorosamente la esencia del Primero y Segundo Secretos, Sor Lucía había hablado al Padre Fuentes sobre nuevos temas. Debemos asumir que ellos están más o menos directamente relacionados con la esencia del Secreto final: esta batalla decisiva entre Nuestra Señora y satán, este proyecto satánico de atacar primero a todas las almas consagradas y a los sacer¬dotes, la necesidad de los fieles de ser convertidos a una vida más santa, sin esperar por un llamado a penitencia"por parte del Santo Padre para el mundo entero, por parte de los Obispos para sus diócesis, o de las congregaciones religiosas". En otras palabras, en diciembre de 1957, incluso antes de la muerte de Pío XII, la mensajera de Nuestra Señora ya pronosticó la grave crisis que enfrentaría la Iglesia.


UN VATICINIO PROFETICO
Mientras entre los pastores el optimismo estaba en el aire, así leímos en el "Informe Doctrinal" de los Obispos de Francia: "Debemos ser cuidadosos de no confundir unas pocas nubes en un cielo luminoso, de otro horizonte obscuro cargado de tormentas" Sor Lucía ya había vaticinado la tormenta, ella la anunció e hizo una exhortación a per¬manecer firmes. Este vaticinio profético fue combinado con un juicio más sombrío sobre el pontificado próximo a concluir. Con el mismo espíritu escribió en junio de 1958:
"Debemos rezar mucho y pedir a Dios no nos castigue y nos salve a tiempo y para la eternidad."
El siguiente 29 de septiembre, escribió:
"Estamos en el camino de la oración, pidiendo a Dios por la paz, no solamente la paz de la nación, sino también la paz para las mentes desorientadas y la paz para las conciencias. Quiera Dios dar luz a los ciegos... y humildad a los orgullosos, para que vean el buen camino y se aparten del malo."
A la luz de estas declaraciones de Sor Lucía, que resumen tan vigorosamente las claras líneas del mensaje de Nuestra Señora, podemos delinear una rápida evaluación del pontificado de Pío XII, antes de entrar, con Juan XXIII, en una nueva fase de la historia de la Iglesia.

jueves, 2 de septiembre de 2010

ESCRITOS DE UN SANTO QUE NOS INVITAN A LA REFLEXION


SAN NILO, Abad y fundador del monasterio de Grota Ferrata (Italia), siglo V. Calabrés versado en todas las ciencias. Enviudó, se encerró a hacer oración y penitencia. Se le unieron muchos discípulos y levantó un monasterio famoso, murió a los noventa y cinco años. En su biblioteca encontraron numerosos escritos espirituales y la famosa profecía “San Nilo, el Ermitaño”, acerca del final de los tiempos. Leamos con atencion.

He aquí algunos pasajes:
“Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo.
Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo. Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores. El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones. Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal. Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia iglesia católica, cambiarán de manera asombrosa. El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación.
La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales. La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.
.A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia.
Las Iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus Iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero.
Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante.
Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo. Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes. El dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra. En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces... Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus geniosidades.
Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo.
Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días -a causa de los pocos elegidos- porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación – si Dios lo permite- la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.

EL ACTO DE AMOR-UN MARAVILLOSO MENSAJE DE JESUS AL MUNDO


Mensaje de amor que el Sagrado Corazón de Jesús lanza al mundo para salvarlo.
Mientras el mundo se atomiza y desintegra por el odio de los hombres y de los pueblos, Jesucristo quiere renovarlo y salvarlo por el amor.
Quiere que se eleven hacia el cielo llamas de amor que neutralicen las llamas del odio y del egoísmo.
A tal efecto, enseñó a Sor M. Consolata Bertrone un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil blasfemias.
La fórmula de este Acto es:
"Jesús, María, os amo, salvad las almas"

Allí están los tres amores: Jesús, María, las almas que tanto ama Nuestro Señor y no quiere que se pierdan, habiendo por ellas derramado Su Sangre.
Le decía Jesús: "Piensa en Mí y en las almas. En Mí, para amarme; en las almas para salvarlas (22 de agosto de 1934). Añadía: la renovación de este Acto debe ser frecuente, incesante: Día por día, hora por hora, minuto por minuto"(21 de mayo de 1936).
"Consolata, di a las almas que prefiero un Acto de amor a cualquier otro don que pueda ofrecerme"... "Tengo sed de amor"... (16 de diciembre de 1935).
Este Acto señala el camino del cielo. Con él cumplimos con el mandamiento principal de la Ley: “Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente"... y a tu prójimo como a ti mismo.
Con este continuo Acto de Amor damos a Dios lo más excelente: que es amor a las almas. Con esta Jaculatoria nos podemos comunicar constantemente con Dios. Cada hora, cada minuto, es decir, siempre que lo queremos. Y lo podemos hacer sin esfuerzo, con facilidad. Es una oración perfecta; muy fácil para un sabio como para un ignorante. Tan fácil para un niño como para un anciano; cualquiera que sea puede elevarse a Dios mediante esta forma. Hasta un moribundo puede pronunciarla más con el corazón que con los labios.
Esta oración comprende todo:
Las almas del Purgatorio, las de la Iglesia militante, las almas inocentes, los pecadores, los moribundos, los paganos, todas las almas. Con ella podemos pedir la conversión de los pecadores, la unión de las Iglesias, por la santificación de los sacerdotes, por las vocaciones del estado sacerdotal y religioso. En un acto subido de amor a Dios y a la Santísima Virgen María y puede decidir la salvación de un moribundo, reparar por mil blasfemias, como ha dicho Jesús a Sor Consolata.
"¿Quieres hacer penitencia? ¡Ámame!", dijo Nuestro Señor a Sor Consolata. A propósito, recordemos las palabras de Jesucristo al Fariseo Simón sobre Magdalena penitente: "Le son perdonados muchos pecados, porque ha amado mucho".
Dios merece ser amado por ser nuestro Sumo Bien. Esta Jaculatoria es un dulce cántico para Jesús y María.
¡Cuán dulce es repetirlo frecuentemente! ¡Cuán agradable es avivar el fuego de amor a Dios!
Y habiéndolo pronunciado millares de veces durante tu vida, ¡cuán alegre será tu hora de la muerte, y qué gozosa volará tu alma al abrazo de Jesús y María en el cielo!
Dijo Jesús a Sor Consolata:
"Recuerda que un Acto de amor decide la salvación eterna de un alma y, vale como reparación de mil blasfemias. Sólo en el cielo conocerás su valor y fecundidad para salvar almas".
"No pierdas tiempo, todo Acto de amor es un alma". Cuando tengas tiempo libre y no tengas otra cosa que hacer, toma tu corona del Rosario en tus manos y a cada cuenta repite: "Jesús, María, os amo, salvad las almas"... En cuatro o cinco minutos habrás hecho pasar por tus dedos todas las cuentas y habrás salvado 55 almas de pecadores, habrás reparado por 55.000 blasfemias.
Dice San Agustín: "Quien salva un alma, asegura su propia salvación", y quien salva centenares y millares y hasta millones de almas, con un medio tan fácil y tan sencillo, sin salir de su casa, ¿que premio no tendrá en el cielo?
Nuestro Señor le pedía a Sor Consolata que repitiera frecuentemente ese acto de amor hasta ser incesante, es decir, continuamente, porque continuamente van muchas almas al infierno porque no hay quién las salve... Repitamos todo lo que podamos este Acto de amor: "JESÚS, MARIA, OS AMO SALVAD LAS ALMAS", para que sean muchas las almas que arranquemos al infierno para hacerlas felices eternamente en el cielo. Las almas que salvamos con este Acto de Amor, será un día nuestra corona de gloria en el cielo.
Cuando uno está ocupado con trabajos manuales, se puede repetir este Acto de Amor con la mente y tiene su mismo valor como lo dijo un día Nuestro Señor Jesucristo a Sor Consolata.
Y nosotros por qué no podríamos hacer lo mismo en lugar de perder un tiempo tan precioso en charlas inútiles; repitamos frecuentemente este Acto de Amor, y así acumularemos tesoros preciosísimos para el Cielo.
Los que se salvaron están en el cielo por haber amado a Dios. Los grados de gloria en el cielo se miden por la intensidad del amor que las almas practicaron en la vida.
Sólo entonces nos daremos cuenta de lo que vale un Acto de Amor y de su fecundidad en salvar almas.
Sor Consolata le pidió un día a Jesús: "Jesús enséñame a orar". Y he aquí la Divina respuesta: "¿No sabes orar? ¿Hay acaso oración más hermosa y que sea más grata que el Acto de Amor?"


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SEPTIEMBRE, MES DE LA PATRIA - DEMOS GRACIAS A JESUS Y A MARIA POR LOS 200 AÑOS DE CHILE


Salve augusta Patrona de Chile
que arrullaste la Patria al nacer
Que en tus manos llevaste su enseña
y a tu sombra lo has visto crecer

En las horas de gozo o de duelo
en las horas de guerra o de paz,
Tu la Reina serás de este suelo
que es tu herencia, tu pueblo y tu altar

A Ti elevan doquier nuestra gente
de tres siglos la dulce canción
y palpita en el eco bullente
su alma heroica y su gran corazón

A tu lado de Chile el acero
fulminaba con lumbre sin par
de sus triunfos y lauros veneros
son el Ande y Pacifico mar.

Nuestros Padres tu enseña sagrada
nos legaron con Patria y honor
siempre en Chile será inmaculado
será siempre tesoro de amor.

Oye, oh Virgen, el voto severo
que ante el mundo lanzamos aquí:
“Antes rinda su aliento postrero
que la Patria se olvide de Ti”