sábado, 31 de julio de 2010


Vanidad y Vacío o Responsabilidad y Trascendencia?
Eclesiastés, 1, 2; 2, 21-23; Sal. 89; Col. 3, 1-5.9-11; Lc. 12, 13-21.


Material Enviado Por Nuestro Querido Amigo y Hermano en la fe el Presbítero Padre Carmelo Hernández desde Tenerife Islas Canarias. España.


Si nos colocamos en un punto de mira alto podemos ver claramente la perspectiva de todo lo que nos rodea; subimos a una montaña alta y desde allí podemos contemplar el paisaje en su conjunto y nos daremos cuenta mejor de la situación en conjunto del lugar que contemplamos. Si estamos en un momento trascendental de la existencia y miramos la vida con suficiente perspectiva y serenidad, nos daremos cuenta de lo que realmente ha merecido la pena o no de lo que hemos hecho o vivido. Si queremos vivir la vida no desde la superficialidad del que simplemente se deja llevar por ella sino con sentido de responsabilidad hemos de ponernos en ese punto de mira alto con unos buenos criterios de perspectiva para saber darle a las cosas su justo valor.
En la parábola que Jesús nos propone hoy en el evangelio ese momento podría ser cuando ‘Dios le dice: Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?’ Se había afanado en sus trabajos para obtener grandes ganancias y ahora sólo quería disfrutar, pero quizá le había faltado la perspectiva verdadera para su vida, pero que ahora será demasiado tarde. Pero es una parábola que Jesús nos propone para que aprendamos la lección.
Hemos de detenernos en la vida, subirnos a ese punto de mira de buena perspectiva y no será demasiado tarde si descubrimos el mensaje que nos dé verdadero valor a la vida.
Vivimos en medio de las realidades temporales que van conformando nuestra vida en nuestros trabajos, en nuestras responsabilidades, en nuestros deseos de ser felices también; queremos disfrutar de la vida y de lo que tenemos, lo que en sí mismo no podemos decir que sea malo. Tenemos una familia de la que no nos podemos sentir ajenos de ninguna manera porque es parte importante de nuestra vida y en consecuencia de nuestras responsabilidades. Hay unas responsabilidades también en relación a esa sociedad en la que vivimos que entre todos hemos de construir mejor cada día. Y tenemos que usar de unos medios materiales y económicos también porque los necesitamos en nuestras mutuas relaciones y en la atención a nuestras necesidades.
Pero, ¿cuál es la perspectiva desde la que hemos de mirar toda esa realidad de nuestra vida y que nos hará que nos esforcemos por lo verdaderamente importante?
Creo que nos damos cuenta que no podemos quedarnos en la materialidad de las cosas y del momento presente. Tenemos que buscar lo que le dé verdadera profundidad, sentido y trascendencia a lo que vivimos y hacemos. De lo contrario todo podría convertírsenos en vanidad y vacío. Lo que nos decía el sabio del Eclesiastés. Agobios y más agobios en la vida y algunas veces podríamos pensar que no tienen salida ni fin. O no conseguimos todo a lo que aspiramos o nos vienen contratiempos y problemas que pueden destruir todo eso que hemos intentando construir.
Vanidad cuando todo lo hacemos pensando sólo en nosotros mismos, sólo por nuestro disfrute terreno, o con la vaciedad de cuando vivimos un puro materialismo. Tantos que contemplamos derrotados y destrozados, vacíos y desorientados cuando viven la vida en un sinsentido, en materialismo paralizante y en un pura sensualidad del momento presente que al final termina esclavizándonos de nuestros sentidos y nuestros deseos.
‘Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato…’ pedíamos en el salmo. ¿Qué es nuestra vida? ¿Cuántos son nuestros días o nuestros años? ‘Mil años en tu presencia son como un ayer que pasó… como hierba que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca…’ Nuestra vida no se consume con los días que aquí vivimos y todo es lo que ahora podamos sufrir o disfrutar. Hay algo que da una trascendencia a nuestra vida y que sólo en el Señor podemos encontrar. ‘Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos’, seguimos diciendo con el salmo.
Vivamos con responsabilidad la vida no encerrados en nosotros mismos o en el disfrute egoísta de nuestras cosas. No podemos, por otra parte, vivir ajenos a aislados de los demás. Tenemos una responsabilidad con la sociedad en la que vivimos, empezando por la familia de la que formamos parte, o aquel lugar concreto donde convivimos con los demás y hacemos nuestra vida.
¿Con que vamos a contribuir? No es sólo lo material lo que podemos ofrecer, hay algo más que podemos ofrecer de la riqueza que es nuestra propia vida. Todos hemos de contribuir a esa armonía, a esa paz, a esa buena convivencia, a ese sentido nuevo de fraternidad con aquellos que nos rodean, poniendo el granito de arena de nuestros valores y cualidades. No vamos a construir graneros para nosotros solos sino que hemos de abrirnos a los demás, pensar en los otros que formamos todos este mismo mundo como una gran familia.
Vivimos en medio del mundo y hacemos uso de las realidades de nuestro mundo, pero como cristianos nosotros tenemos otro sentido que darle a todo eso, tenemos otros valores que nacen de nuestra fe en Jesús y su evangelio al que hemos convertido nuestro corazón.
La Palabra nos invita a no engañarnos a nosotros mismos y a renovarnos de verdad cuando nos hemos decidido a seguir a Jesús. ‘Despojaos del hombre viejo con sus obras… dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros… y revestíos del hombre nuevo…’ nos dice san Pablo. Y nos habla de las idolatrías que pudiera haber en nuestra vida, impurezas y malas pasiones, codicias y avaricias. Lo que nos decía Jesús en el evangelio. ‘Guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes’.
Una perspectiva nueva que nos hace mirar las cosas en su justo valor y sentido, una perspectiva que nos hace sentir la trascendencia que tiene nuestra vida. La plenitud sólo podremos tenerla en el Señor y la plenitud que el nos ofrece es vida eterna, es felicidad eterna. ¿Para qué andar agobiados entonces por las cosas terrenas y materiales? Que no sea vacío y vanidad nuestra vida, sino que sepamos llenarla de lo verdaderamente importante.

viernes, 23 de julio de 2010

PARA LA FESTIVIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL. UN MATERIAL DE LECTURA DIVINA. JULIO 2010



Santiago Apóstol .Domingo, 25 de Julio de 2.010
“Servid amor, servid con amor”

Evangelio:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,20-28):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»
Palabra del Señor
.
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
san Mateo (20,20-28)



REAPRENDER LA CONFIANZA.



Lucas y Mateo han recogido en sus respectivos evangelios unas palabras de Jesús que, sin duda, quedaron muy grabadas en sus seguidores más cercanos. Es fácil que las haya pronunciado mientras se movía con sus discípulos por las aldeas de Galilea, pidiendo algo de comer, buscando acogida o llamando a la puerta de los vecinos.
Probablemente, no siempre reciben la respuesta deseada, pero Jesús no se desalienta. Su confianza en el Padre es absoluta. Sus seguidores han de aprender a confiar como él: «Os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá». Jesús sabe lo que está diciendo pues su experiencia es ésta: «quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre».
Si algo hemos de reaprender de Jesús en estos tiempos de crisis y desconcierto en su Iglesia es la confianza. No como una actitud ingenua de quienes se tranquilizan esperando tiempos mejores. Menos aún como una postura pasiva e irresponsable, sino como el comportamiento más evangélico y profético de seguir hoy a Jesús, el Cristo. De hecho, aunque sus tres invitaciones apuntan hacia la misma actitud básica de confianza en Dios, su lenguaje sugiere diversos matices.
«Pedir» es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede conseguir con su propio esfuerzo. Así imaginaba Jesús a sus seguidores: como hombres y mujeres pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosuficiencia. No es una desgracia vivir en una Iglesia pobre, débil y privada de poder. Lo deplorable es pretender seguir hoy a Jesús pidiendo al mundo una protección que sólo nos puede venir del Padre.
«Buscar» no es sólo pedir. Es, además, moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está encubierto o escondido. Así ve Jesús a sus seguidores: como «buscadores del reino de Dios y su justicia». Es normal vivir hoy en una Iglesia desconcertada ante un futuro incierto. Lo extraño es no movilizarnos para buscar juntos caminos nuevos para sembrar el Evangelio en la cultura moderna.
«Llamar» es gritar a alguien al que no sentimos cerca, pero creemos que nos puede escuchar y atender. Así gritaba Jesús al Padre en la soledad de la cruz. Es explicable que se oscurezca hoy la fe de no pocos cristianos que aprendieron a decirla, celebrarla y vivirla en una cultura premoderna. Lo lamentable es que no nos esforcemos más por aprender a seguir hoy a Jesús gritando a Dios desde las contradicciones, conflictos e interrogantes del mundo actual.
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Primera Lectura
Salmo
Segunda Lectura
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FERNÁNDO MOSTEIRO. AMIGO ESPAÑOL.

Extraído desde Su blog católico:



http://odresnuevos.wordpress.com/

HOMILIA DEL DOMINGO 25 DE JULIO 2010. CON MATERIAL LITURGICO INCLUIDO



Material Elaborado con gran Cariño Por Nuestyro Amigo el Presbítero Padre Carmelo Hernández, Desde Tenerife España.


MONICIÓN DE ENTRADA


La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, esté con todos vosotrosDe nuevo, en pleno verano, Jesús nos invita a un rato tranquilo con El. Para escuchar su Palabra, para alimentarnos en su mesa, para compartir y fortalecer nuestra fe con la fuerza de su Espíritu.La mejor parte del discípulo, escucharemos en el Evangelio de hoy, es estar, como María, a los pies de Jesús. La cuestión no es ser activo o contemplativo, sino en no vivir inquietos. Marta sólo ve lo inmediato. María ve más lejos, ha descubierto que con Jesús lo tiene todo.Como comunidad cristiana, celebramos la Eucaristía escogiendo la parte mejor: escuchar al Señor que nos habla en lo más íntimo de nuestro ser.


ACTO PENITENCIAL


Sintiéndonos frágiles y pecadores reconocemos nuestras culpas.


- Porque a veces silenciamos y desoímos la Palabra de Dios. Señor, ten piedad

- Porque separamos con frecuencia la oración de la vida. Cristo, ten piedad.

- Porque nos desentendemos de los problemas de la gente. Señor, ten piedad


MONICIONES A LAS LECTURAS


En la primera lectura, escucharemos cómo Dios se presenta, en forma de tres hombres que van de camino, ante la tienda donde residía Abrahán, que los acoge con gran hospitalidad.


En esta segunda lectura, San pablo se siente contento, a pesar de los sufrimientos, porque puede llevar a cabo la misión evangelizadora que Dios le ha confiado: anunciar a Cristo a todos.

Evangelio: Jesús, humano como nosotros, tiene amigos a los que quiere y necesita. Tres de ellos son los hermanos de Betania a los que se dirige hoy a visitar. Y ellos aprenderán una lección: que el arte de amar se debe alimentar es la escucha de la Palabra.


No Pases De Largo Junto a Tu Siervo

Gén. 18, 1-10; Sal. 14; Col. 1, 24-28; Lc. 10, 38-42


‘Abrahán, al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda… si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo’. Así escuchábamos el relato del Génesis. ‘Jesús mientras iba de camino entro en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa’, nos dice el Evangelio. Y allí, Marta y María, cada una a su manera acogen y reciben a Jesús en su casa. Al escuchar estos dos textos se nos está sugiriendo la hermosa virtud de la acogida y de la hospitalidad. Sin hacernos demasiadas consideraciones pensamos lo hermoso que es la hospitalidad con la que podemos y tendríamos que sabernos acoger los unos a los otros y decimos que queremos ser hospitalarios y acogedores con los demás. Nos parece lo más correcto en una buena educación y lo más humano en una relación mutua entre unos y otros.Pero si os digo a continuación que añoro aquellos tiempos en que nuestras casas estaban siempre abiertas, las puertas no se cerraban nunca, los vecinos entrábamos con toda confianza y libertad en las casas de los unos y de los otros, e igual recibíamos a cualquiera que pasara por nuestra puerta, seguro que enseguida decimos, es que eso era en otros tiempos, con los tiempos que corren ya no podemos actuar así ni tener abiertas las puertas de nuestras casas de la misma manera, ahora no sabemos de quién nos podemos fiar. Pero, ¿queremos ser acogedores y hospitalarios sí o no? ¿Es cuestión de corrección, de educación, de humanidad o tiene que ser algo más?¿Cómo vamos a entender esa hospitalidad? No me atrevo a decir si es cuestión o no de abrir o cerrar puertas, pero creo que sí podemos constatar que hoy andamos en la vida muy llenos de desconfianzas. Serán o no serán las puertas de nuestras casas las que permanecen abiertas o cerradas, pero creo que lo que verdad tiene que interrogarnos es si es nuestro corazón el que está de alguna manera cerrado por esa desconfianza. Sí, desconfianzas… aparecen muchas en la vida: al que no conocemos, al que nos parece forastero, al que no es de los nuestros, al que tiene la piel de otro color, al que es un inmigrante y no sabemos ni de donde viene, al que nos parece sospechoso por su aspecto, al que es de tal o cual condición… no vamos a seguir pero son tantos los ‘peros’ que vamos poniendo como murallas entre unos y otros que nos impiden o distancian nuestra relación mutua. Pienso que es bueno que nos hagamos esta reflexión a la luz de lo que la Palabra de Dios hoy nos sugiere. Pero una reflexión que tenemos que hacernos con los pies bien sobre la tierra pero con los oídos del corazón bien abiertos a lo que el Señor quiera decirnos o pedirnos. Nos podíamos quedar en nuestra reflexión en pensar en esa acogida como una relación con Dios; Dios que viene a nosotros y al que tenemos que saber escuchar y acoger en nuestra vida. El texto del Evangelio contemplando a María a los pies de Jesús escuchándole nos puede hacer pensar en esa escucha que tenemos que saber hacer de Dios en nuestro corazón. Y muchas veces hemos querido hacer demasiadas distinciones y diferencias entre la manera de acoger Marta a Jesús en su casa y la manera de hacerlo María. No tendríamos, por supuesto, que enfrentar posturas, sino más bien conjuntar. Por otra parte sabemos que el encuentro que Abrahán tiene con aquellos tres caminantes es un encuentro con Dios que se le manifiesta. Además de entrada el texto ha dicho ‘El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré’. Mucho podríamos reflexionar por ese camino.Pero tenemos que reconocer y descubrir cómo Dios sigue viniendo al encuentro del hombre hoy, y cómo nosotros hemos de saber acogerle. Es cierto que son los Sacramentos, que será su Palabra proclamada y contenida en la Biblia; pero no olvidemos cómo Jesús nos enseña cómo también tenemos que saber descubrirle a El en los demás, porque ‘todo lo que hicisteis a uno de estos mis humildes hermanos a mi me lo hicisteis… tuve hambre… tuve sed… era forastero… estuve desnudo… enfermo y en la cárcel…’ que nos dice Jesús. Creo que entonces sí podremos reconocer que lo que hablábamos al principio de la hospitalidad y la acogida no está tan lejos del espíritu del Evangelio. Y esa acogida y hospitalidad tiene que traducirse en muchos gestos, en muchas posturas, en muchas actitudes de las que tenemos que llenar nuestro corazón¿Qué podemos ofrecer al que llega a las puertas de nuestra vida? Algunas veces nos puede parecer más fácil el dar cosas, aunque nos duela en ocasiones rascar nuestros bolsillos para dar de lo nuestro, sin embargo podemos preferirlo por más cómodo o menos comprometido. Nos tenemos que dar cuenta que quien llega a nosotros es una persona, quizá, es cierto, con unas necesidades materiales que podremos o no resolvérselas; pero esa persona con su vida es algo más que unas necesidades materiales. Abrahán ofreció sombra junto al árbol de Mambré, agua y una hogaza de pan para descansar y recuperar fuerzas; Marta y María la acogida de su casa, los preparativos necesarios de una mesa servida con amor, el silencio de una escucha para que Jesús se sintiera a gusto en aquel hogar. Bien significativo todo eso para nosotros.Por eso una verdadera acogida, un verdadero espíritu de hospitalidad tiene que pasar por la acogida a la persona, por el respeto que le manifestemos, por el tiempo que sepamos dedicarle para escucharle sin dar por sentado que ya nos sabemos sus problemas o necesidades, por ese silencio que sepamos hacer en nosotros o en nuestros pequeños problemas para atender atentamente a quien llega a nosotros, por el afecto que seamos capaces de tener en nuestro corazón y mostrarlo con nuestros gestos, con nuestra sencillez, con nuestra cercanía, por esa apertura de nuestro espíritu sea quien sea aquel con quien nos encontremos para no hacer diferencias ni distinciones a las que tan acostumbrados estamos. Es una forma de abrir las puertas de nuestra vida, de nuestro corazón para dejar que el otro llegue a nuestro lado y se pueda sentir a gusto con nosotros.Todo eso, que podemos decir, está en un plano humano, sin embargo para nosotros desde nuestra fe se trasciende, se eleva a otros niveles y categorías. Porque en nuestra fe sabemos quien es en verdad el que llega a nosotros y al que tenemos que acoger. Es lo que antes recordábamos de lo que nos dice Jesús que todo lo que le hagamos al otro a El se lo hacemos, que toda esa acogida que estamos haciendo al hombre, es acogida que estamos haciendo a Dios que llega a nuestra vida.‘Si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo’, le pedía Abrahán a Dios que llegaba a él en el símbolo de aquellos tres personajes. Pero tendríamos que decirnos que no pasemos nosotros de largo nunca junto a ese hermano con el que nos vamos tropezando en los caminos de nuestra vida o que llega a tocar a las puertas de nuestro corazón. Que sepamos ofrecerle esa jarra de agua o ese pedazo de pan de nuestra amistad, nuestro cariño, nuestra acogida, nuestra ayuda, nuestra escucha, en una palabra, nuestro amor.


ORACIÓN UNIVERSAL


En este clima de encuentro y de oración presentamos al Señor nuestras necesidades.1. Para que en la Iglesia vivamos la hospitalidad, la acogida, el compromiso de compartir, como consecuencia de nuestro trato personal con Jesús. Roguemos al Señor.2. Por los más queridos de Dios, los pobres y todos los que sufren por cualquier causa. Que nunca les olvidemos, y hagamos todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles en su necesidad. Roguemos al Señor.3. Para que sepamos unir la acción y la oración, el amor a Dios y al prójimo, fundamental en nuestra vida cristiana. Roguemos al Señor.4. Por quienes se afanan excesivamente por las cosas materiales, para que comprendan que "no sólo de pan vive el hombre", Roguemos al Señor.5. Para que nuestra comunidad parroquial ayude a cuantos viven entre nosotros a descubrir sus valores y capacidades. Roguemos al Señor.6. Por todos los que vivimos en esta sociedad, para que alejemos de nosotros todo lo que tiende a encerrarnos y hacernos desconfiados. Roguemos al Señor.Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu amor sobre nosotros y todos los hombres y mujeres del mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor.


MONICIÓN FINAL


Como le ocurría a Marta ¡qué difícil es hoy escuchar a Jesús! Sin embargo hoy es más necesario que nunca. Que nuestra vida no sea sólo un continuo correr; que encontremos tiempo para escuchar, con seriedad y serenidad, la Palabra de Dios; una Palabra que no viene a imponernos cargas pesadas, sino a darnos una Buena Noticia. Al terminar nuestra Eucaristía, recordemos lo que nos ha pedido hoy: que escuchemos sus palabras, que nos llenemos de su amor y nos maravillemos con su presencia. Solo así podremos seguir caminando por el mundo.

jueves, 22 de julio de 2010

El secreto de la vocación está en la oración. JULIO 2010


El Papa nos enseña que el recogimiento nos ayuda a tratar a Dios.

Hace poco me habéis preguntado: ¿cómo se puede reconocer la llamada de Dios? Y bien, el secreto de la vocación está en la capacidad y en la alegría de distinguir, escuchar y seguir su voz. Pero para hacer esto, es necesario acostumbrar nuestro corazón a reconocer al Señor, a sentirle como una Persona que está cerca de mí y me ama. Como dije esta mañana, es importante aprender a vivir momentos de silencio interior en el día a día para ser capaces de escuchar la voz del Señor.

Estad seguros de que si uno aprende a escuchar esta voz y a seguirla con generosidad, no tiene miedo de nada, sabe y siente que Dios está con él, con ella, que es Amigo, Padre y Hermano. Dicho en una palabra: el secreto de la vocación está en la relación con Dios, en la oración que crece precisamente en el silencio interior, en la capacidad de escuchar que Dios está cerca. Y esto es verdad tanto antes de la decisión, en el momento, es decir, de decidir y de partir, como después, si se quiere ser fieles y perseverar en el camino. San Pedro Celestino fue ante todo esto: un hombre de escucha, de silencio interior, un hombre de oración, un hombre de Dios. Queridos jóvenes: encontrad siempre un espacio en vuestras jornadas para Dios, ¡para escucharle y hablarle!
Y aquí, quisiera deciros una segunda cosa: la verdadera oración no es de hecho extraña a la realidad. Si rezar os alienara, os quitase de vuestra vida real, estad en guardia: ¡no sería verdadera oración! Al contrario, el dialogo con Dios es garantía de verdad, de verdad consigo mismo y con los demás, y por tanto de libertad.

Estar con Dios, escuchar su Palabra, en el Evangelio, en la liturgia de la Iglesia, defiende de las fascinaciones del orgullo y de la presunción, de las modas y de los conformismos, y da la fuerza de ser verdaderamente libres, incluso de ciertas tentaciones enmascaradas de cosas buenas. Me habéis preguntado: ¿cómo podemos estar en el mundo sin ser del mundo? Os respondo: precisamente gracias a la oración, al contacto personal con Dios.

No se trata de multiplicar las palabras - ya lo decía Jesús -, sino de estar en la presencia de Dios, haciendo propias, en la mente y en el corazón, las frases del "Padre Nuestro", que abraza todos los problemas de nuestra vida, o también adorando la Eucaristía, meditando el Evangelio en nuestra habitación, o participando con recogimiento en la liturgia. Todo esto no separa de la vida, sino que ayuda a ser verdaderamente uno mismo en todo ambiente, fieles a la voz de Dios que habla a la conciencia, libres de los condicionamientos del momento. (...) Quien le sigue no tiene miedo ni siquiera de renunciar a sí mismo, a su propia idea, porque "quien tiene a Dios, nada le falta", como decía santa Teresa de Ávila.
PALABRAS DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI. A LOS JÓVENES EN SULMONA

HOMILIA DE MONS.CRISTIAN CONTRERAS MOLINA EN LA FIESTA DE SANTA TERESA DE LOS ANDES. JULIO 2010



Homilía en la Fiesta de Santa Teresa de Los Andes, 13 de Julio de 2010.


Hermanos y hermanas en la fe: Qué consejo más reconfortante es el que hoy nos recuerda San Pablo en su carta a los cristianos de Tesalónica: “Tengan siempre la alegría del Señor, lo repito estén alegres, el Señor está cerca, no se aflijan por nada, más bien preséntenselo todo a Dios en oración”.

La cita de Pablo me trae a la memoria las primeras palabras de la oración que compuso monseñor Enrique Alvear al tratar de explicarse el por qué Dios escogió a nuestra querida Teresita y la privilegió con su amor y llamado a la santidad: Tú escogiste a Teresa de Jesús de Los Andes para manifestar a los hombres la alegría de conocerte y amarte”.

Si Teresita de Los Andes está en el corazón de Dios y en el corazón de los discípulos de Jesús es porque desde pequeña cultivó una cercanía amorosa con quien pasó a ser su único Señor y en quien encontró el camino para ser feliz sin haber sido privada de muchos momentos y situaciones de dolor y de cruz. Por eso fue necesario que desde su infancia comenzara en ella el reinado de la Gracia, es decir, de la vida sobrenatural. Juanita no estuvo exenta de muchas pasiones que atan el corazón del ser humano como es el orgullo, la vanidad y una cierta dosis de amor propio que daban origen a sus imperfecciones y defectos. Conocidos son sus desencuentros con su hermana Rebeca.

Quienes han escrito sobres sus años de infancia señalan: No todo en Juanita era armonioso y perfecto. Impaciente, temperamental y enérgica…había heredado el carácter de su madre… Se le veía algo vanidosa y en algunas oportunidades violenta, sin embargo, por amor a Jesucristo se propuso al menos no acostarse jamás sin haber pedido perdón a la persona que en ese día pudiese haber ofendido. Pero ella quería cambiar. Había oído que quienes se confesaban se arrepentían de verdad. Es por eso que se dirigió un día al oratorio de su abuelo para que el canónigo don Aníbal Carvajal la confesase. El le explicó que era imposible a su corta edad. Ante su insistencia la alentó para que hablara con el Señor, El le daría fuerzas para aplacar su carácter.

Una serena reflexión nos permite destacar en este momento de la vida de Tersita el gran cariño y cercanía que sentía de parte de su madre, de su abuelo Eulogio, de las monjitas de su colegio y de la formación cristiana que fue recibiendo en forma paralela de parte de su familia, de los sacerdotes y el testimonio de los humildes en la hacienda de Chacabuco donde compartía con los niños y a quienes misionaba con su encanto, con su fervorosa oración y alegre compañía. Recuerda con emoción sus vacaciones en este valle que la elevaba por sobre las alturas hasta creer, en sus pensamientos de niña que el cielo se empinaba por sobre las maravillas de la cordillera de Los Andes. Con la oración fue entrando rápidamente en el misterio fascinante de Dios revelado en su Hijo Jesucristo.

Como fruto de su constante inmolación, Dios la fue llevando a honduras insospechadas. La colmó de gracias especiales con las que se acercó más y más a su divino modelo, Jesús crucificado.

Teresita solía decir: “Vivo con El y, a pesar de estar en los paseos, ambos conversamos sin que nadie nos sorprenda ni pueda interrumpirnos. He sido cautivada en las redes amorosas del Divino Pescador… todo lo que lo quiero, me es imposible decirlo. Mi pensamiento no se ocupa sino en El. El es mi ideal.

Si bien es cierto Teresita recibió una peculiar invitación del resucitado para vivir con El junto a sus hermanas carmelitas descalzas, desde el silencio y la contemplación mantuvo una permanente oración por la familia comenzando por la suya. En el seno de su hogar fue vínculo de unión y de diálogo. En sus sueños e ideales encarnó los anhelos de tantos jóvenes que quieren ser felices formando parte de una sociedad cimentada en la fe, en la dignidad de todo ser humano, en el cultivo de una sana vida afectiva y sexual y en un futuro sin discriminaciones, odios y rencores.

Con Teresita de Los Andes queremos revitalizar nuestra vocación de discípulos y misioneros de Jesucristo. Este es el gran desafío que se ha propuesto nuestra iglesia. Desde Cristo y con Cristo salir al encuentro de quienes tienen hambre de Dios para proponerles desde la palabra y el testimonio de la vida un camino marcado por la confianza en un Padre que nos ama y perdona. Necesitamos anunciar a tiempo y a destiempo que no hay felicidad posible sin darle un sentido trascendente a la existencia y que no se participa de la creación de Dios destruyendo la vida y la dignidad de los seres humanos.

Nos proponemos vivir lo que profesamos y creemos sin las ambigüedades propias de los que contemporizan con la mediocridad, el desánimo y la frustración. Desde el evangelio queremos proclamar que el amor es más fuerte que la muerte y que este el tiempo de la salvación. Teresita nos prestará su ayuda señalándonos que no seremos testigos y misioneros si no fortalecemos nuestra fe con la oración, la reflexión personal y comunitaria de la Palabra de Dios, la celebración dominical de la eucaristía y la recepción habitual del cuerpo y sangre de Jesús, anticipo del banquete celeste. Sólo desde Cristo y con Cristo viviremos el amor que hace nuevas todas las cosas.

A días de celebrar la fiesta de la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, invocamos su presencia en este templo dedicado en su honor. Que Teresita, la verdadera discípula y misionera de Jesucristo nos anime y fortalezca en el hermoso y sublime ministerio de ser profetas de fe y esperanza, puentes de unión y signos potentes de paz y reconciliación

+ Cristián Contreras Molina, O.de M. Obispo de San Felipe

FERVOR MARIANO EN TALCA. CON LLEGADA DE LA CARMELITA DEL CONSUELO. JULIO 2010


La visita de la Carmelita comenzó tempranamente cuando arribó a la ermita de Schöenstatt, al oriente de Talca, donde fue recibida en un ambiente de profunda oración.

Más tarde se dirigió al campus San Miguel de la Universidad Católica del Maule; aquí fue acogida con un esquinazo y más tarde se efectuó un momento de oración por el mundo de la educación superior.

El recorrido de la imagen de la Patrona de Chile continuó en el Hospital de Talca, haciendo un ofrecimiento especial por las situaciones de dolor y personas enfermas. La actividad prosiguió en el territorio de la parroquia Corazón de María, siendo uno de los momentos más emotivos ya que la peregrinación pasó por calles en donde las consecuencias del terremoto de febrero se hicieron más notorias. Casas derrumbadas, sitios eriazos, mediaguas y sus moradores fueron testigos del paso de la Virgen del Carmen.

Seguidamente, se hizo oración frente al templo parroquial de Corazón María, el que se encuentra cerrado tras el sismo.Pasadas las 13:15 horas la imagen mariana arribó a la parroquia El Sagrario, a un costado del Templo Catedral, lugar en que las manifestaciones de cariño y devoción a la Carmelita fueron múltiples.Por la tarde, el recorrido siguió con una visita a la cárcel de Talca, siendo un signo de esperanza con las personas privadas de libertad.


Después visitó la Tercera Comisaría de Carabineros, en el sector de la Alameda, y posteriormente estuvo en el Regimiento de Talca, en un cuartel de bomberos destruido por el terremoto y en la parroquia San Luis Gonzaga, todo esto en el barrio norte de la ciudad.A las 18:30 horas la imagen de la Virgen del Carmen Misionera visitó las dependencias de radio Paloma, en el centro de Talca, como una manera de agradecer el servicio de este medio de comunicación en las horas y los días post terremoto.

Desde la radio la imagen fue traslada a la parroquia Inmaculada Concepción, en el sector oriente de Talca.Allí, desde las 20:00 horas, se celebró la Eucaristía en que la zona Talca Ciudad despidió a Nuestra Señora del Carmen. Esta Misa fue presidida por Monseñor Horacio Valenzuela Abarca, Obispo de Talca, y contó con una multitudinaria participación de fieles. Culminada la celebración la Patrona de Chile fue traslada a localidad de Cumpeo.Durante la jornada del jueves 22 de julio la imagen de la Virgen visita la ciudad de Curicó, en tanto que el viernes 23 recorrerá las parroquias de la zona Curicó Rural.

Esta peregrinación finalizará el sábado 24 de julio, cerca de las 15:30 horas, cuando la imagen sea entregada a la Diócesis de Rancagua.Ver más imágenes en www.diocesisdetalca.clFuente: Comunicaciones Talca

miércoles, 21 de julio de 2010

martes, 20 de julio de 2010

HOMENAJE A NUESTRA PRIMERA SANTA CHILE. STA.TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES. JULIO 2010


Santa Teresa de Los Andes, extraordinaria carmelita

Mons. Cristián Contreras Molina, OdM
[1]

Artículo publicado en Revista SERVICIO n.º 279 (2007)


Dios en su múltiple Gracia, derrama en su querida Esposa la Iglesia, carismas y dones que embellecen el Cuerpo de Cristo (1ª Cor. 12, 12-30). Estos múltiples dones del Espíritu nos hacen admirarnos del Misterio del Dios todo amor, que se nos regala en su Hijo Jesucristo.

En la Sagrada Escritura se nos dice que “Dios es como un almendro con la flor despierta” (Jr. 1, 11-12). Esta bella comparación bíblica hace referencia a los variados carismas con que Dios ha enriquecido a la Iglesia con la vida consagrada. Los religiosos son aquellos hombres y mujeres que viven en comunidad cultivando la pobreza, obediencia y castidad por amor al Reino de los cielos. Así es como surge por especial invitación del Señor la familia carmelitana teniendo como fuente de inspiración a la Virgen del Carmen.

La Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, tiene su origen en el Montecarmelo. El Carmelo es un monte de Palestina situado al oeste del Lago de Galilea, junto al Mar Mediterráneo. Algunos cruzados europeos en el siglo XII se instalaron como solitarios en las grutas del Monte. Allí, en la Fuente del Profeta Elías, edificaron una capilla a la Santísima Virgen. Todos se consideraban su familia cultivando la fraternidad y la oración. Con el correr de los años nace la Orden de los padres carmelitas extendiéndose por muchos países hasta el día de hoy.

El pueblo chileno cuenta con la presencia de la Madre de Dios bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen desde los inicios de la colonia. Pero es desde la Independencia cuando el amor a la Carmelita aparece como: “ La devoción nacional incontenible, la Reina eterna de todo el pueblo chileno”.

Muchos son los Santuarios erigidos en Chile bajo el nombre de Nuestra Señora del Carmen. Por nombrar uno de los más importantes menciono el de la Tirana. Hasta ese lugar, enclavado en medio del desierto, llegan miles de sacrificados nortinos a rendirle culto a la Madre de Dios. En la Tirana se dan cita entre otros, la gran familia minera quienes junto a sus hijos cantan y bailan al son de instrumentos expresando así su fe y su amor a Dios y a la Virgen. Recuerdo con emoción la despedida de los bailes implorando la bendición y la salud hasta el regreso.

La Diócesis de San Felipe cuenta en el Valle del Aconcagua con el Santuario de Auco erigido en honor a la Virgen del Carmen y en donde se venera a la primera santa chilena, Teresa de Jesús de Los Andes. Hasta el monasterio de las Carmelitas Descalzas ubicado a los pies de la Cordillera de Los Andes llegó Juanita Fernández Solar. Según lo que ella misma cuenta, desde su adolescencia se sitió atraída de forma irresistible por Jesús, de quien se enamoró para siempre. El día siete de mayo de 1919 ingresó al monasterio asumiendo la alegría de contar con la protección divina y la cercanía de sus hermanas religiosas. Ella misma resumió su vida en dos palabras: “ Sufrir y amar “. Teresita supo gozar en su breve existencia de las alegrías de la vida. Supo ser fuerte como la mujer que elogia la Sagrada Escritura en el dolor, y generosa en el amar. Entregó su vida al Señor el 12 de abril de 1920. Después de ofrecerse a Dios para siempre profesando los Consejos Evangélicos murió el 3 de abril de 1920. El Santo Padre, Su Santidad Juan Pablo II la beatificó en Chile el 3 de abril del año 1987. El mismo Sumo Pontífice la canonizó en Roma el 21 de marzo de 1993.

La existencia de Teresita no se entiende sin ese fuerte amor a Jesús y a su madre la Santísima Virgen. Al recibir su Primera Comunión dice que Jesús comenzó a tomar su corazón para sí. “ La Virgen me ayudó a limpiar mi corazón de toda imperfección”. Teresita en su diario de vida señala: “Desde los siete años, más o menos, nació en mi alma una devoción muy grande a mi Madre la Santísima Virgen. Lucho (su hermano querido) me dio esta devoción con la que he estado y estaré hasta mi muerte. Le contaba todo lo que me pasaba y ella me hablaba. Sentía su voz dentro de mi misma clara y distintamente. Ella me aconsejaba y me decía lo que debía hacer para agradar a Nuestro Señor. Yo creía que esto era lo más natural y jamás se me ocurrió decir lo que la Santísima Virgen me decía. Todos los días Lucho me convidaba a rezar el rosario e hicimos juntos la promesa de rezarlo toda la vida, lo que he cumplido hasta ahora”.

A lo largo de su vida Teresita debió pasar por diversas pruebas y noches oscuras hasta llegar al “puerto del Carmelo”. Todas estas noches oscuras las pasó en intimidad y unión filial con María, la mujer santa que fue siempre su fortaleza y consuelo. A ella le escribe una carta a la edad de quince años cuando estaba en el colegio. En esa carta dice: “Madre querida, Madre casi idolatrada, te escribo para desahogar mi corazón despedazado por el dolor... me ahoga el dolor, Madre mía. Sufro, pero estoy feliz sufriendo. He quitado la cruz a mi Jesús. Él descansa. ¿Qué mayor felicidad para mi?” Teresita al entrar al Carmelo dedicó su vida a la oración, al diálogo fecundo con su Señor, rezaba intensamente por la evangelización de los pueblos, por la unión de las familias y por la fidelidad de los jóvenes al único Señor de la historia. Enamorada de Cristo, sintió que el Carmelo era el lugar más idóneo para cultivar la espiritualidad de la comunión por su silencio, recogimiento, y la fraterna compañía de sus hermanas de claustro.

Me he detenido en la santidad de Teresita de Los Andes para hablar de la importancia de la espiritualidad carmelitana vivida por esta extraordinaria jovencita carmelita. Su testimonio de vida nos permite afirmar que la santidad es posible y que el llamado a la perfección lo puede escuchar y seguir todo discípulo de Jesucristo que con la gracia del resucitado sigue las enseñanzas del que es camino, verdad y vida. Teresita se santificó siendo una hija generosa y responsable, abierta al amor y sensible al dolor. Como joven sentía el gozo de compartir con sus amigas de colegio y con aquellos familiares con los cuales compartía el descanso y la misión de salir a evangelizar como una catequista que enseña con el testimonio de su vida la Palabra de Dios y la Palabra de la Iglesia.

El Santuario de Santa Teresa de Los Andes, se ha convertido en un ámbito de acogida, encuentro y oración. Son miles los peregrinos que a diario llegan hasta este lugar santo para rezar, celebrar la Santa Misa y recibir el sacramento de la reconciliación. Son muchos los bautizados que llegan portando una imagen de Jesús, de la Virgen o de un santo para que el sacerdote se los bendiga. Pero es a Teresita a quien le confidencian sus penas y alegrías. Hasta ella llegan los ancianos contándole de sus dolencias y soledad. Teresita escucha a centenares de jóvenes que tienen hambre de ser escuchados, valorados y aceptados en una sociedad que muchas veces se escucha a sí misma y no les ofrece el espacio donde decanten sus esperanzas e ilusiones. Hasta la cripta de nuestra santa llegan miles de mujeres que sufren a causa de la infidelidad de sus maridos y las dificultades que ellas tienen para alimentar, educar y formar a sus hijos en la fe y en aquellos valores que dignifican y promueven el amor verdadero, la justicia y la verdad que hace libre.

Teresita, la enamorada de Jesús es un modelo de sencillez, sobriedad y desprendimiento. Es modelo de amor por la familia, cercanía a los niños y especialmente a los jóvenes. Teresita con su testimonio nos enseña a rezar, a contemplar en el silencio el amor gratuito de Dios, el cual debe reflejarse en la entrega generosa a los hermanos. El Santuario de Santa Teresa seguirá siendo la casa que acoge, un espacio para alabar, bendecir y pedir. Auco es un lugar santo porque allí está el “Santo de los Santos, Jesucristo”, María Santísima Nuestra Señora del Carmen y nuestra querida hermana Teresita de Los Andes.


[1] Mons. Cristián Contreras Molina es Obispo de San Felipe.

HACER DEL DEPORTE UNA INSTANCIA DE COMUNIDAD. Julio 2010


Señal de la cruz al ingreso a la cancha

(oraciones y meditaciones)

Oración por el Fútbol y el Deporte .


Dios Padre de bondad,te alabamos por la vida que nos regalasy por todos los valores humanospresentes en el fútbol y el deportedonde reconocemos tu infinito amor.
Te bendecimos, Padreporque nos diste el don del juegoque nos permite divertirnos y crecerfísica y espiritualmente.
En Ti nos reconocemos hermanos y hermanas,también en las competencias y torneosporque Tú quieres que seamos unoy que nos congreguemos en un mismo amor.
Nosotros, discípulos misioneros de tu Hijo,le reconocemos como Camino, Verdad y Vida,fuente de encuentro y de alegría.En su triunfo sobre la muertefundamos nuestra esperanzaen la Copa definitiva y verdadera.
Bendice, Señor,a todos los futbolistas y deportistas,a sus familias y a quienes les apoyan.Ayúdales a sacar el mayor biende su talento y espíritu de equipo.Que sean siempre personas sanas,honestas y solidarias.
Y a todos nosotros,danos ánimo para jugar siempre limpioen el fútbol y en toda la vidapara que podamos, con tu Gracia,alcanzar el título eterno de la Vida en Ti.
Amén.

MATERIAL DE APOYO PARA EL DEPORTE EN VACACIONES DE INVIERNO. Julio 2010


Gracias, Señor, por el fútbol
Ficha para Encuentro de Comunidad
[1] - 2010


Objetivo del encuentro:
Reflexionar sobre los valores y amenazas presentes en el fútbol y en la práctica deportiva, y discernir conforme a la mirada del Evangelio una actitud cristiana frente al Campeonato Mundial de Fútbol.


1. AMBIENTACIÓN

Lugar: Se sugiere ambientar el lugar con un marco futbolístico: llevar balones de fútbol, armar un mural fotográfico con imágenes de partidos de fútbol, fotos de equipos y de jugadores (preferentemente de los seleccionados nacionales), afiches deportivos, tablas de posiciones, recortes de diarios, etc.

Implementos: Se recomienda que los animadores utilicen algunos elementos propios del fútbol, como un pito de árbitro para marcar los cierres de trabajo grupal u otros momentos; una tarjeta amarilla, para amonestar a los “bulliciosos” o a los “distraídos”. También se requieren papelógrafo, plumones, un equipo reproductor de audio (computador, ipod, CD o caset) y una música de campeones (se sugiere “We are the champions”, de Queen)


2. SALUDO FRATERNO


3. MOTIVACIÓN

ANIMADOR: Hoy hablaremos de un tema común en nuestra vida: del fútbol. Y también hablaremos del tema principal de nuestra comunidad: de Dios.
¿Les parece si hablamos de Dios y del fútbol?
Pues bien, pensemos que este lugar donde nos reunimos es un estadio de fútbol, y que miles de personas nos observan como público. Nosotros somos los jugadores y vamos a hacer ingreso a la cancha.
Tal como somos, con nuestras virtudes y defectos, con nuestra historia, con nuestros sueños, nos vestimos con el equipo de fútbol y seremos por 90 minutos un jugador en un estadio.
Les invitamos a salir de la sala, a formarnos con mucha solemnidad y respeto (no importa cuántos somos por equipo), a trotar ligeramente para preparar el estado físico, y cuando yo les indique, entraremos en la cancha.

(Salen las personas y se forman, para entrar en dos filas, ojalá por dos puertas distintas)


4. ENTRADA A LA CANCHA

(Se empieza a reproducir la música)

ANIMADOR: Bienvenidos futbolistas, por favor ingresen al campo de juego.

(Entran las personas y se colocan en sus puestos habituales)

(Se baja la música)

(El animador lanza al grupo las siguientes preguntas para suscitar un diálogo amplio)

ANIMADOR:

¿Qué sensación vivimos cuando entramos a la cancha?
¿Qué esperábamos de nuestro ingreso?
¿Qué nos preocupaba al entrar?
¿Qué miedos tuvimos?
¿Cómo definiríamos, en una palabra, nuestra “pose”, nuestra “actitud” al entrar?
¿Cuántos de nosotros pensamos en Dios al entrar?
¿Alguien hizo la señal de la cruz?

5. ENTRENAMIENTO: TRABAJO GRUPAL (30 minutos)

(Se invita a reunirse en grupos de tres o cuatro personas)

ANIMADOR:

Les invito a ENTRENAR en grupos. Vamos a hacer un entrenamiento, una práctica. Pero ejercitaremos esta vez nuestra imaginación, nuestro análisis crítico, nuestras ideas. Será un ENTRENAMIENTO conversado.

Pensando en lo que han sabido o visto del Mundial de Fútbol 2010, de la etapa clasificatoria, o de los partidos de fútbol en general, les invitamos a conversar sobre:

- hechos, situaciones, palabras, cercanos a Jesús y al Evangelio; y
- hechos, situaciones, palabras, alejados de Jesús y del Evangelio.

(20 min)

Por favor, escriban los dos listados y dibujen en un papelógrafo una actitud evangélica que ustedes valoren en el Mundial o en el fútbol.

(10 min)


6. PLENARIO

(Se invita a compartir los listados de valores y antivalores y a mostrar los dibujos)


7. LA PALABRA DEL PERFECTO ENTRENADOR

Motivación a la Palabra

ANIMADOR: Queremos escuchar a Jesús, el perfecto entrenador. Queremos que su Palabra guíe nuestras prácticas. Pensemos que estamos en el estadio, en el centro de la cancha, a punto de iniciar el partido. Y que el público permanece en respetuoso silencio. Pensemos que esta palabra se escucha por todos los altoparlantes del estadio. Escuchemos al Señor…

CANTO
Padre, únenos.
Padre, únenos.
Que el mundo crea en tu amor.
Padre únenos.

(Se invita a un integrante de la comunidad a proclamar Jn 17, 20-24)


† Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan

A la hora de pasar de este mundo al Padre,
Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
Que todos sean uno:
como Tú, Padre, estás en mí y Yo en ti,
que también ellos sean uno en nosotros,
para que el mundo crea
que Tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria
que Tú me diste,
para que sean uno,
como nosotros somos uno
-Yo en ellos y Tú en mí-.
para que sean perfectamente uno
y el mundo conozca que Tú me has enviado
y que los has amado a ellos
como me amaste a mí.

¡Palabra del Señor!
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

CANTO: Padre, únenos…

8. MEDITACIÓN

(Permanecen el silencio. El ANIMADOR motiva a meditar, en silencio, cómo nos llega esta palabra proclamada en el centro del campo, ante el silencio del público)


9. LA PALABRA DE LA IGLESIA


(El ANIMADOR invita a escuchar palabras de Juan Pablo II y del Cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI)

ANIMADOR Escuchemos a dos grandes jugadores en el plantel que camina hacia el Señor: Juan Pablo II y Benedicto XVI. Escuchemos su palabra sobre esta pasión de multitudes.


Dijo Juan Pablo II a la UEFA en el año 2000:

“Las estructuras del fútbol están llamadas a ser un terreno de auténtica humanidad, en el que se aliente a los jóvenes a cultivar los grandes valores de la vida y a difundir por doquier las grandes virtudes que constituyen el fundamento de una digna convivencia humana, como son la tolerancia, el respeto a la dignidad humana, la paz y la fraternidad.

Queridos amigos que representáis a las Federaciones europeas, estoy seguro de que compartís mis deseos de que el fútbol constituya cada vez más un ámbito sereno, y que cada competición encarne lo que debe ser el deporte: una valoración plena del cuerpo, un sano espíritu de competición, una educación en los valores de la vida, la alegría de vivir, el juego y la fiesta.

Ojalá que el fútbol, como todo deporte, se convierta cada más en la expresión del primado del ser sobre el tener, liberándose, como acaba de observar oportunamente vuestro representante, de todo lo que le impide ser una propuesta positiva de solidaridad y fraternidad, de respeto mutuo y confrontación leal entre los hombres y las mujeres de nuestro mundo.


Dice el Cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI:

“El juego tiene, sobre todo en los niños, un sentido distinto: es un entrenamiento para la vida.
A mi juicio, la fascinación por el fútbol consiste, esencialmente, en que sabe unir de forma convincente estos dos sentidos: ayuda al hombre a autodisciplinarse y le enseña a colaborar con los demás dentro de un equipo, mostrándole como puede enfrentarse con los otros de una forma noble”.

10. ¡ A JUGAR ¡

(El Animador motiva en un ejercicio alegre y esperanzador, un juego celebrativo de esta reflexión. Invita a las personas a reunirse en dúos y a pensar en su equipo ideal de fútbol)

- Inventar nombre del equipo
- Inventar lema o consigna del equipo
- Inventar un “grito de paz” del equipo (sustituye a los tradicionales “gritos de guerra”, es una consigna con rima, en favor del equipo propio y sin alusiones negativas a los rivales).

ANIMADOR:

Hemos oído la palabra del Perfecto Entrenador, y hemos escuchado a dos talentosos jugadores. Se han entonado los himnos nacionales, sólo falta el pitazo inicial y que empiece a rodar el balón.

Les invito a agruparse en parejas (dúos) y a soñar con un equipo ideal de fútbol, haciendo nuestras las palabras de Jesús y de la Iglesia.

Les pido juntarse de a dos

- Inventen un nombre para su equipo ideal y escríbanlo con letras grandes en un cartel.
- Inventen un lema o consigna para este equipo, y escríbanlo debajo del nombre.
- Inventen un “grito de paz” del equipo

(10 min.)

(Cada pareja muestra sus carteles con el nombre y el lema del equipo, al tiempo que lanza su grito de paz).

(Se aplauden y celebran las propuestas de cada dúo)


11. ORACIÓN Y DESPEDIDA

(El Animador agradece la colaboración de todos, los aportes de los grupos y parejas, y los momentos vividos en la reunión. Invita a rezar juntos la Oración del Mundial de Fútbol, y a despedirse unos de otros como jugadores al final del partido, en un apretón de manos, o un abrazo de paz). Se puede invitar a visitar el especial web de Iglesia.cl para conocer los interesantes recursos disponibles.

Oración por el Fútbol y el Deporte

Dios Padre de bondad,
te alabamos por la vida que nos regalas
y por todos los valores humanos
presentes en el fútbol y el deporte
donde reconocemos tu infinito amor.

Te bendecimos, Padre
porque nos diste el don del juego
que nos permite divertirnos y crecer
física y espiritualmente.

En Ti nos reconocemos hermanos y hermanas,
también en las competencias y torneos
porque Tú quieres que seamos uno
y que nos congreguemos en un mismo amor.

Nosotros, discípulos misioneros de tu Hijo,
le reconocemos como Camino, Verdad y Vida,
fuente de encuentro y de alegría.
En su triunfo sobre la muerte
fundamos nuestra esperanza
en la Copa definitiva y verdadera .

Bendice, Señor,
a todos los futbolistas y deportistas,
a sus familias y a quienes les apoyan.
Ayúdales a sacar el mayor bien
de su talento y espíritu de equipo.
Que sean siempre personas sanas,
honestas y solidarias.

Y a todos nosotros,
danos ánimo para jugar siempre limpio
en el fútbol y en toda la vida
para que podamos, con tu Gracia,
alcanzar el título eterno de la Vida en Ti.

Amén.



CANCIONES SUGERIDAS

- Estoy pensando en Dios
- Un millón de amigos
- Gracias a Dios



CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE ÁREA PASTORAL DE COMUNICACIONES
2010
[1] Material elaborado por el Área Pastoral de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Chile, 2010.

PARA NUESTROS DEPORTISTAS TRANSFIGURISTAS. Julio 2010


Padre Nuestro del deportista.

P. Antonio Diaz Tortajada


Padre nuestro que estás en el cielo y en cada rincón de la tierrasobre todo donde un hombre refleja con su cuerpo y mente sana tu imagen.Te reconocemos el Grande en el cielo y en la tierrapor todos los valores humanos presentes en el deporte.Te bendecimos por todos los deportistas,por sus familias y por quienes les apoyan.Ayúdales a sacar el mayor bien de su talento y espíritu de equipo.Padre nuestro que miras por igual a todos tus hijosa quienes ves enfrentados jugando en el mismo estadio;que no nos aislemos en nuestro egoísmo.Quisiéramos realzar tu nombreviviendo deportivamente el mensaje de aquel Monte,con limpieza de corazón, sed de justicia, misericordia y de paz.Que no usemos nunca la violencia o los puños para ganarsino las normas del reglamento que deportivamente nos dignifican.
Venga a nosotros tu reino que se nos da en el don del juegoque nos permite divertirnos y crecer física y espiritualmente.Venga a nosotros tu Reino si de verdad Dios es nuestro rey,el de la paz y el del amor y trabajamos para que Él reine en el estadio.Aleja de nosotros los reinos de la violencia,de la mentira, de la trampa y de la traición.
Hágase tu voluntad siempre y en todas partes.En los estadios y en las canchasque tus deseos no sean obstaculizadospor los hijos de la trampa y el cartón.
Danos el pan para vivir sólo el momento presenteque esté amasado con inteligencia y voluntad.Aleja de nosotros el pan de la cizañaque siembra envidia y división porque mañana puede ser tarde.
No nos dejes caer en la tentación de almacenar lo que nos diste,de acumular lo que otros necesitan,de mirar con recelo al de enfrente.Ayúdanos a eliminar la intoleranciay a construir un mundo más fraterno y solidario;un deporte que contribuya a hacer que se ame la viday que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad,llevando a una plena valorización de toda persona humana.Que estemos dispuestos a pedir perdónpor lo que en el mundo del deporte se ha hecho o se ha omitido.Y que nuestra mirada siempre esté en el triunfo definitivodonde fundamos nuestra esperanza.
Amén

El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. JULIO 2010

Los carmelitas tienen, entre otros, el mérito de haber llevado esta advocación mariana a todos los estratos del pueblo cristiano.En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock.
La Virgen Santísima prometió a este santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.

Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.La estrella del Mar y los CarmelitasLos marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano.

  • De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar.
  • Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.Los Carmelitas y la Virgen del Carmen se difunden por EuropaLa Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos allí se venera. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías.


  • Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.¿Qué es el Escapulario carmelita?Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican.


  • Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.


  • Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."El escapulario es un sacramentalUn sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción.


  • Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos.


  • Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.¿Cómo surgió el escapulario?La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

Papa: dedicar las vacaciones al espíritu

MATERIAL LITURGICO PARA LOD GRUPOS DE ADULTOS MAYORES. Julio 2010



El 26 de julio 2010 la Iglesia Católica celebra la memoria de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús.
GUION para la CELEBRACIÓN de la FESTIVIDAD DE SAN JOAQUÍN y SANTA ANA

DÍA de los ABUELOS.


Preparación: Hermanos: Nuestros abuelos están de fiesta. Hoy nos reunimos en esta Eucaristía para pedir la intercesión de San Joaquín y Santa Ana. Que ellos bendigan, a quienes con su presencia en sus familias, brindan sostén y experiencia llena de sabiduría. Recibimos al celebrante cantando… Escuchamos la PALABRA DE DIOS. Las personas mayores merecen gratitud y veneración. Oración de los fieles - Para que cada familia sea signo de la Iglesia fundada por Cristo.
Oremos. - Para que, unidos a la intención de nuestro, Papa Benedicto XVI, pidamos para que las familias sean garante de un patrimonio de tradiciones.
Oremos. - Para que los abuelos encuentren en sus familias el espacio de contención que necesitan.
Oremos. - Para que los abuelos sean reconocidos como una cadena de transmisión de la fe a las nuevas generaciones.
Oremos. - Para que los responsables de cubrir sus necesidades y respetar sus derechos cumplan con sus obligaciones.
Oremos. Presentación de las Ofrendas Los abuelos presentan las ofrendas de pan y vino y se acercan al altar con sus hijos y nietos entregando la dicha de ser familia. Comunión Recibamos su Cuerpo y su Sangre para ser fortalecidos en las adversidades.
* Los nietos expresan a sus abuelos su cariño y gratitud. (Se sugiere que escriban una carta para los abuelos). * El sacerdote invita a los abuelos/las a reunirse cerca del altar para impartirles la bendición. * Se pudo haber repartido la oración del Papa Benedicto XVI por los abuelos para rezarla juntos.

ORACION DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI. A LOS ABUELOS DEL MUNDO
Señor Jesús, tu naciste de la Virgen María, Hija de San Joaquín y Santa Ana. Mira con amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una fuente de enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la sociedad. ¡Sostenlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas. Haz que sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a generaciones futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual. Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los abuelos. Que jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre encuentren respeto y amor. Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les concedas. Amén.
Benedicto XVI.

domingo, 18 de julio de 2010

CAMPAÑA DE AYUDA ECONÓMICA. RESTAURACIÓN DE LA CAPILLA Y CASA DE RETIRO EN LA ERMITA.RINCONADINA.



RESTAURACIÓN DEL SANTUARIO DE LA ERMITA CARMELITANA. RDA DE SILVA

El Viernes 16 de Julio 2010 (Fiesta de Nuestra Señora del Carmen) se dio inicio oficial a la campaña para restaurar la capilla y casa de retiro en la Ermita Carmelitana, ubica a los pies del Monte Orolonco en el Valle de Rinconada de Silva - Quinta Región Interior Cordillera, en un lugar de oración llamado tradicionalmente Baños del Parrón.


Allí se encuentra enclavado en un hermoso entorno natural cuidado por vertientes de aguas naturales, el santuario Carmelitano, y la casa de retiro, los que fueron dañados a causa del terremoto del 27 de Febrero 2010.


La ayuda se canalizará para la reparación de estos dos grandes centros de espiritualidad Transfigurista.


La ayuda económica debe estar remitida a los siguientes fono atención, en donde te indicaran como realizar los depositos bancarios solidarios:




56 - 34 - 50 11 38 (Fono red Fija de la Parroquia de Rinconada de Silva)




92483771 (Celular del Párroco de la Parroquia de Rinconada de Silva. Presbítero Padre Juan Cortés Malbran MT).




Necesitamos vuestra ayuda generosa para las reparaciones urgentes que estos lugares de oración requieren, recordando que este santuario dedicado a la Patrona de la Nación Chilena, ha de estar adecuado para las celebraciones del Bicentenario de nuestra Patria.




DIFUNDA ESTE MENSAJE ENTRE SUS AMISTADES POR MEDIO DE SUS CORREOS O FACEBOOK.

HOMILIA DEL DOMINGO 18 de Julio 2010.



Material de Reflexión Dominical. Enviado por Nuestro Amigo y Hermano, el Presbítero Padre. Carmelo Hernández, quien nos la envía cada Semana desde Tenerife España.


No Pases De Largo Junto a Tu Siervo


Gén. 18, 1-10; Sal. 14; Col. 1, 24-28; Lc. 10, 38-42


Abrahán, al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda… si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo’. Así escuchábamos el relato del Génesis. ‘Jesús mientras iba de camino entro en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa’, nos dice el Evangelio. Y allí, Marta y María, cada una a su manera acogen y reciben a Jesús en su casa.
Al escuchar estos dos textos se nos está sugiriendo la hermosa virtud de la acogida y de la hospitalidad. Sin hacernos demasiadas consideraciones pensamos lo hermoso que es la hospitalidad con la que podemos y tendríamos que sabernos acoger los unos a los otros y decimos que queremos ser hospitalarios y acogedores con los demás. Nos parece lo más correcto en una buena educación y lo más humano en una relación mutua entre unos y otros.
Pero si os digo a continuación que añoro aquellos tiempos en que nuestras casas estaban siempre abiertas, las puertas no se cerraban nunca, los vecinos entrábamos con toda confianza y libertad en las casas de los unos y de los otros, e igual recibíamos a cualquiera que pasara por nuestra puerta, seguro que enseguida decimos, es que eso era en otros tiempos, con los tiempos que corren ya no podemos actuar así ni tener abiertas las puertas de nuestras casas de la misma manera, ahora no sabemos de quién nos podemos fiar.
Pero, ¿queremos ser acogedores y hospitalarios sí o no? ¿Es cuestión de corrección, de educación, de humanidad o tiene que ser algo más?¿Cómo vamos a entender esa hospitalidad? No me atrevo a decir si es cuestión o no de abrir o cerrar puertas, pero creo que sí podemos constatar que hoy andamos en la vida muy llenos de desconfianzas. Serán o no serán las puertas de nuestras casas las que permanecen abiertas o cerradas, pero creo que lo que verdad tiene que interrogarnos es si es nuestro corazón el que está de alguna manera cerrado por esa desconfianza.
Sí, desconfianzas… aparecen muchas en la vida: al que no conocemos, al que nos parece forastero, al que no es de los nuestros, al que tiene la piel de otro color, al que es un inmigrante y no sabemos ni de donde viene, al que nos parece sospechoso por su aspecto, al que es de tal o cual condición… no vamos a seguir pero son tantos los ‘peros’ que vamos poniendo como murallas entre unos y otros que nos impiden o distancian nuestra relación mutua. Pienso que es bueno que nos hagamos esta reflexión a la luz de lo que la Palabra de Dios hoy nos sugiere. Pero una reflexión que tenemos que hacernos con los pies bien sobre la tierra pero con los oídos del corazón bien abiertos a lo que el Señor quiera decirnos o pedirnos.
Nos podíamos quedar en nuestra reflexión en pensar en esa acogida como una relación con Dios; Dios que viene a nosotros y al que tenemos que saber escuchar y acoger en nuestra vida. El texto del Evangelio contemplando a María a los pies de Jesús escuchándole nos puede hacer pensar en esa escucha que tenemos que saber hacer de Dios en nuestro corazón. Y muchas veces hemos querido hacer demasiadas distinciones y diferencias entre la manera de acoger Marta a Jesús en su casa y la manera de hacerlo María. No tendríamos, por supuesto, que enfrentar posturas, sino más bien conjuntar.
Por otra parte sabemos que el encuentro que Abrahán tiene con aquellos tres caminantes es un encuentro con Dios que se le manifiesta. Además de entrada el texto ha dicho ‘El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré’. Mucho podríamos reflexionar por ese camino.
Pero tenemos que reconocer y descubrir cómo Dios sigue viniendo al encuentro del hombre hoy, y cómo nosotros hemos de saber acogerle. Es cierto que son los Sacramentos, que será su Palabra proclamada y contenida en la Biblia; pero no olvidemos cómo Jesús nos enseña cómo también tenemos que saber descubrirle a El en los demás, porque ‘todo lo que hicisteis a uno de estos mis humildes hermanos a mi me lo hicisteis… tuve hambre… tuve sed… era forastero… estuve desnudo… enfermo y en la cárcel…’ que nos dice Jesús.
Creo que entonces sí podremos reconocer que lo que hablábamos al principio de la hospitalidad y la acogida no está tan lejos del espíritu del Evangelio. Y esa acogida y hospitalidad tiene que traducirse en muchos gestos, en muchas posturas, en muchas actitudes de las que tenemos que llenar nuestro corazón
¿Qué podemos ofrecer al que llega a las puertas de nuestra vida? Algunas veces nos puede parecer más fácil el dar cosas, aunque nos duela en ocasiones rascar nuestros bolsillos para dar de lo nuestro, sin embargo podemos preferirlo por más cómodo o menos comprometido. Nos tenemos que dar cuenta que quien llega a nosotros es una persona, quizá, es cierto, con unas necesidades materiales que podremos o no resolvérselas; pero esa persona con su vida es algo más que unas necesidades materiales.
Abrahán ofreció sombra junto al árbol de Mambré, agua y una hogaza de pan para descansar y recuperar fuerzas; Marta y María la acogida de su casa, los preparativos necesarios de una mesa servida con amor, el silencio de una escucha para que Jesús se sintiera a gusto en aquel hogar. Bien significativo todo eso para nosotros.
Por eso una verdadera acogida, un verdadero espíritu de hospitalidad tiene que pasar por la acogida a la persona, por el respeto que le manifestemos, por el tiempo que sepamos dedicarle para escucharle sin dar por sentado que ya nos sabemos sus problemas o necesidades, por ese silencio que sepamos hacer en nosotros o en nuestros pequeños problemas para atender atentamente a quien llega a nosotros, por el afecto que seamos capaces de tener en nuestro corazón y mostrarlo con nuestros gestos, con nuestra sencillez, con nuestra cercanía, por esa apertura de nuestro espíritu sea quien sea aquel con quien nos encontremos para no hacer diferencias ni distinciones a las que tan acostumbrados estamos. Es una forma de abrir las puertas de nuestra vida, de nuestro corazón para dejar que el otro llegue a nuestro lado y se pueda sentir a gusto con nosotros.
Todo eso, que podemos decir, está en un plano humano, sin embargo para nosotros desde nuestra fe se trasciende, se eleva a otros niveles y categorías. Porque en nuestra fe sabemos quien es en verdad el que llega a nosotros y al que tenemos que acoger. Es lo que antes recordábamos de lo que nos dice Jesús que todo lo que le hagamos al otro a El se lo hacemos, que toda esa acogida que estamos haciendo al hombre, es acogida que estamos haciendo a Dios que llega a nuestra vida.
‘Si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo’, le pedía Abrahán a Dios que llegaba a él en el símbolo de aquellos tres personajes. Pero tendríamos que decirnos que no pasemos nosotros de largo nunca junto a ese hermano con el que nos vamos tropezando en los caminos de nuestra vida o que llega a tocar a las puertas de nuestro corazón. Que sepamos ofrecerle esa jarra de agua o ese pedazo de pan de nuestra amistad, nuestro cariño, nuestra acogida, nuestra ayuda, nuestra escucha, en una palabra, nuestro amor.

sábado, 17 de julio de 2010

ORACIÓN A LA CARMELITA MISIONERA, QUE YA RECORRE TODO EL PAÍS. JULIO 2010


ORACION POR CHILE


¡Virgen del Carmen, María Santísima,
Dios te escogió como Madre de su Hijo,
del Señor Jesús, que nos trae el amor y la paz.

Madre de Chile,
a Ti honraron los padres de la patria,
y los más valientes de la historia;
desde los comienzos nos diste bendición.

Hoy te confiamos lo que somos y tenemos;
nuestros hogares, escuelas y oficinas;
nuestra fábricas, estadios y rutas;
el campo, las pampas, las minas y el mar.

Protégenos de terremotos y guerras,
sálvanos de la discordia;
asiste a nuestros gobernantes;
concede tu amparo a nuestros hombres de armas;
enséñanos a conquistar el verdadero progreso
que es construir una nación de hermanos
donde cada uno tenga pan, respeto y alegría.

Virgen del Carmen, Estrella de Chile,
en la bandera presides nuestros días
y en las noches tormentosas,
sabiamente alumbras el camino.

Madre de la Iglesia,
Tú recibes y nos entregas a Cristo;
contigo nos ofrecemos a Él,
para que sobre Chile extienda
los brazos salvadores de su cruz
y la esperanza de su resurrección.
Amén.

sábado, 10 de julio de 2010

HOMILIA DEL DOMINGO.12 DE JULIO 2010



El Buen Samaritano Nos Enseña La Sabiduría Del Amor


Deut. 30, 10-14; Sal. 68; Col. 1, 15-20; Lc. 10, 25-37


REFLEXIÓN ENVIADA POR EL PRESBITERO. CARMELO HERNÁDEZ. DESDE TENERIFE ESPAÑA.

¡Cuántas justificaciones nos buscamos para nuestra mediocridad! ¡Cuántos rodeos vamos dando en la vida para buscar el justificarnos, para cumplir pero sin tener que darnos mucho, para evitar tener que enfrentarnos a situaciones donde tengamos que arremangarnos y poner manos a la obra en su solución! Son los primeros pensamientos que me surgen al escuchar el relato del evangelio proclamado. Por una parte, el maestro de la ley que tenía que tener buen conocimiento de lo que es la ley del Señor, viene a preguntar ‘maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?’ Luego que pregunta quién es ese prójimo al que tiene que amar. Por otra parte los personajes de la parábola de Jesús, el sacerdote y el levita, que ‘dieron un rodeo y pasaron de largo’.


¿Llegaban tarde al templo? Realmente venían de vuelta porque venían bajando también de Jerusalén. ¿Podrían convertirse en impuros por si acaso aquel hombre caído fuera ya cadáver? Ya sabemos lo de las impurezas legales entre los judíos y que los fariseos cuidaban tanto. Pero no nos contentemos en fijarnos, comentar y criticar la actitud de aquellos personajes sino aprendamos la lección; o, mejor aún, miremos si acaso actitudes parecidas a estas tenemos también nosotros muchas veces en nuestro corazón.


Porque lo de preguntarnos hasta donde tenemos que llegar para cumplir, sí que es una cosa en la que caemos o podemos caer con frecuencia. ‘¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?’ es una pregunta que de una forma u otra nos hacemos nosotros también. Lo de las rebajas no es sólo a nivel comercial en ciertas épocas sino que muchas veces son actitudes que se nos pueden meter en el corazón en nuestra relación con Dios. Una cosa sí es clara, cuando nos decimos seguidores de Jesús no podemos andar con tales mediocridades.La pedagogía de Jesús es hermosa en este episodio. Cuando le pregunta el maestro de la ley, simplemente le hace recordar lo que estaba escrito en la Ley. Por eso, a la respuesta de aquel hombre repitiendo lo que era el primer mandamiento de la ley de Dios, Jesús simplemente le dice ‘haz esto y tendrás la vida’.


Es lo que hemos escuchado hoy en el libro del Deuteronomio. ‘El mandamiento que yo te mando hoy no es cosa que te exceda ni inalcanzable… está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo’. Es la alegría de nuestro corazón. Es el sentido de nuestra vida. Es el camino que nos lleva a la vida. Cúmplelo y tendrás vida.Pero sigue surgiendo la pregunta para ver hasta donde tengo que llegar. Claro que con Jesús no valen medias tintas, no valen mediocridades. Y el sentido del amor tendrá una amplitud más grande, una plenitud mayor. ‘¿Quién es mi prójimo?’ se pregunta el maestro de la ley. ¿Con quién tengo que portarme como prójimo? O, como nos preguntamos nosotros a veces, ¿hasta donde tengo que amar a mi prójimo?Es cierto que en el Antiguo Testamento normalmente amar al prójimo era amar al que está a mi lado, en el sentido, de amar a mi pariente o a mi amigo. Aunque también nos encontraremos textos del Antiguo Testamento que nos hablan del respeto que hemos de tener al forastero o al huésped que llega hasta ti, de ahí las leyes de la hospitalidad tan hermosas en las costumbres de los antiguos.


Pero ya sabemos cómo con Jesús el concepto de prójimo adquiere un sentido y un estilo más amplio y más dinámico. Precisamente la parábola que hoy nos propone eso nos enseña. Porque ‘¿cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?’, pregunta Jesús. Y la respuesta fue: ‘el que practicó misericordia con él’, y precisamente era un samaritano, un forastero, uno al que casi consideraban como un enemigo, pues ya sabemos la enemistad entre judíos y samaritanos que nos lo refleja también el evangelio.


Ahí está precisamente el mensaje de la parábola, el mensaje del Evangelio. Frente a esas mediocridades con que andamos tantas veces en la vida, donde vamos poniendo límites y medidas a todo lo que hacemos, o haciéndolo buscando unos beneficios o rendimientos del bien que podamos hacer, tenemos que aprender de la sensibilidad, sencillez, generosidad, humanidad, finura del buen samaritano. Se bajó de su cabalgadura para acercarse al hombre malherido que estaba tendido al borde del camino. No tuvo miedo de perder su tiempo o de salpicarse de la sangre del caído, sino se le acercó y le vendó sus heridas echándoles aceite y vino. Lo cargó sobre sus hombros, casi podemos decir recordando al Buen Pastor que cargó sobre sus hombros a la oveja herida y perdida, porque lo montó en su cabalgadura para llevarlo a la posada más próxima donde pudieran atenderle.


‘Cuida de él, le dijo dándole dos denarios al posadero, y lo que gastes de mas yo te lo pagaré a la vuelta’.Tenemos que aprender a ser buen samaritano que llevemos los ojos bien abiertos por la vida para ver donde hay un hombre caído, donde está quien pueda necesitarnos, donde haya alguien atenazado por el dolor o el sufrimiento, donde esté un corazón triste y apenado, y sabernos detener para curar, para sanar, para calmar cualquier sufrimiento, para dar vida, para levantar el ánimo, para suscitar esperanza.


La lección del samaritano es bien hermosa y elocuente. No era judío, y sin embargo supo tener misericordia en su corazón para atender al caído. Nos refleja bien lo que es el amor en el sentido de Jesús y nos refleja también lo que es el amor misericordioso del padre que acoge al hijo malherido. Un amor que nos lleve a ayudar a quien lo necesite más allá de cuales sean las diferencias que haya entre nosotros.Tenemos que ser también como aquel posadero que sepamos acoger al que sufre, al que necesite nuestro consuelo o nuestro cariño, para saber acompañar, para saber escuchar, para saber trasmitir vida, para practicar las obras de misericordia ya sean corporales o espirituales, como estudiábamos en el catecismo, con ese hermano que encontremos caído en el borde del camino de la vida. Y no hace falta ir muy lejos para encontrarlo.


Lo que necesitamos será quizá abrir los ojos de nuestro corazón para encontrarlo.No podemos quizá resolver todos los problemas porque grande es la amplitud del mal y del sufrimiento, pero si podemos poner cada día nuestro granito de arena poniendo más humanidad en nuestro mundo y en nuestras mutuas relaciones.


Lo que sí tenemos que cuidar es que por la amplitud del sufrimiento que contemplemos nos lleguemos a acostumbrar e insensibilizar. Lejos de nosotros esa pasividad y esa atonía que se nos puede meter en la vida, como todas esas justificaciones que a veces nos buscamos. El amor siempre tiene que ser un revulsivo fuerte en nuestro corazón para que con nuestro testimonio despertemos esa sensibilidad del amor en los que nos rodean. Pidamos al Señor esa sabiduría del amor.