miércoles, 29 de diciembre de 2010

CLAMOR POR LA VIDA DE LOS INOCENTES - DECLARACION DE LOS OBISPOS DE CHILE

Declaración de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile
En el día de los Santos Inocentes,
28 de diciembre de 2010.

1. En estos días en torno a Navidad, en que nos alegramos con la celebración del nacimiento del Señor Jesús, en nuestro país surgen nuevamente voces de algunos legisladores que proponen despenalizar el aborto en determinados casos; por ejemplo, cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre o atenta gravemente en contra de su salud, en casos en que el embarazo es producto de una violación, o bien cuando el concebido que se desarrolla en el vientre materno posee malformaciones, que incluso se prevé que lo llevarán a la muerte una vez nacido.
2. Frente a estas situaciones, ninguna postura ni decisión es neutral, ni puede serlo. Como pastores de la Iglesia Católica y a partir de su enseñanza, con caridad en la verdad, queremos ofrecer luces para el discernimiento en conciencia de los católicos y de todas las personas de buena voluntad; también como un aporte a la reflexión de los legisladores y autoridades ante un tema que toca profundamente el alma nacional, como es el elemental derecho a la vida.
3. Ciertamente, las situaciones a las que se refieren estos proyectos de ley son muy dramáticas y dolorosas tanto para la madre como para las personas cercanas a ella, y no se suele estar preparado para vivirlas. El sentimiento de dolor que experimenta una madre y su familia al saber que el propio fruto de la concepción implica un peligro para su vida, que el hijo que espera con tantas ansias viene con una malformación grave, o que el ser humano que se gesta en su seno es el fruto de una violación; es un sentimiento que hay que comprender y debe constituir una gran preocupación para la familia, los servicios de salud y por cierto también en la propia comunidad cristiana. Situaciones como éstas, aunque escasas, son fuentes de angustia, incertidumbre y dolor que a nadie pueden dejar indiferente.
4. Ante tales situaciones, la pregunta es cómo responder de la mejor manera para ser respetuosos con la vida, tanto de la madre como la de su hijo, logrando que la respuesta del marco jurídico, de los servicios de salud y de la sociedad entera refleje un hondo respeto al derecho a la vida que tiene cada ser humano. Al mismo tiempo nos eduque a todos en los valores humanos fundamentales que están en juego, como son el respeto a la vida, el cuidado del más débil, así como la solidaridad, la compasión y la justicia. Consideramos que éstas son las cuestiones que hay que poner en la discusión. Pues las respuestas que demos como sociedad y país marcarán la vida de la madre y del hijo, como asimismo el alma nacional y la cultura que vamos construyendo.
5. El Papa Juan Pablo II, explicando el mandamiento “no matarás”, manifestó nuestra convicción con estas palabras: “Confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral” (Evangelium vitae, 57). Este principio ético, profundamente humano y anterior al cristianismo, vale con toda razón cuando hay que proteger la vida del ser humano que aún no ha nacido y en consecuencia rechazar la legalización del aborto.
6. Pensamos que, en un embarazo en el cual la vida o la salud de la madre corre peligro, no es lícito eliminar la vida del niño concebido. Desde la perspectiva de lo más propio de la medicina, que es sanar, curar y nunca dañar, y compartiendo el pensamiento de Pío XII, consideramos que “es erróneo poner el asunto con esta alternativa: o la vida del niño o aquella de la madre. No, ni la vida de la madre ni la del niño pueden ser objeto de un acto de directa supresión. De una parte como de la otra la exigencia no puede ser más que una: hacer todo esfuerzo por salvar ambas vidas, la de la madre y la del niño”. Las prácticas abortivas son la negación misma de lo que se entiende por un acto médico, que consiste en hacer el bien posible, en este caso, a sus dos pacientes: la madre y su hijo. Nunca será un acto médico el que dañe directamente a cualquiera de ellos.
7. Ello no se opone, sin embargo, a considerar lícitas las acciones terapéuticas necesarias en favor de la madre para sanarla de una enfermedad, aunque comporten un riesgo, incluso letal, para el ser que no ha nacido. No se debe confundir una acción terapéutica a favor de la madre, que encierra como consecuencia no buscada el peligro de una pérdida, con la directa eliminación del ser que no ha nacido.
8. En relación a despenalizar el aborto, cuando se puede predecir con probabilidad o subjetiva certeza que el niño nacerá con un defecto o enfermedad, hay que tener presente que la eliminación de un ser humano no constituye terapia alguna puesto que no sana a nadie. Se trata de un aborto directo ilícito desde el punto de vista moral y gravemente contrario al ordenamiento legal y constitucional de nuestra nación.
9. A veces se invoca el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo. Con ello se olvida que el ser humano que está en su seno no es parte de ella: es otro ser humano distinto al padre y a la madre. Por otra parte, los sentimientos de la madre que son invocados, ciertamente son respetables y muy atendibles. Pero nunca un sentimiento puede prevalecer como un valor superior por sobre el derecho a la vida que tiene todo ser humano, ya sea que esté sano o enfermo. Entre los derechos humanos, éste es el primero, sin el cual no existen los demás. Este derecho a la vida también se le ha de respetar al ser inocente que ha sido concebido como consecuencia de un acto tan violento y condenable como lo es una agresión sexual.
10. Creemos que el nivel de desarrollo de una comunidad se mide por la capacidad que tiene de hacerse cargo de los débiles y enfermos. Una sociedad que los elimina permite que la violencia se constituya en el método para resolver los conflictos, convirtiéndose en una dictadura donde los más fuertes terminan decidiendo por los más débiles. Nadie tiene derecho a arrogarse el poder de decidir qué vida merece ver la luz del día y cual no.
11. Resulta más razonable preguntarse en qué medida podemos todos generar instancias capaces de acompañar adecuada y efectivamente a la madre y su familia, con ayuda sicológica, social, económica y espiritual. Invitamos a los profesionales del área de la salud a buscar y ofrecer caminos ante estas situaciones que no signifiquen la destrucción deliberada de la misma vida sino su cuidado. Hay muchas experiencias conmovedoras de instituciones que se dedican al servicio de cuidar la vida de los pequeños, los sufrientes, los más pobres y abandonados de la sociedad. Ellas merecen nuestra gratitud y abren camino a otras iniciativas que pueden surgir.
12. Confiamos que en estos días en que los cristianos del mundo entero y -en cierta medida- el conjunto de la sociedad estamos celebrando el nacimiento del Niño Jesús, se acreciente en todos nosotros el amor por la vida, el respeto a la vida de todos y -en especial- el deber de todos de cuidar la vida de los pequeños, los sufrientes y los más pobres y abandonados de nuestra sociedad. De un modo especial invitamos a orar por las madres que viven estas situaciones tan dramáticas y difíciles. Y también imploramos para que la sabiduría y fortaleza de Dios guíen las decisiones en tan trascendente materia. Presentamos estas intenciones al Padre Dios, por intercesión de la Virgen María, que trajo a este mundo al Autor de la vida y nos enseña a amarlo.

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

miércoles, 22 de diciembre de 2010

NUESTRA MISION


Este blog de evangelizacion tiene por mision difundir la espiritualidad de la Obra Misionera de la Transfiguracion del Señor. La Obra de la Transfiguracion es una asociacion MISIONERA. CONTEMPLATIVA, ADORADORA Y VOCACIONISTA, suscitada por el Señor para la evangelizacion de los pueblos para este tiempo y los tremendos acontecimientos quese nos vienen encima.

El Señor quiso valerse para colocarla en el corazon de la Iglesia de Madre Maria Enriqueta Corvalan (1917-1991) una mujer de apariencia sencilla, pero dotada de un fuego interior que brotaba de su intensa vida interior. Dios puso a su lado a un Misionero orante y sencillo, el Padre Guido Bertolino (1917-2003) y junto a el al laborioso e infatigable Padre Hugo Cornelissen (1930-2009) para dar forma a una asociacion sencilla que en medio de dolores e incomprensiones, ha ido dando sus primeros pasos.

Los fundadores, especialmente los dos sacerdotes, personas insignificantes a los ojos del mundo, dotadas de una sabiduria no de erudicion, si no la que da la oracion, marcaron con el testimonio de su vida a toda una generacion de fieles, en la que se cuentan sacerdotes, religiosos y fieles laicos que deben su vocacion a estas personas ejemplares.

El testimonio y empeño de los Padres Guido y Hugo ha quedado perpetuado en el tiempo en un sinnumero de obras materiales y espirituales, en las que se cuentan sencillas publicaciones, la construccion de capillas y el embellecimiento de los santuarios serranos que enorgullecen a Rinconada de Silva.

Sus hijos espirituales, los Misioneros de la Transfiguracion, continuan su legado, atendiendo una parroquia modesta en un sector semi rural. Una parroquia sencilla, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Rinconada de Silva donde a pesar de las dificultades con las que se vive la fe hoy dia, se testimonia a Cristo y se le anuncia con esfuerzo. Los Sacerdotes y religiosos transfiguristas desarrollan en la actualidad una intensa labor pastoral, espiritual y social en medio de nuestras comunidades, de la que dan testimonio agradecido una gran mayoria de fieles.

Este blog es administrado por un grupo de fieles laicos que, agradecido de cuanto los Misioneros de la Transfiguracion les han entregado quieren compartir en el ciberespacio los puntos fundamentales de su espiritualidad a saber:

-La contemplacion de los Misterios de Gloria, en especial LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR EN MONTE TABOR, como anticipo de la Pasion de Cristo y de su Resurrección, pero tambien la Resurreccion, la Ascension de Jesus, la Asuncion de Maria Stma. y la Segunda Venida de Jesus.

- Contemplando este misterio: la escucha gozosa del Padre Celestial en su Palabra y en el Magisterio de la Iglesia.

- La ADORACION gozosa de la Santisima Trinidad, y especialmente la adoracion a Jesus en la Santisima Eucaristia.

- El amor filial a la Santisima Virgen, a quien los transfiguristas honran con el esperanzador titulo de Maria Glorificada.

- El amor a la Iglesia y al Papa

- El ejercicio de la caridad con los necesitados.

- La tarea ardua de la Evangelizacion en todas sus formas.

Y eso es lo que con mucha sencillez un grupo de fieles, tratamos de hacer, agradecidos de cuanto la Obra es y de cuanto nos entrega, esperanzados de que despegue pronto, para gloria de Dios, y siga haciendo el bien en todas partes. Siempre han habido incomprensiones por una u otra causa, pero las Obras de Dios siempre seguiran adelante.

domingo, 19 de diciembre de 2010

HOMILIA DOMINGI IV DE ADVIENTO 2010


Como José descubrir el designio de Dios y la colaboración que nos pide


Is. 7, 10-14; Sal. 23; Rm. 1, 1-7; Mt. 1, 18-24


La navidad está cerca. Se cumplen las promesas. Nos sentimos seguros y firmes en nuestra esperanza. Queremos abrirnos a Dios que llega a nuestra vida y lo queremos hacer hoy como lo hizo María, como lo hizo José. En este cuarto domingo de Adviento miramos a María, pero nos aparece como en contrapunto la figura de José y de él también tenemos que aprender para abrirnos al misterio de Dios que llega a nosotros, para tener unos ojos sensibles a lo divino como los tuvo José y aprender a descubrir también ese misterio de Dios, esos planes de Dios y prestar también la colaboración que Dios nos pide como lo hizo él.

Como lo hizo con María a quien Dios envía un ángel del cielo para comunicarle la maravilla de amor y de gracia que en ella se iba a realizar esperando también su sí, lo hizo también con José. Si María se sintió turbada ante las palabras del ángel que le manifestaban tanta grandeza de Dios para con ella, para José fueron momentos duros y difíciles hasta que no descubrió los designios de Dios, pues no entendía lo que pasaba en María. Fueron momentos de prueba en los que José manifestó la entereza de su vida y la reciumbre de su fe.


Era bueno. Las tinieblas de la duda le rodeaban pero en su bondad no quería hacer daño. Prefería quizá pasar por un doloroso silencio en su corazón, pero a él también Dios se le manifiesta y podíamos decir que también su corazón estaba lleno de gracia, del amor del Señor que quería contar con El. ‘No temas, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criartura que hay en su vientre viene del Espíritu Santo’. Las tinieblas se transforman en luz. También se siente tocado por la mano de Dios y él ha de colaborar igualmente en los planes de Dios. ‘Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de los pecados’. Ponerle el nombre era la función del padre. Ahí tiene José que ocupar el lugar que Dios tenía reservado para él en la obra de la salvación.


‘Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho Dios por el profeta…’ Lo hemos escuchado en la primera lectura. Es la señal que Dios nos da y que tenemos que saber descubrir. ‘El Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel que significa Dios con nosotros’. María diría como respuesta al anuncio del ángel: ‘Aquí está la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra’. José, en silencio como lo hacía siempre, también aceptaba el plan de Dios. ‘Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a su casa a su mujer’. José había entrado también en el plan de Dios, en los designios divinos para nuestra salvación. Llamará al niño Jesús como le había dicho el ángel ‘porque El salvará a su pueblo de los pecados’. ¿No es hermosa la lección de José? Fidelidad y obediencia; silencio y obediencia; docilidad, humildad, servicio.


Pocas pinceladas más nos dan los evangelistas de la vida de José, pero ese será el estilo del recorrido de su vida. Apertura a los designios de Dios en todo momento y obediencia; la obediencia de la fe, silenciosamente, siempre dispuesto a servir. Caminará a Belén cuando las circunstancias históricas se lo pidan, aunque también fueran momentos difíciles y llenos de carencias, pero ahí está viendo la voluntad del Señor. Marchará a Egipto para no poner en peligro la vida del niño y regresará más tarde a Nazaret en lugar de quedarse en Judea, porque en todo lo que va aconteciendo él descubre los designios de Dios para él. Es la lección que tenemos que aprender y el camino que nos tiene que llevar a descubrir todo lo que es el amor de Dios que se nos manifiesta en esta navidad. Con fidelidad y esperanza también tenemos que aprender a abrir nuestro corazón a Dios y a su presencia maravillosa para descubrir también sus designios de amor para nosotros y para nuestro mundo.


Tener unos ojos sensibles a lo divino y a lo sobrenatural como decíamos que había tenido José. Necesitamos esa sensibilidad para que se despierte nuestra fe, para que seamos capaces de admirarnos ante las maravillas que Dios quiere realizar en nosotros y a través de nosotros en los demás, en nuestro mundo. José colaboró fielmente en ese designio de Dios que era designio de amor y salvación para la humanidad. Si nosotros llegamos a ser capaces de vivir esta navidad de una manera distinta dejándonos inundar por todo el misterio de Dios que llega a nosotros al encarnarse para nuestra salvación, no nos podemos quedar sólo para nosotros tantas maravillas de Dios sino que será algo que hemos de trasmitir, contagiar a los que nos rodean. No es sólo para nosotros; como nos decía san Pablo ‘por El hemos recibido ese don y esa misión: hacer que todos respondan a la fe, para gloria de su nombre’. Que todos puedan responder a la fe es tarea en la que hemos de empeñarnos y comprometernos.Ya hemos dicho en otro momento de nuestro camino de adviento que el mundo necesita señales para descubrir a Dios y su plan de salvación para nosotros, y decíamos también que nosotros hemos de ser esos signos vivos del amor y de la presencia de Dios en medio del mundo.


Es la colaboración que nos pide el Señor como a José. Nuestra vida quizá callada como la de José, sin embargo ha de ser un grito que despierte a los demás, una semilla que haga brotar y florecer la fe en muchos a nuestro lado. ‘Le puso por nombre Jesús porque El salvará a su pueblo…’ Con nuestra vida, con nuestro testimonio vamos nosotros diciendo también Jesús a cuantos nos rodean para que a todos llegue también esa salvación que viene a traernos. Diremos Jesús cuando hagamos ver que navidad no son sólo bonitas palabras y buenos deseos, que navidad no son sólo unos regalos que nos podamos hacer porque nos los trae papá Noel o los Reyes Magos, que navidad no son sólo unas luces parpadeantes que pongamos como adorno, que navidad no son unas simples fiestas para comer bien o mucho, sino que Navidad es el nacimiento de Jesús, que es el Hijo de Dios y nuestro Salvador. Y diremos Jesús porque El sí es el gran regalo de Dios para nosotros porque nos está mostrando todo el amor que Dios nos tiene, que nos perdona y nos salva, que nos llena de vida y nos hace hijos, que nos pone en un camino de amor para que todos nos amemos y sintamos hermanos, y que nos llena de felicidad, pero no una felicidad externa y de jolgorio, sino una felicidad grande en lo más hondo de nosotros mismos porque nos llenamos de Dios, de su vida y de su gracia. Aprendemos de José, aprendemos de María a abrirnos a Dios que llega a nosotros.

Fidelidad y obediencia de fe, escucha de Dios y silencio como José, docilidad, humildad y servicialidad son actitudes que tenemos que poner en nosotros y así nos prepararemos de la mejor manera a vivir la próxima navidad.


Material Enviado Desde Tenerife España por nuestro amigo el Presbitero Padre Carmelo Hernández

viernes, 17 de diciembre de 2010

NOVENA DEL NIÑO DIOS - 17 DE DICIEMBRE

OH SABIDURIA, que brotaste de los labios del Altisimo, abarcando del uno al otro confín y ordenandolo todo con firmeza y suavidad, ven y muestranos el camino de la salvación (Liturgia de las Horas, Visperas del 17 de diciembre).

El villancico "Hacia Belen va una burra" grabado por Cecilia Echeñique y los Niños Cantores de San Rafael en la Iglesia Parroquial de El Almendral en San Felipe.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Preparacion el coro Peregrinación de Confianza. HOY 08 DE DICIEMBRE SE INICIA EN CHILE

VIDEO SOBRE LA INMACULADA CONCEPCIÓN. DIFUNDELO

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA 2010


Bendito sea Dios que nos ha bendecido dándonos a María
Gén. 3, 9-15.20; Sal. 97; Ef. 1, 3-6.11-12; Lcv. 1, 26-38.


‘Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales…’ Bendito sea Dios que en Cristo nos ha bendecido dándonos a María ‘para que la gloria de su gracia redunde en alabanza suya…’
Sí, María la bendición de Dios para nosotros, para la Iglesia. Con gozo hoy celebramos esta fiesta de María en su Inmaculada Concepción porque así nos sentimos bendecidos de Dios en María. Bendición de Dios, podemos decir, porque es la llena de gracia, en quien Dios se ha complacido – ‘llena de gracia… has encontrado gracia ante Dios’, le dice el ángel – pero es también en quien Dios ha querido bendecirnos, porque por ella nos ha llegado la gracia y la salvación, por ella nos llegó Cristo, que es la más grande bendición de Dios para nosotros en su salvación. Es la mujer, anunciada en el Génesis, cuya estirpe, Cristo Jesús, aplastaría la cabeza de la serpiente.
Y hoy nos gozamos con María; y bendecimos a Dios con María – ‘proclama mi alma la grandeza de Dios… porque el poderoso ha hecho en mí obras grandes’ que canta María – y bendecimos a Dios por María, porque nos la ha dado no sólo como la mejor madre que pudiéramos imaginar, sino que en ella tenemos el mejor espejo y reflejo en que mirarnos para vivir la santidad de Dios a la que estamos llamados. Elegidos de Dios en Cristo, somos como nos ha dicho san Pablo hoy, ‘para que fuésemos santos e irreprochables an él por el amor’.
En medio de este camino de Adviento nos aparece esta fiesta de María, tan entrañable y tan querida. Todos nos gozamos en esta fiesta de la Inmaculada. Nos aparece en esta fecha en las combinaciones que hacen referencia a su nacimiento y a las otras fiestas del misterio de Cristo. Nos volverá a aparecer la figura de María en el último domingo de adviento ya en la inmediata cercanía de la Navidad. Pero el contemplar hoy a María, Inmaculada en su Concepción, nos puede valer mucho como estímulo y camino en este Adviento que nos conduce a la Navidad, al nacimiento de Cristo.
‘Por la Concepción Inmaculada de la Virgen María, hemos dicho en la oración, preparaste a tu Hijo una digna morada’. Limpia y preservada de todo pecado en previsión de la muerte de Cristo se convirtió en esa digna morada del Hijo de Dios que iba a nacer y que en sus entrañas se encarnaba. María, palacio de Dios, casa de Dios – la podemos llamar -, templo y morada de Dios, y de qué manera, para hacerse Emmanuel, para hacerse Dios con nosotros. Palacio y casa de Dios en su corazón humilde y lleno de amor, que eran las más bellas riquezas que la adornaban para hacerla toda santa.
‘Porque preservaste a la Virgen María ded toda mancha de pecado original para que en la plenitud de la gracia fuese digna madre de tu Hijo, y comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura’, que proclamamos en el prefacio. Purísima, la llamamos; sin pecado concebida, le decimos en nuestras invocaciones y jaculatorias.
Podíamos atrevernos a decir que para encarnarse y hacerse hombre Dios se vistió de María, pero al mismo tiempo podemos contemplar cómo fue vestida de Dios con el traje de la gracia y la santidad. Entonces cuando nosotros queremos vestirnos de Dios, porque queremos vestirnos de santidad y de gracia tenemos un modelo de vestidura en María, en su santidad y en su gracia. Vestirnos de María no es ponernos un ropaje externo, sino vestirnos interiormente de todas las virtudes y de toda la santidad de María, que es un vestirnos de Dios, un vestirnos de Cristo que es entrañar a Cristo y vivir a Cristo y como Cristo. San Simón Grignon de Monfort nos habla también del molde perfecto que es María en el que el Hijo de Dios se hizo hombre, se moldeó como hombre podríamos decir, y en el que nosotros podemos introducirnos para así copiar de la manera más pefecta la santidad de Cristo y de María.
Nosotros, es cierto, estamos marcados por el pecado y necesitamos de la redención de Cristo para vernos libres de El y alcanzar el perdón, pero al contemplar así a María, digna morada del Hijo de Dios que en sus entrañas se encarnaba, nos impulsa a cómo limnpiar y purificar nuestro corazón para recibir a Cristo ahora que nosotros también nos disponemos a celebrar su nacimiento. Por eso puede ser tan significativa para nosotros el que celebremos esta fiesta de la Inmaculada Concepción de María mientras caminamos hacia la Navidad. Es la tarea de purificación, de renovación y de conversión que vamos realizando a través del Adviento.
De María tenemos que aprender; de manos de María tenemos que caminar. ¡Cuánto nos enseña una madre! ¡Cuánto nos enseña María! La carta a los Hebros nos dice que Cristo al entrar en el mundo gritó ‘aquí estoy, oh Padre, para hacer tu voluntad’; ahora contemplamos a María que repite lo mismo ‘Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’. Cristo nos enseñará eso mismo en el evangelio, que seremos dichosos si escuchamos la Palabra, si cumplimos la voluntad del Padre. ‘Dichosos los que escuchan la Palabra y la cumplen, la ponen en práctica, hacen la voluntad del Padre’. He aquí una hermosa lección de María.
Si María llegó a esta disponibilidad para sentirse así la esclava del Señor y en ella se hiciera siempre lo que era la voluntad de Dios es porque María se había dejado inundar por Dios, de Dios. La vemos contemplando el misterio de Dios que se le manifiesta en la visita y las palabras del ángel. ‘Se turbó ante estas palabras y se preguntaba que saludo era aquel’. Su turbación no era miedo ni temor, sino admiración y asombro ante lo que Dios le manifestaba, pero dejaba que el misterio de Dios llegara a ella, penetrara en ella, la inundara totalmente. Llena de Dios no podía hacer otra cosa que la voluntad de Dios.
En otro momento del evangelio se dirá que ‘guardaba y meditaba en su corazón’ cuántas cosas le iban sucediendo. Era ese llenarse de Dios y así podría surgir esa disponibilidad, esa generosidad, ese amor que le envolvería toda su vida como la veremos luego en otros momentos de servicio - en casa de Isabel en la montaña -, de atención a las necesidades de los demás – en Caná de Galilea - o de comunión como en el cenáculo con los discípulos de Jesúsn después de la Ascensión.
‘Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo, con toda clase de bienes espirituales y celestiales…’ que nos ha bendecido en María, dándonos a María. Que en ella nos llenemos de todas las bendiciones de Dios. Que de ella aprendamos a vivir esa vida de gracia y santidad. Que como María, purificándonos de todo pecado, llenándonos de gracia y de amor, seamos también digna morada donde también nazca y reine de Dios, como queremos que sea en verdad en la celebración de la Navidad.
Gentileza de el Padre Carmelo Hernández desde Tenerife España.

martes, 7 de diciembre de 2010

EL ESPLENDOR DE LA VERDAD

Compartimos con ustedes este maravilloso video que nos muestra cual es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, esa que a pesar de las persecuciones y tribulaciones que tenga que sufrir , siempre saldrá VICTORIOSA.

domingo, 5 de diciembre de 2010

HOMILIA II DOMINGO DE ADVIENTO 2010.


Brotará un renuevo del tronco de Jesé… es posible la conversión al SeñorIs. 11, 1-10; Sal. 71; Rm. 15, 4-9; Mt. 3, 1-12


Cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo’, pedíamos en la oración de este segundo domingo de Adviento. Caminamos al encuentro de Cristo. Es lo que vamos haciendo en Adviento y a donde esperamos llegar en la celebración de la Navidad con todo su profundo sentido, en la celebración de su nacimiento en Belén, en la espera del encuentro definitivo en su segunda venida en plenitud y en ese encuentro que cada día, en cada celebración o en cada momento de nuestra vida hemos de vivir.

Nos guía la Palabra de Dios que se nos proclama en la celebración del domingo y de cada día si tenemos la oportunidad; pero Palabra que hemos de saber meditar y rumiar cada día en nuestra lectura hecha oración. Palabra que nos conduce con el anuncio de los profetas y de manera especial en la figura y el mensaje del Bautista que repetidamente nos irá apareciendo en este camino, por cuanto fue el Precursor de la llegada del Mesias, y así había de ‘preparar un pueblo bien dispuesto’.El profeta nos presenta por una parte la imagen del tronco de Jesé del que brotará un renuevo y florecerá un vástago y por otra esas imágenes idílicas en las que vemos pastando juntos animales salvajes y feroces con animales domésticos y pacíficos. Bellas imágenes de hondo significado como veremos.

El Bautista se nos presente como ‘la voz que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos’ con todo su mensaje que nos invita a la conversión ‘porque el Reino de los cielos está cerca’.¿Es posible de que un viejo tronco reseco pueda brotar un renuevo y florecer un vástago? ¿es posible ver de forma real esa imagen paradisíaca de todos esos animales juntos y además pastoreados por un niño que juega con ellos? Pues son las imágenes de ese tiempo nuevo y mesiánico; imágenes que tendrían que describir lo que es nuestra vida a partir de nuestra fe en Jesús. Unámoslo al mensaje que escuchamos en el evangelio en la voz del Bautista y también al mensaje que nos ofrece la carta de san Pablo.


La invitación del Bautista es a la conversión para preparar los caminos del Señor. Conversión porque llega el Reino de Dios y es necesaria esa vuelta de nuestra vida, esa transformación profunda de nuestra manera de vivir. Yo diría uniéndo las imágenes que conversión es hacer reverdecer el tronco viejo para que brote un renuevo lleno de vida nueva. Recuerdo haber utilizado en una ocasión esta imagen del tronco viejo colocado allí en medio de la comunidad como un signo durante todo el tiempo del Adviento.


Cuando llegamos al tiempo de navidad y en medio de las celebraciones de esos días yo preguntaba si habíamos hecho reverdecer aquel tronco reseco. Una joven respondió comentando si yo creía de verdad que de aquel tronco viejo y reseco iba a brotar una rama verde capaz de florecer. Quizá no había captado el sentido de la imagen y del signo y quien era en verdad el que había de reverdecer y florecer, o quizá podía ser de las personas que pensaran que el cambio de la conversión no es posible. Es para hacernos pensar. Porque quizá, aunque oigamos muchas veces esa invitación a la conversión, no terminamos de creernos que es posible el cambio en nuestra vida. Claro que si pensamos así, va a ser dificil que nos empeñemos en lograr ese cambio, esa transformación en nosotros.


Hemos de tomarnos en serio esa imagen que nos ofrece el profeta del renuevo que brota del tronco de Jesé para que creamos seriamente que podemos transformar nuestra vida. Y también estar convencidos que eso no lo vamos a hacer por nosotros mismos, sino que será con la fuerza del Espíritu del Señor. ‘Sobre él se posará el Espíritu del Señor, nos decía el profeta; espíritu de prudencia y sabiduría, de consejo y valentía, de ciencia y de temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor…’El evangelio nos dice que ante la predicación del Bautista en el Jordan ‘acudía mucha gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán’. Más tarde explicará ‘yo os bautizo con agua para que os convirtáis, pero el que viene detrás de mi puede más que yo, y no merezco ni llevarla las sandalias.


El os bautizará con Espíritu Santo y fuego’. Tenemos que saber pasar por el bautismo de agua, que significa esos deseos de conversión, para llegar al bautismo en el fuego y en el Espíritu en el que quemando todo el hombre viejo que hay en mí, haga rebrotar el hombre nuevo de la gracia. No es obra nuestra, sino de la gracia, pero nosotros tenemos que dejarnos conducir por el Espíritu; no podemos resistirnos y oponeros sino dejarnos transformar por el fuego del Espíritu. Será así posible la verdadera conversión.Pero, aunque brevemente, retomemos la otra imagen idílica y paradisíaca de los animales paciendo juntos.


‘Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos… la vaca pastará con el oso… el león comerá paja con el buey… y un muchacho los pastorea…’También nos habla del fruto de la conversión. Como les decía Juan a los fariseos y saduceos que fueron hasta el Jordán ‘dad el fruto que pide la conversión’. ¿Cuáles son esos frutos? Las imágenes que hemos recordado nos lo señalan y nos ayuda a ello lo que nos decía también san Pablo. Esa conversión nos hará lograr ese sabernos acoger mutuamente los unos a los otros aunque seamos muy diversos, y lograr entonces esa concordia y unanimidad. Es lo que nos pedía el apóstol. ‘Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo… en una palabra acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios’. Esa invitación fundamental del Adviento de preparar los caminos del Señor significa, por ejemplo, abrir caminos para que Dios se haga presente en nuestra vida, para que sea posible el Reino de Dios, que Dios reine entre nosotros.


Eso significará quitar obstáculos. Si logramos ese entendimiento y ese saber acogernos los unos a los otros, significará que estamos quitando obstáculos. Cuánto habría que hacer en ese sentido en el día a día de nuestra vida y de nuestra convivencia con los que están a nuestro lado.Por otra parte esa imagen con que se nos presenta el Bautista pudiera ser una gran interpelación para nuestra vida. Esa austeridad en la ropa, ‘vestido de piel de camello y con una correa de cuero a la cintura’ y esa austeridad también en la comida, ‘se alimentaba de saltamontes y miel silvestre’, puede indicarnos muy bien ese vaciamiento interior que hemos de vivir, ese vaciarnos de nosotros mismos y de nuestras vanidades para llenar nuestra vida de lo que verdaderamente es importante. Mirando la austeridad con que Juan vivía su momento de preparación a la venida del Mesías, ¿qué juicio podemos hacernos ante tantas cosas supérfluas e innesarias de las que llenamos estos días nuestra vida, nuestras casas, nuestras fiestas navideñas para celebrar, decimos, la navidad? Habría que cambiar muchos esquemas.Muchas cosas nos dice la Palabra de Dios a través de las diversas imágenes que se nos ofrecen tanto de profeta como de la figura del Bautista. Ahora queda la respuesta que nosotros vamos a dar, comenzando por creer de verdad que es posible cambiar y transformar nuestra vida con la ayuda de la gracia del Señor.


Material de Reflexión Aportación y Gentileza de Nuestro Hermano y Amigo Presbítero Padre Carmelo Hernández Desde Tenerife España.