sábado, 28 de agosto de 2010

HOMILÍA DEL 28 DE AGOSTO 2010. VIVE EL EVANGELIO DE CADA DOMINGO


Humildad y Gratuidad, Valores a Tener en Cuenta.


Ecl. 3, 17-18.20.28-29; Sal. 67; Heb. 12, 18-19.22-24; Lcv. 14, 1.7-14


Tengo que comenzar confesando que este evangelio me interpela mucho. Es una tarea pendiente porque no he logrado llevarlo a la práctica de mi vida en esa humildad y gratuidad que hoy nos enseña Jesús. Cuántos codazos nos vamos dando esa loca carrera de la vida por primeros puestos, por honores y reconocimientos, por rodearnos de gente importante o que nosotros creemos importantes e influyentes, y cómo rehuimos, permítanme la expresión, a aquellos que nos huelen mal.

Es que yo soy amigo de… decimos tantas veces; es que conozco a éste o aquel… hay que tener amigos hasta en… - no voy a emplear la expresión que solemos usar, pero me entendéis -. Como hemos escuchado en el evangelio le da ocasión a Jesús para dejarnos el mensaje ‘cuando entró en casa de uno de los principales para comer, le estaban espiando, pero el notó que los convidados escogían los primeros puestos…’ Y nos enseña Jesús algo que es mucho más que unas normas de urbanidad. ‘Cuando te conviden no te sientes en el puesto principal… vete a sentarte en el último puesto…’¡Qué hermoso lo que ya nos decía el sabio del Antiguo Testamento, el libro del Eclesiástico! ‘Hijo mío en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas y alcanzarás el favor de Dios… que revela sus secretos a los humildes’.

Lo aprendemos en Jesús, de humilde corazón y que siendo Dios se hizo hombre, tomando la condición de esclavo, siendo el último de todos. Y recordemos cómo Jesús da gracias al Padre del cielo porque revela los misterios de Dios a los humildes y sencillos y las oculta a los que se creen sabios y entendidos. Por otra parte, ¿de quienes estaba rodeado Jesús siempre? De la gente sencilla, de los pobres, de los enfermos y de los que sufrían. Para ellos es su bienaventuranza.Nos dirá Jesús: ‘Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido’. Es lo que nos va repitiendo continuamente en el evangelio. Nada de luchas por primeros puestos, lugares de honor o rodearme de gentes importantes e influyentes que es nuestra tentación fácil. Le sucedía entonces a los discípulos como nos sigue sucediendo a nosotros hoy. Desterremos de nosotros esos orgullos, porque el orgullo siempre humilla al hombre, humilla al que está a nuestro lado.

De ahí la conclusión que Jesús mismo saca hoy en el evangelio. ‘Cuando des una comida o una cena…’ ¿a quién invitamos? ¿a los que a su vez puedan invitarnos también a nosotros? ‘No invites a tus amigos, a tus hermanos… a los que corresponderán invitándote… invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos’. Hay un valor o una virtud que a veces nos cuesta tener en cuenta o valorar, la gratuidad. ¿Qué voy a ganar yo con eso? ¿en qué me voy a beneficiar? Lo habremos escuchado muchas veces. Con qué facilidad actuamos por el interés.

La vida esta rodeada o demasiado construida por gestos que manifiestan lo interesado que somos. Que me quieran, que me correspondan a lo que hago, que me tengan en cuenta, que valoren mis cosas… de alguna manera como un deseo siempre de sentirme pagado por lo que hago. No está reñida la autoestima con la humildad, pero autoestima no significa estar buscando recompensas siempre por lo que hago.

Nos falta gratuidad. En lo que damos y también en la actitud que tenemos ante lo que recibimos que tendría que llevarnos al fin a la gratitud. No estamos acostumbrados a lo gratuito, a que nos den también de una forma gratuita y algunas veces como que nos extraña y nos cuesta entenderlo. Recuerdo hace años de capellán en una clínica repartía unas tarjetas de felicitación a los enfermos felicitándoles la navidad, y alguien no me la quería aceptar porque no tenía dinero que darme; no comprendía que era una felicitación, y por tanto gratuita, lo que yo le estaba ofreciendo. Andamos en la vida, por otra parte, demasiado a la competición en lo que hacemos y en consecuencia nos falta esa generosidad para hacer y hacer lo mejor no para recibir nada a cambio.

Y cuando andamos con competiciones creamos rivalidades y enemistades, surgen rupturas y resentimientos, porque podemos sentirnos humillados y heridos. No vamos a hacer el bien para quedar mejor que los otros; vamos a ser generosos porque sí, porque queremos a la persona, la valoramos, la aceptamos, nos respetamos y queremos siempre lo bueno.Gratuidad frente a la competitividad del que más puede, más sabe o quiere ser siempre el primero y principal; gratuidad frente a esas acciones interesadas donde siempre buscamos una ganancia ya sea en lo material o ya sea en otro tipo de satisfacciones o reconocimientos.

Gratuidad porque queremos ser generosos porque amamos y aprendemos de la generosidad del Señor que nos ama siempre aunque no nosotros no le correspondamos. Y gratuidad también en lo que le ofrecemos a Dios que algunas veces en nuestra relación con Dios andamos también medio interesados. Demasiados mercantilistas somos a veces con Dios, porque andamos con El como a la compra-venta con nuestras ofrendas, nuestras promesas y no sé cuantas cosas.

Amemos a Dios es Amor y porque de Dios recibimos tanto amor que no nos cabe en ninguna medida humana. Lo de aquella oración ‘aunque no hubiera cielo yo te amara…’ Que así con ese corazón humilde y generoso aprendamos a ir por la vida en nuestro trato y relación con los demás y así nos presentemos también ante Dios.


MATERIAL DE REFLEXIÓN ENVIADO POR NUESTRO QUERIDO AMIGO PRESBÍTERO PADRE CARMELO HERNÁNDEZ, DESDE TENERIFE ESPAÑA.

EL DEMONIO ESTA ATACANDO CON MAS FURIA EN NUESTROS DIAS,DICE EL EXORCISTA DEL VATICANO




El padre Gabriele Amorth ha explicado que el asalto que sufrió el Papa Benedicto XVI el día de Navidad por parte de una mujer con problemas mentales y los últimos escándalos de abusos sexuales que han salpicado a la Iglesia en Estados Unidos, Irlanda o Alemania muestran que el Anti Cristo esta librando una guerra contra la Santa Sede.
En una entrevista concedida al diario italiano Il Foglio el pasado 28 de febrero, el P. Gabriele Amorth dijo que la existencia del satanismo en el Vaticano es algo que sabe por "personas que lo han conocido directamente. Y además es una cosa ‘confesada’ en otras ocasiones por el mismo demonio, bajo obediencia, durante los exorcismos". Asimismo indicó que esto es algo de lo que el Papa Benedicto XVI "ha sido informado. Pero hace lo que puede".
"El diablo reside en el Vaticano y puedes ver las consecuencias", ha sentenciado el padre Amorth, de 85 años, que ha sido el jefe de los exorcistas durante 25 años. "Él se puede ocultar, hablar en distintos idiomas, o incluso parecer simpático. Al tiempo que él se ríe de mi. Pero yo soy feliz en mi trabajo", ha dicho el exorcista.
Mientras algunos católicos se resisten y desconfían del exorcismo, el Papa Benedicto XVI no tiene dudas. El padre Amorth ha asegurado que "su santidad cree sinceramente en la práctica del exorcismo y ha elogiado nuestro trabajo".
La maldad de Satán ha golpeado a la jerarquía de la Iglesia Católica con "los cardenales que no creen en Jesús y los obispos que están relacionados con el demonio".
El sacerdote italiano ha dicho al diario La Repubblica que la película de 1973, 'El exorcista' da un "sustancialmente exacta" impresión de lo que es estar poseído por el diablo. Las personas poseídas, mientras se exorcizan, a veces gritan, dicen blasfemias y escupen objetos punzantes, ha asegurado Amorth.
"De su boca, cualquier cosa puede salir - piezas de hierro, pétalos de rosa", ha afirmado el Padre Amorth, quien afirma haber realizado 70.000 exorcismos y haber limpiado los vómitos de las personas poseídas cuando ha hecho falta. El exorcista tiene un deber principal: "liberar a los seres humanos del miedo al diablo".
El intento de asesinato del Papa Juan Pablo II por un turco en 1981 y las recientes revelaciones de "violencia y la pedofilia cometidos por sacerdotes católicos contra niños a su cuidado es también obra del diablo, ha dicho Amorth, que ha escrito un libro sobre de su vocación, 'Memorias de un exorcista', publicado recientemente.
El padre Amorth, presidente de la Asociación de Exorcistas, ha afirmado en anteriores ocasiones que Hitler y Stalin estaban poseídos por el demonio. "Estoy convencido de que los nazis estaban poseídos. Todo lo que tienes que hacer es pensar en lo que Hitler y Stalin lo hizo."
En una entrevista con Radio Vaticano en 2006, dijo que "por supuesto que el diablo existe y que no sólo puede poseer una sola persona, sino también grupos y poblaciones enteras.
Amorth ha condenado también los libros de Harry Potter, porque, argumenta, son peligrosos porque se metió en el ocultismo y no establecían la distinción entre "el arte de Satán" y la magia benevolente que no existe.