lunes, 31 de enero de 2011

HOMILIA.PADRE RICARDO GOMEZ H.VIRGEN DEL CARMEN.wmv

PROCESIÓN DE LOS ARCOS EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN. 2011


Con un fervor tradicional de los feligreses de Rinconada de Silva, se realiza la tradicional Procesión de los Arcos en honor a la Virgen del Carmen este Domingo 30 de Febrero 2011 – Procesión que debe su origen al Sacerdote Presbítero Aníbal Carvajal Aspee, quien con una inteligencia visionaria logro inculcar esta devoción cristiana de excelencia en todo nuestro valle, trascendiendo las fronteras de nuestra patria desde enero de 1904.


Las calles principales de este sector comunal, se vistieron de flores y de arcos hermosamente diseñados y arreglados por las familias rinconadinas, quienes acogen el paso de la Carmelita, la cual ha sido ya venerada por medio de una novena en la cual cada familia y pastoral rinden sus homenajes a la Patrona de Rinconada de Silva.


Los Misioneros de la Obra Misionera de la Transfiguración del Señor, quienes animan la Parroquia de Rinconada de Silva, son quienes han sabido heredar esta riqueza centenaria, el Superior de la Obra Presbítero Padre Ricardo Gómez H. manifestó:”La oportunidad que tenemos de volver la mirada a Jesús por medio de su madre la Santísima Virgen, es este tiempo de vacaciones, es formidable para educar a nuestros niños y adolescentes en una vida de educación de la fe, los rinconadinos somos un ejemplo de manifestar públicamente un respeto y amor a la madre de nuestro Divino Redentor, por medio de esta hermosa tradición “.


Con una Procesión vivida intensamente, la Virgen del Carmelo, fue escoltada por Carabineros de la Comuna, Los Bailes de Chinos, la banda Carmelitana y los más de 30 servidores de la virgen quienes cargaron el anda en sus hombros, hasta los pies del santuario del Santo Cristo, para finalizar en la plaza con una Santa Misa de Campaña, con cantos y alabanzas de gratitud a la madre Patrona de Chile y de nuestro Valle Comunal.


Los fieles han manifestado su regocijo de volver a participar un año más de esta querida procesión, única en sus características a nivel nacional. Muchos que han emigrado fuera de la comuna de Putaendo, vuelven a homenajear cada año a la Carmelita de Rinconada de Silva.

PROCESION DE LOS ARCOS 2011 RDA SILVA

jueves, 27 de enero de 2011

Jornada Mundial del Enfermo 2011


MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA XIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO
«Por sus llagas habéis sido curados» (1 P 2, 24).


Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, en el aniversario de la memoria de Nuestra Señora de Lourdes, que se celebra el 11 de febrero, la Iglesia propone la Jornada mundial del enfermo. Esta circunstancia, como quiso el venerable Juan Pablo II, se convierte en una ocasión propicia para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y, sobre todo, para sensibilizar más a nuestras comunidades y a la sociedad civil con respecto a los hermanos y las hermanas enfermos. Si cada hombre es hermano nuestro, con mayor razón el débil, el que sufre y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado. De hecho, «la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad.

Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana» (Spe salvi, 38). Las iniciativas que se promuevan en cada diócesis con ocasión de esta Jornada deben servir de estímulo para hacer cada vez más eficaz la asistencia a los que sufren, también de cara a la celebración de modo solemne, que tendrá lugar, en 2013, en el santuario mariano de Altötting, en Alemania.


1. Llevo aún en el corazón el momento en que, en el transcurso de la visita pastoral a Turín, pude permanecer en reflexión y oración ante la Sábana Santa, ante ese rostro sufriente, que nos invita a meditar sobre Aquel que llevó sobre sí la pasión del hombre de todo tiempo y de todo lugar, también nuestros sufrimientos, nuestras dificultades y nuestros pecados. ¡Cuántos fieles, a lo largo de la historia, han pasado ante ese lienzo sepulcral, que envolvió el cuerpo de un hombre crucificado, que corresponde en todo a lo que los Evangelios nos transmiten sobre la pasión y muerte de Jesús! Contemplarlo es una invitación a reflexionar sobre lo que escribe san Pedro: «Por sus llagas habéis sido curados» (1 P 2, 24). El Hijo de Dios sufrió, murió, pero resucitó, y precisamente por esto esas llagas se convierten en el signo de nuestra redención, del perdón y de la reconciliación con el Padre; sin embargo, también se convierten en un banco de prueba para la fe de los discípulos y para nuestra fe: cada vez que el Señor habla de su pasión y muerte, ellos no comprenden, rechazan, se oponen. Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento está siempre lleno de misterio, es difícil de aceptar y de soportar. Los dos discípulos de Emaús caminan tristes por los acontecimientos sucedidos aquellos días en Jerusalén, y sólo cuando el Resucitado recorre el camino con ellos se abren a una visión nueva (cf. Lc 24, 13-31). También al apóstol Tomás le cuesta creer en el camino de la pasión redentora: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos; si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré» (Jn 20, 25). Pero frente a Cristo que muestra sus llagas, su respuesta se transforma en una conmovedora profesión de fe: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20, 28). Lo que antes era un obstáculo insuperable, porque era signo del aparente fracaso de Jesús, se convierte, en el encuentro con el Resucitado, en la prueba de un amor victorioso: «Sólo un Dios que nos ama hasta tomar sobre sí nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el inocente, es digno de fe» (Mensaje Urbi et orbi, Pascua de 2007).


2. Queridos enfermos y personas que sufren, es precisamente a través de las llagas de Cristo como nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. Al resucitar, el Señor no eliminó el sufrimiento ni el mal del mundo, sino que los venció de raíz. A la prepotencia del mal opuso la omnipotencia de su Amor. Así nos indicó que el camino de la paz y de la alegría es el Amor: «Como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros» (Jn 13, 34). Cristo, vencedor de la muerte, está vivo en medio de nosotros. Y mientras, con santo Tomás, decimos también nosotros: «¡Señor mío y Dios mío!», sigamos a nuestro Maestro en la disponibilidad a dar la vida por nuestros hermanos (cf. 1 Jn 3, 16), siendo así mensajeros de una alegría que no teme el dolor, la alegría de la Resurrección.
San Bernardo afirma: «Dios no puede padecer, pero puede compadecer». Dios, la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre. Por eso, en cada sufrimiento humano ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la paciencia; en cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolación del amor partícipe de Dios para hacer que brille la estrella de la esperanza (cf.
Spe salvi, 39).
A vosotros, queridos hermanos y hermanas os repito este mensaje, para que seáis testigos de él a través de vuestro sufrimiento, vuestra vida y vuestra fe.


3. Con vistas a la cita de Madrid, el próximo mes de agosto de 2011, para la Jornada mundial de la juventud, quiero dirigir también un pensamiento en particular a los jóvenes, especialmente a aquellos que viven la experiencia de la enfermedad. A menudo la pasión, la cruz de Jesús dan miedo, porque parecen ser la negación de la vida. En realidad, es exactamente al contrario. La cruz es el «sí» de Dios al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna. Del corazón traspasado de Jesús brotó esta vida divina. Sólo él es capaz de liberar al mundo del mal y de hacer crecer su reino de justicia, de paz y de amor, al que todos aspiramos (cf.
Mensaje para la Jornada mundial de la juventud de 2011, n. 3). Queridos jóvenes, aprended a «ver» y a «encontrar» a Jesús en la Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, hasta el punto de hacerse alimento para el camino, pero también sabedlo reconocer y servir en los pobres, en los enfermos, en los hermanos que sufren y atraviesan dificultades, los cuales necesitan vuestra ayuda (cf. ib., 4).
A todos vosotros, jóvenes, enfermos y sanos, os repito la invitación a crear puentes de amor y de solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cerca de Dios y parte de la gran familia de sus hijos (cf.
Audiencia general, 15 de noviembre de 2006).

4. Contemplando las llagas de Jesús, nuestra mirada se dirige a su Corazón sacratísimo, en el que se manifiesta en sumo grado el amor de Dios. El Sagrado Corazón es Cristo crucificado, con el costado abierto por la lanza del que brotan sangre y agua (cf. Jn 19, 34), «símbolo de los sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos al Corazón del Salvador, beban con alegría de la fuente perenne de la salvación» (Misal Romano, Prefacio de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús). Especialmente vosotros, queridos enfermos, sentid la cercanía de este Corazón lleno de amor y bebed con fe y alegría de esta fuente, rezando: «Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, escúchame. En tus llagas, escóndeme» (Oración de san Ignacio de Loyola).


5. Al final de este Mensaje para la próxima Jornada mundial del enfermo, deseo expresar mi afecto a todos y a cada uno, sintiéndome partícipe de los sufrimientos y de las esperanzas que vivís diariamente en unión con Cristo crucificado y resucitado, para que os dé la paz y la curación del corazón. Que junto con él vele a vuestro lado la Virgen María, a la que invocamos con confianza Salud de los enfermos y Consoladora de los afligidos. Al pie de la cruz se realiza para ella la profecía de Simeón: su corazón de Madre es traspasado (cf. Lc 2, 35). Desde el abismo de su dolor, participación en el del Hijo, María fue capaz de acoger la nueva misión: ser la Madre de Cristo en sus miembros. En la hora de la cruz, Jesús le presenta a cada uno de sus discípulos diciéndole: «He ahí a tu Hijo» (cf. Jn 19, 26-27). La compasión maternal hacia el Hijo se convierte en compasión maternal hacia cada uno de nosotros en nuestros sufrimientos diarios (cf.
Homilía en Lourdes, 15 de septiembre de 2008).

Queridos hermanos y hermanas, en esta Jornada mundial del enfermo, invito también a las autoridades para que inviertan cada vez más energías en estructuras sanitarias que sirvan de ayuda y apoyo a los que sufren, sobre todo a los más pobres y necesitados, y dirigiendo mi pensamiento a todas las diócesis, envío un afectuoso saludo a los obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los seminaristas, a los agentes sanitarios, a los voluntarios y a todos aquellos que se dedican con amor a curar y aliviar las llagas de todos los hermanos o hermanas enfermos, en los hospitales o residencias, en las familias: sabed ver siempre en el rostro de los enfermos el Rostro de los rostros: el de Cristo.


Aseguro a todos mi recuerdo en la oración, mientras imparto a cada uno una especial bendición apostólica.
Vaticano, 21 de noviembre de 2010, fiesta de Cristo Rey del universo.
BENEDICTUS PP. XVI
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PRIORIDADES PASTORALES MISIÓN CONTINENTAL 2011.


Nuestras prioridades.Siendo este punto de vital importancia, la última palabra la diremos después de esta Asamblea. Sin embargo, como aporte a vuestra reflexión señalo las siguientes prioridades:
a) La formación permanente
De mi exposición se deduce que la prioridad que debe permanecer en el tiempo es la formación permanente de consagrados y laicos. La centralidad de esta formación debe estar en la Palabra de Dios y en la espiritualidad de la comunión.
b) La familia
La familia ha sido y es escuela de la fe, el hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente. Sin embargo, en la actualidad sufre situaciones adversas provocadas por el secularismo y el relativismo ético. …. por la pobreza, por la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias al matrimonio. Este análisis que hace el Santo Padre al inaugurar la V Conferencia de Aparecida lo compartimos plenamente. Es por ello que debe estar en nuestras prioridades pastorales.
c) Los jóvenes, especialmente los que viven en situación de riesgo social
d) La Pastoral Penitenciaria .


+ Cristián Contreras Molina, O.de M.Obispo de San Felipe

Monseñor Ezzati envía a Roma la causa de beatificación del padre Esteban Gumucio
Con la firma del acta de la sesión de clausura de la investigación diocesana sobre la vida, virtud y fama de santidad del religioso de los Sagrados Corazones, se inicia la fase vaticana de su proceso de beatificación.



Con la presencia de familiares y gran cantidad de fieles, el Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, firmó el acta de la sesión de clausura de la investigación sobre la vida, virtudes y fama de santidad del Siervo de Dios Padre Esteban Gumucio Vives ss.cc. El vicepostulador de la causa, padre Enrique Moreno ss.cc., hará llegar la documentación al postulador general en Roma, padre Alfred Bell ss.cc., que a su vez la entregará a la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano. “Para mí sin duda alguna es un privilegio poder firmar las actas que permiten que el proceso diocesano pueda llegar ya a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, en relación a un hombre que he podido conocer en algunos momentos de mi vida, y en momentos cruciales y difíciles del país, como un profeta de Jesús, como un profeta del Evangelio”, señaló Monseñor Ezzati al inicio de la ceremonia. La firma de las actas se llevó a cabo bajo la atenta y emocionada mirada de los hermanos del religioso, Lucía y Pedro, además de una gran cantidad de fieles de la parroquia San Pedro y San Pablo, donde se encuentra enterrado el padre Esteban en un memorial.El Arzobispo agregó que “he podido recoger testimonios sumamente hermosos de su cercanía a los matrimonios, a tantos cristianos sufrientes, así que yo me alegro inmensamente de este acto y me alegro inmensamente de que la Iglesia de Santiago pueda ofrecer a Chile y al mundo entero este ejemplo de sacerdote, de vida sacerdotal con fidelidad absoluta al Señor”. La causa del Padre Esteban fue abierta el 20 de mayo de 2010 por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz. Desde esa fecha se constituyó el tribunal que en siete meses de investigación interrogó a 65 testigos señalados por el vice postulador de la causa, Padre Enrique Moreno ss.cc., y a otros 7 convocados ex officio por el juez delegado. El padre Moreno destaca al padre Esteban Gumucio como “un hombre que reflejó en todo momento su gran adhesión a la persona de Jesús, y lo siguió al pie de la letra del Evangelio, es decir, preocupado de la gente sencilla, de los pequeños, de los pobres, de los marginados, defendiendo la vida”.


Un día después de que el Papa Benedicto XVI promulgara el decreto por el que se reconoce la milagrosa curación por intercesión de Juan Pablo II de la monja francesa Marie Simon-Pierre, enferma de Parkinson, el Vaticano informó que la asistencia a la solemne Eucaristía, que tendrá lugar el próximo 1 de mayo en Roma, no requerirá invitación. En un escueto comunicado, la Santa Sede precisó que la participación en la ceremonia de beatificación, que se producirá a los seis años y 29 días del fallecimiento de Juan Pablo II, estará abierta a todos los fieles.
«El 1 de mayo tendré la alegría de proclamar beato al venerable Juan Pablo II, mi muy querido predecesor». Con estas palabras Benedicto XVI se refería por primera vez en público a la próxima beatificación del Papa más querido de la humanidad, no sólo por su carisma y espiritualidad, sino también por su capacidad para el diálogo y el encuentro. Lo hacía ayer durante el rezo del Ángelus en una atiborrada Plaza de San Pedro, sobre todo por fieles polacos, que esperaban con entusiasmo el mensaje del Santo Padre.
Para ellos, Benedicto XVI también tuvo palabras especiales. «Esta noticia era esperada por mucha gente, pero particularmente por el pueblo polaco para quien Juan Pablo II ha sido su guía en la fe, en la verdad y en la libertad». Para el próximo 1 de mayo se espera que más de dos millones de fieles se acerquen a Roma para participar en esta solemne ceremonia. «La fecha elegida es muy significativa. Será de hecho, el segundo domingo de Pascua, que el propio Juan Pablo II dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya víspera terminó su vida terrena. Cuantos le conocieron y amaron, no podrán más que celebrar con la Iglesia este evento. ¡Estamos muy contentos!», afirmó el Santo Padre, quien pese a decidir al inicio de su Pontificado no presidir las ceremonias de beatificación, y sólo de canonizaciones, hará nuevamente una excepción.
Su alegría es también la de toda la Iglesia, que hasta en los lugares más remotos celebran —desde que se hizo pública la noticia el pasado viernes— encuentros de oración y misas de acción de gracias, sobre todo en Polonia, país natal del Papa Wojtyla.
La fecha del primero de mayo no sólo es la fiesta del Trabajo y de San José Obrero sino que este año coincide con el Domingo de la Divina Misericordia, una festividad instituida por Juan Pablo II en el año 2000 poco después de canonizar a su promotora, la religiosa polaca Faustina Kowalska, fallecida en 1938, cuya tumba solía visitar Karol Wojtyla en su época de trabajador como ayudante del dinamitero en una cantera de Cracovia durante la ocupación nazi. Además, la ceremonia también tendrá un carácter histórico sin precedentes, ya que desde hace diez siglos ningún Pontífice ha elevado a los altares a su inmediato predecesor.
Doble gozo en España
La Iglesia española celebra con doble gozo el anuncio de la beatificación de Juan Pablo II, impulsor de las Jornadas Mundiales de la Juventud y patrono de la próxima JMJ Madrid 2011. La coincidencia «es de una providencia increíble. Nos emociona, nos desborda y nos coloca ante unas responsabilidades a las que tenemos que dar una aceptación que nos salga desde lo más hondo del corazón y de la vocación que hemos recibido. Cada uno desde la suya. Hay que mojarse», aseguró el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para quien la personalidad de Juan Pablo II «es de una magnitud espiritual e histórica absolutamente singular».



La ceremonia de beatificación de Juan Pablo II tendrá lugar el próximo 1 de mayo, después de que Benedicto XVI haya firmado este viernes el decreto de beatificación, presentado por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato. Así, según ha declarado el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, la ceremonia de beatificación se celebrará el 1 de mayo de 2010, día de la Solemnidad de la Divina Misericordia.

La firma del Papa era el único paso que faltaba para dar «luz verde» a la beatificación de su predecesor, después de que los 30 purpurados y obispos que forman parte de la Comisión de este dicasterio aprobara el pasado miércoles un milagro por intercesión de Juan Pablo II.
Se trata de la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de párkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años. La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del párkinson de forma "inexplicable" según las autoridades médicas de la comisión de beatificación.

La hermana Marie Simon ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación del antecesor de Benedicto XVI. El milagro de la hermana Marie Simon, atribuido a Juan Pablo II, sufrió un parón en el mes de marzo del año pasado, cuando uno de los médicos externos consultados por el dicasterio sostuvo que el milagro no estaba suficientemente documentado. Sin embargo, el cardenal Angelo Amato señaló entonces que "había suficientes milagros" catalogados, un total de 251 atribuidos al antiguo Papa y que el proceso de beatificación seguía adelante, aunque finalmente el milagro de la curación del párkinson de la hermana Marie dio buenos resultados y fue considerado por la comisión de expertos como válido para continuar el proceso.

Un segundo milagro para la santidad
El 13 de mayo de 2005, el mismo Benedicto XVI anunciaba en la Basílica de San Juan de Letrán el inicio del proceso de beatificación de su predecesor, que comenzó oficialmente el 28 de junio de 2005, dos meses después del fallecimiento del Pontífice, gracias a la dispensa concedida por Benedicto XVI para que la causa pudiera empezar sin necesidad de esperar a los cinco años de rigor que deben transcurrir entre el fallecimiento de una persona y el comienzo de su causa.
Esta dispensa fue concedida también por Juan Pablo II para beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, cuyo proceso comenzó menos de dos meses después de su fallecimiento y que fue beatificada seis años después, en octubre de 2003.
El sacerdote polaco Slawomir Oder fue nombrado por Benedicto XVI como postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II y se inclinó por la curación de la religiosa francesa como el milagro que decidiría si el llamado 'Papa viajero' sería elevado a los altares. Juan Pablo II fue nombrado 'Venerable' y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares. Después de su beatificación, será necesario un segundo milagro para que sea declarado definitivamente como "santo" y entrar así en la lista de los santos de la Iglesia.

Taller de Cristología de Efopel Escuela de Varano Petorca -" Mi Relación Con Jesús" - Una Experiencia Lúdica y Cristiana, en un contexto de 80 Participantes, y con una roqueza Pastoral inolvidable.

Las temáticas fueron contextualizadas en base a las orientaciones del Documento de Aparecida 2007.

Nuevas Estrategías, Nuevos dinamismos fueron la prioridad de este taller experiencial.

Video Tomado de la Página Parroquial de la Ligua.

miércoles, 19 de enero de 2011

LA TERNURA DE JESUS EN LA TERNURA DEL PAPA

Con ocasion de la Fiesta de la Epifanía, o Pascua de Reyes, como se la llama en algunos países de habla hispana, el Santo Padre visitó a los niños del Hospital Gemelli de Roma. Fijense en la sencillez y delicadeza del Santo Padre (sobretodo los que sin saber lo tildan de "frio") Fijense en uno de los nenes que llevan ante el Papa al comienzo...

domingo, 16 de enero de 2011



Asamblea 2011, “Espiritualidad de Comunión y Misión en clave Eucarística:Diócesis de San Felipe evaluó su caminar de Discípulado Misionero El fraternal encuentro contó con la presencia del Director Ejecutivo de la Misión Continental, Rafael Silva.

En un clima de fraternidad y comunión la Diócesis de San Felipe realizó su Asamblea Diocesana 2011, el pasado sábado 8 de enero en Llay Llay, V región.

Más de 400 agentes pastorales de toda la Diócesis, acudieron a este encuentro, que tuvo como eje central evaluar y proyectar cómo la Misión Continental cruza el camino pastoral de la Diócesis.

El Director Ejecutivo de la Misión Continental, Rafael Silva, invitado a este encuentro, resaltó el entusiasmo y el compromiso de los Discípulos Misioneros de San Felipe, quiénes son protagonistas de este hermoso proceso de renovación que vive nuestra iglesia a partir de la Conferencia de Aparecida: "Admiro cómo la Diócesis de San Felipe busca llevar la misión continental a su pastoral cotidiana, poniendo todos los recursos al servicio de este proceso de renovación, enfrentando las dificultades y proyectando los desafíos futuros" comentó Rafael Silva, quién presentó los acentos de la Misión Continental para el 2011 a la asamblea.

El Obispo de San Felipe, Mons. Cristián Contreras Molina, destacó en su homilía los hechos que marcaron el año 2011 en su diócesis; la alegría de la visita de la Virgen Misionera, el hábito de visitar hogares y también el dolor que les embarga por la denuncia de abuso a menores de uno de los sacerdote de este iglesia diocesana: "...debo decir una palabra sobre el dolor que estamos viviendo debido a las denuncias por abuso de menores en contra de un hermano sacerdote. Ellas constituyen un duro golpe para quienes hemos optado por seguir a Cristo pobre, obediente y célibe," señaló el obispo.

Mons. Contreras desatacó también, el desafío de ser una iglesia permanentemente misionera, sin desconocer las misiones que se han realizado antes en nuestra iglesia: "Por muchos años, hemos vivido la presencia de misioneros en nuestras comunidades parroquiales y sectoriales. Nadie podría desconocer el bien que estos misioneros (as) han hecho y siguen haciendo. Pasar de esta vivencia misionera al de una iglesia en misión permanente, no es fácil. Salir de nuestros esquemas pastorales obliga asumir que la realidad que vive el mundo es distinta y que los problemas de todo orden exigen una respuesta adecuada a las circunstancias que enfrenta el hombre y la sociedad".
Finalmente, luego de un trabajo grupal que invitó a los decanatos y áreas pastorales, a proponer acciones en torno a la espiritualidad de la comunión y la misión, Mons. Cristián Contreras Molina, dirigió unas palabras finales a la Asamblea; enfatizando en los Aspectos de la Misión Continental que la Diócesis quiere acentuar en el 2011:"La vida eucarística y la espiritualidad de la comunión, la lectura orante de la Palabra, formación permanente; jóvenes en riesgo social y la pastoral penitenciaria" señaló el obispo Mons. Cristián Contreras Molina, entre otros acentos.

Fuente: Misión Continental
El Papa beatificará a Juan Pablo II el próximo 1 de mayoEl Santo Padre Benedicto XVI presidirá el próximo 1 de mayo, en el Vaticano, II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia, el rito de beatificación de Juan Pablo II.
En una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos se afirma que "hoy, 14 de enero, durante la audiencia concedida al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa ha autorizado a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación."Como se sabe, la Causa, por dispensa pontificia, comenzó antes de que transcurrieran los cinco años desde la muerte del Siervo de Dios, exigidos por la normativa vigente. Esta medida fue solicitada por la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte.
Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización."De junio de 2005 a abril de 2007 tuvieron lugar la investigación diocesana principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis, sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad y de milagros. La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007.
En junio de 2009, examinada la "Positio", nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios. En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma "Positio" fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa."El 19 de diciembre de 2009, el Sumo Pontífice Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de las virtudes.
"En vista de la beatificación del Venerable Siervo de Dios, la postulación de la causa presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la "enfermedad de Parkinson" de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques."Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010. Sus expertos, tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable.
Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa.Por último, el 11 de enero de 2011, se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".-
Fuente: Servicio Informativo Vaticano Vaticano, 14/01/2011

HOMILIA DEL BAUTISMO DE JESÚS. 2011


El Bautismo de Jesús Epifanía de Dios que nos muestra al Hijo y nos hace hijos.


MATERIAL DE APOYO ENVIADO POR EL PRESBÍTERO PADRE CARMELO HERNÁNDEZ DESDE TENERIFE ESPAÑA.


Is. 42, 1-4.6-7; Sal. 28; Hechos, 10, 34-38; Mt. 3, 13-17.


El bautismo de Jesús en el Jordán, que hemos escuchado en el relato del evangelio fue una impresionante Epifanía. Hemos venido contemplando la gloria del Señor desde su nacimiento en Belén en muchos signos que se iban manifestando en cada uno de los momentos. Hoy, allí en el Jordán, se manifiesta en todo su esplendor la gloria del Señor.Comencemos por recordar el sentido o el significado del bautismo de Juan en el Jordán.


El Bautista invitaba a las gentes a preparar los caminos del Señor y un signo por el cual manifestaban su arrepentimiento y sus deseos de conversión era el sumergirse en las aguas del Jordán. Aquel bautismo tenía un sentido penitencial. Sintiéndose pecadores y con esos deseos de conversión acudían a Juan para que los bautizara. Pero allí se acerca Jesús, el que no tenía pecado, en la fila de los pecadores que acudían a que Juan los bautizara. ¿Lo necesitaba Jesús? El es el justo y el santo de Dios. En El no había pecado, pero quería cargar con nuestros pecados. No sería un bautismo de agua el que en verdad nos purificara, el que iba a redimirnos. Sería su sangre derramada en la Cruz; sería la entrega de su vida; sería su amor redentor. Por eso diferenciamos bien el bautismo de Juan al bautismo que nosotros recibimos en nombre de Jesús. ‘Soy yo el que te necesita que Tú me bautices, ¿y acudes a mí?, intentaba Juan disuadirlo… Cumplamos lo que Dios quiere’, le replica Jesús. Ya Juan había sido santificado en el seno de su madre cuando la visita de María a Isabel.


Grande era la misión que realizaba Juan preparando los caminos del Señor, señalándonos al que había de venir para traernos la salvación. ‘Cumplamos lo que el Señor quiere’. Iban a manifestarse allí las maravillas del Señor como imagen también del nuevo Bautismo.‘Juan se lo permitió’, como dice el evangelista. Pero comenzaron a suceder cosas maravillosas. Se manifestaba la gloria del Señor. Era el por qué de Jesús acudir al bautismo de Juan. Se nos iba a decir en verdad quien era Jesús. ‘Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre El. Y vino una voz del cielo que decía: Este es mi Hijo, el amado, el predilecto’.


Aquel Jesús venido desde Galilea era, es el Hijo de Dios hecho hombre para nuestra salvación. Lo está señalando el Padre desde el cielo, ‘el Hijo amado de Dios’. El Espíritu de Dios lo está envolviendo con la gloria de la divinidad. ‘Hiciste descender tu voz desde el cielo para que el mundo creyese que tu Palabra habitaba entre nosotros…’ decimos en el prefacio. El evangelio de san Juan no nos narra el bautismo de Jesús, pero sí nos dice que ‘la Palabra que estaba junto a Dios y que era Dios, que era la vida y que era la luz de los hombres, se hizo carne y acampó entre nosotros’. Los evangelios sinópticos por su parte nos hacen oír la voz del Padre en el Bautismo de Jesús para decirnos que allí está el Hijo de Dios que se hizo carne, que se hizo hombre y que es ‘el ungido por medio del Espíritu para que los hombres reconociesen en El al Mesías, enviado a anunciar la salvación a los pobres’, como nos dice el prefacio; ‘el que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con El’, como hemos escuchado a Pedro en el relato de los Hechos de los Apóstoles.Es la maravilla que hoy estamos celebrando. Es la culminación de las fiestas de la Navidad y de la Epifanía del Señor que hemos venido celebrando. En todo su esplendor se nos manifiesta la gloria del Señor, como decíamos.


Es Jesús en quien creemos y a quien queremos seguir; es Jesús que se abajó y se hizo el último y el servidor de todos – ‘mirad a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido a quien prefiero’, como nos decía el profeta – a quien vemos exaltado y glorificado con la gloria del Señor. Es lo que nos decía san Pablo en el texto que tantas veces hemos escuchado ‘se abajó, se despojó de su rango, pasó por uno de tantos, se rebajó hasta someterse a una muerte de Cruz, pero Dios lo levantó sobre todo y le concedió el nombre sobre todo nombre, de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble y toda lengua proclame Jesús es Señor para gloria de Dios Padre…’Pero Jesús ha venido a levantarnos a nosotros.


Quiere que nos unamos a El para vivir su misma vida. Se hizo semejante a nosotros en su humanidad para que podamos transformarnos interiormente a su imagen. A partir de Jesús el Bautismo tendrá un nuevo significado porque para nosotros no será sólo purificación como lo era el de Juan sino una participación en todo el misterio de Cristo, en su muerte y en su resurrección para darnos su vida, para hacernos hijos de Dios. Es el nuevo bautismo, el nuevo renacer del que le hablaba Jesús a Nicodemo. No somos bautizados solo en agua sino en agua y el Espíritu para ser hijos de adopción. ‘Si no naces de nuevo… si no naces del agua y del Espíritu no puedes ver el Reino de Dios’. Bautizados somos nosotros en el Espíritu para entrar en el Reino de Dios, en el reino donde todos somos hijos. ‘A cuántos le recibieron les da poder para ser hijos de Dios si creen en su nombre… no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios…’ que hemos escuchado repetidamente estos días.Sí, que escuchemos con fe la Palabra de Jesús, que pongamos toda nuestra fe en El, que le sigamos con toda nuestra vida y con todo nuestro amor para que podamos llamarnos y ser en verdad hijos de Dios. Grande es la dignidad a la que nos ha llamado, que se nos ha concedido en Jesús. También escuchamos esa voz del cielo en nuestro corazón llamándonos hijos amados. Que vivamos en consecuencia como hijos. Que resplandezcamos entonces con la santidad de los hijos, con el amor de los hijos. Que nos sintamos, pues, transformados y en verdad eso se note en nuestra vida, en nuestras actitudes, en nuestros comportamientos, en nuestro trato a los demás. Cómo tenemos que saber dar gracias al Señor porque podemos contemplar su gloria como hoy en la fe la contemplamos en el Evangelio y en toda nuestra celebración.


Somos dichosos porque cuánto el Señor en su amor nos regala. Nuestra celebración tiene que ser algo muy vivo para que podamos sentir esa gloria de Dios en nosotros; es una dicha que podamos escuchar su Palabra; es una dicha que podamos alimentarnos de El en el Sacramento. Por eso hemos de poner a tope nuestra fe y en consecuencia que surja llena de amor nuestra alabanza. Que se nos abran los ojos del alma para gustar de la gloria del Señor que aquí se nos manifiesta.

domingo, 2 de enero de 2011

HOMILIA II DOMINGO DE NAVIDAD.Inicio 2011


A cuantos le recibieron les da poder para ser hijos de Dios Eclesiástico


24, 1-2. 8-12; Sal. 147; Efesios 1, 3-6. 15-18; Juan 1, 1-18


Seguimos celebrando la Encarnación y el Nacimiento del Hijo de Dios. Lo hemos contemplado niño en Belén, nacido de María, mujer privilegiada, a la que podemos decir con verdad Madre de Dios. Ayer en la octava de la Navidad lo celebramos y celebramos a María, Madre de Dios. No nos cansamos de penetrar en estos misterios, contemplarlos, rumiarlos una y otra vez en el corazón, pero al mismo tiempo nos sentimos sobrecogidos ante el Misterio de Dios que así se nos revela. Nos postramos en adoración ante el Misterio de Dios y damos gracias porque así ha querido llegar hasta nosotros. Uno se queda como extasiado contemplando, admirando, dejándonos inundar por el amor de Dios. Absortos ante el Misterio de Dios parece como si toda la vida se detuviera.El niño que contemplamos en Belén nacido de María, es el Hijo de Dios, el Verbo de Dios, la Palabra viva de Dios. San Juan en el inicio de su evangelio nos ayuda a penetrar en tal Misterio. ‘Dios desde siempre, estaba junto a Dios, era Dios’.


Es Vida y es Luz. Vida que nos vivifica, ‘sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho’ y ahora seguiremos reflexionando en cuánto más es vida para nosotros. Luz verdadera que es vida y que nos ilumina. Luz que viene hasta nosotros ‘que alumbra a todo hombre’, que nos hace ver y descubrir tantas cosas de Dios y de nosotros mismos.Decimos que nos sentimos desbordados porque el hombre por sí mismo no alcanzaría a comprender tal misterio de Dios y a vislumbrar lo que es tanto amor que nos quiere conducir a la plenitud. Porque si Dios así se revela no es para deslumbrarnos, sino para iluminándonos llevarnos a vivir su vida, a vivir en plenitud. ‘A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único que está en el seno del Padre es quien nos lo ha dado a conocer’.


Es en Jesús donde podemos alcanzar esa plenitud y esa gracia. ‘De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia’. Es Jesús, la Palabra eterna de Dios quien nos lo revela, quien nos lleva a poder vivir así en Dios, en su luz, en su vida. Pero al tiempo que nos sentimos sobrecogidos por este misterio de amor, de luz, de vida, aparece el drama, el triste drama del hombre que en sus tinieblas rechaza la luz. ‘La luz brilla en la tiniebla y la tiniebla no la recibió… al mundo vino y en el mundo estaba, el mundo se hizo por medio de ella y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron…’ ¿Preferimos otras luces? ¿preferimos otra vida? Es nuestras ignorancia y nuestro pecado. Queremos seguir con nuestras luces opacas y con nuestro vivir. Nos negamos a conocer esa luz.


Quizás nos hemos cegado con tantas falsas luces que no llegamos a descubrir lo que es la verdadera luz. Nos confundimos. Nos cuesta quizá llegar a comprender en toda su hondura cómo Dios puede llegar hasta nosotros, cómo podemos contemplarlo en ese Niño nacido en Belén. También nosotros cerramos las posadas de nuestra vida a su llegada a nosotros, como le sucediera en aquella primera noche de Belén en que no había posada. Es quizá una imagen de lo que hacemos, de nuestros rechazos o negaciones.


Con la imagen de la grandeza de Dios que nos hacemos nos pudiera parecer imposible y no entender su anonadamiento para hacerse el último, el más pobre y el más pequeño; por la inmensidad de ese Dios infinito y todopoderoso nos costará verlo naciendo naciendo como un niño pobre en un establo; siendo como es el Dios de la vida no cuesta entender el verle sometido a la muerte y además a una muerte ignominiosa de Cruz. Quizá muchas más cosas nos cuesta comprender.Lo que se nos narra con en un resumen esta primera hermosa página del evangelio de Juan nos expresa lo que vamos a ver luego continuamente en todo el relato del evangelio. Cuántos le rechazaron, cuántos no quisieron aceptar su Palabra y para todo ponían pegas y dificultades, cuántos no lo siguieron, es más, se opusieron queriendo apagar esa luz, enterrar esa vida. Le llevaron a la cruz y a la muerte, pero bien sabemos que resucitó glorioso y lleno de luz.


Pero reflexionemos también que puede reflejar el rechazo de Jesús que los hombres de todos los tiempos seguimos haciendo de Jesús. nuestro rechazo con nuestro pecado.Jesús sigue siendo nuestra luz y nuestra vida. Luz que nos ilumina, que nos da el sentido de Dios y el sentido del hombre. Es quien nos va a revelar a Dios en toda su plenitud; nos hablará de su amor y de su providencia que nos cuida, de cómo nos busca y nos llama y para eso nos ha entregado a su Hijo, nos ha entregado a Jesús, para que podamos tener vida y vida para siempre; será Jesús quien nos enseñará a llamar Padre a Dios y nos dirá cómo tenemos que amarle y en qué hemos de manifestar nuestro amor.


Cuántas cosas de Dios nos va a enseñar Jesús. Pero es que desde Jesús es cuando vamos a tener una nueva visión del hombre y de toda la dignidad a la que nos llama. Todo hombre es amado de Dios y todo hombre está llamado a una vida nueva en ese amor de Dios. Con Jesús y su gracia alcanzamos la mayor dignidad que un hombre soñaría alcanzar. Es que ‘a cuantos le recibieron les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre… no nacidos de sangre humana o de amor carnal, sino de Dios’. Poder para ser hijos de Dios. ¿Queremos una grandeza mayor?Para eso ha venido Jesús. Lo estamos contemplando en estos días en el Misterio de su Encarnación y Nacimiento. Como nos dice hoy san Juan: ‘Y la Palabra – la Palabra que es Vida y que es la Luz de los hombres – se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad’.


Es el Misterio de la Encarnación. Y contemplamos su gloria. En su nacimiento en Belén contemplamos su gloria. ‘Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad… y una legión del ejército celestial alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama’. Contemplamos su gloria y nos llenamos de su plenitud porque nos da su paz, nos da su vida, porque somos amados de Dios. Si así se manifiesta su gloria sobre nosotros es porque nos ama. ‘De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia… porque la gracia y la verdad nos vinieron por medio de Jesucristo’, viene a concluir san Juan. Podríamos seguir fijándonos en las páginas del evangelio cómo a través de toda su vida se va manifestando la gloria de Dios en Jesús.Queremos recibir a Jesús.


Queremos dejarnos iluminar por su luz. Queremos dejarnos inundar por su vida. Queremos seguirle porque queremos alcanzar esa plenitud que nos ofrece, esa gracia, esa verdad. Nos cuesta porque a veces estamos confundidos. Todo esto que hemos venido celebrando en estos días tiene que fortalecernos en nuestra fe para reconocer a Jesús, para reconocer todo el amor de Dios que en Jesús se nos manifiesta. Que no se nos cieguen nuestros ojos.


Que se despierte vivamente nuestra fe. Que no nos confundamos ni nos dejemos confundir por luces o voces engañosas. Tiene que ser nuestro deseo y nuestro propósito. Nos sentimos sobrecogidos por el misterio de Dios que se nos manifiesta y estamos celebrando. Respondamos con fe y con amor. Adoramos el Misterio de Dios, damos gracias y cantamos también la gloria del Señor. Y lo queremos hacer con toda nuestra vida.
Gentileza del Presbítero Padre Carmelo Hernández. Desde Tenerife España