sábado, 21 de agosto de 2010

PRIMER ANIVERSARIO DE LA PASCUA DE PADRE HUGO, MTS



Este domingo 23 de agosto a las 16.00 en el Santuario del Santo Cristo de Rinconada de Silva (lugar habitual de apostolado del Padre Hugo) se celebrará una Santa Misa en sufragio del alma del querido Padre Hugo Cornelissen Dockx,MTS., con motivo de celebrarse el primer aniversario de su vuelta al regazo del Padre Celestial, acaecida el 22 de agosto de 2009.

A las 07:30 a.m. del domingo 23 de agosto de 2009, el alma del buen PADRE HUGO volvía al regazo del Padre Dios. Peregrinó en la tierra durante 79 años, 50 de los cuales los vivió como Sacerdote; estuvo 42 años en Chile, 29 años en la Obra Misionera de la Transfiguración y 24 en Rinconada de Silva.
Muy serenamente, P.Hugo entregó su alma al Señor, rodeado por todos los Transfiguristas, y su fiel asistente, Elenita, que rezaban alrededor su lecho la Oración matutina de Laudes.
La solemne Misa exequial se celebró el lunes 23, presidida por el Obispo de San Felipe, Mons. Cristian Contreras, concelebrada por 23 sacerdotes, acudieron diáconos, ministros y acólitos; ex transfiguristas y por supuesto, muchos miembros de la Legión de las Pequeñas Almas. Mons. Contreras dio gracias a Dios por el testimonio sacerdotal del Padre Hugo, a quien consideró como un hombre de Dios. Cabe señalar que la Pascua del Padre Hugo coincidió con el “Año Sacerdotal” convocado por el Santo Padre Benedicto XVI.
Concluida la Misa el cortejo se dirigió al Cementerio Parroquial de Los Andes, para sepultar los restos del Padre Hugo en el Mausoleo del Clero de San Felipe.
El Padre Hugo nació en Bélgica, en Vosselaar, cerca de la ciudad de Amberes, el 5 de junio de 1930, en el seno de una familia profundamente católica, de la cual sobrevive una sola hermana, Imelda. Sus padres se llamaban Emilio Cornelissen y Ana Dockx.
Sus estudios los hizo en un colegio perteneciente a la Compañía de Jesús. Ya de muy niño, Hugo descubre el llamado al sacerdocio en la Congregación Salesiana. El 12 de abril de 1959, hace exactamente 50 años, Hugo es ordenado sacerdote para siempre.
A mediados de la década del 60’ el Papa Pablo VI pide a los sacerdotes de Europa, voluntarios para servir como misioneros en América Latina. El joven Padre Hugo, al igual que varios sacerdotes compatriotas suyos, responde al pedido del Papa, siendo destinado a Chile.
A fines de 1968 el Padre Hugo llega de Bélgica con destino a Magallanes. En noviembre de ese año conoce en Puerto Natales al Padre Guido Bertolino, sin imaginar los dos los planes que les tenía el Padre Celestial.
En 1971 el P. Guido se traslada a la Obra de la Transfiguración en Los Andes. Por esos años, el P. Hugo había conoce la Legión de las Pequeñas Almas, movimiento inspirado por Jesús a una sencilla mujer belga: Margarita. Entusiasmado el P. Hugo, con la colaboración del P. Guido, quien le consigue la traductora, logra traducir el libro “Mensaje del amor misericordioso a las Pequeñas Almas” del francés al español.
Entre 1972 y 1975 el P. Hugo colaborará activamente con la naciente Obra de la Transfiguración, tanto materialmente, como también enviando algunas vocaciones. Va sintiéndose llamado a ella.
Tras muchos años de peripecias, finalmente los superiores lo autorizan y llega así a Quilpue, donde estaba viviendo el P. Guido el 1 de febrero de 1980. El 6 de agosto de 1981 el P. Hugo pronuncia sus votos perpetuos en la Obra de la Transfiguración ante el Obispo de Valparaíso Mons. Emilio Tagle Covarrubias, quien ese mismo día lo entroniza como Párroco de El Belloto.
Por circunstancias que podemos llamar providenciales, el 13 de abril de 1985, el P. Hugo junto al P. Guido y los formandos de la Obra de la Transfiguración se trasladan a la Diócesis de San Felipe, a la Parroquia de Rinconada de Silva, que les había confiado el Obispo Mons. Manuel Camilo Vial R.
Desde 1985 a 1998 el P.Hugo será Párroco de Rinconada de Silva. Al mismo tiempo, se desempeña como Asesor Latinoamericano de la Legión de las Pequeñas Almas., cargo que desempeñará activamente hasta que la enfermedad lo obliga a mantenerse mas bien en reposo hasta su muerte.

En 79 años de vida y 50 de sacerdocio, el P. Hugo nos dejó un basto legado a cuantos hemos compartido con el y a las generaciones que vendrán. El Padre Hugo es con propiedad, uno de los FUNDADORES, junto con Madre Enriqueta y Padre Guido, de la Obra de la Transfiguración. La Obra le está enteramente agradecida de cuanto hizo por ella hasta el día de su paso al Tabor definitivo.
Deja un ejemplo a seguir para los Transfiguristas, por haber sido durante toda su vida un ardiente e incansable misionero, que recorrió toda América, y casi todo Chile para predicar el amor misericordioso; un religioso fiel a sus votos, pobre, obediente y casto.
Un sacerdote que en todo quiso imitar a Jesús, y reflejar en todo a Jesús, especialmente en el Sacramento de la Penitencia y de la Eucaristía.
Fue el incansable Asesor de la Legión de las Pequeñas Almas, tocando innumerables corazones en dicho Movimiento, al que organizó y guió, haciéndolo su vida. Tambien fue el iniciador en Chile de los Centros de Vacaciones Solidarios (CEVAS), movido por un autentico amor a los niños en su periodo de vacaciones, implantando esta experiencia en todos los lugares donde pasó, lo que fructificó con la presencia de este floreciente Movimiento en muchos lugares de Chile. En los inicios de los CEVAS, hace mas de 30 años en la Diócesis de Punta Arenas, el Padre Hugo contó con el apoyo del en ese entonces joven sacerdote Alejandro Goic, hoy Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Deja un notable legado espiritual y material tanto en El Belloto como en Rinconada de Silva, al impulsar la construcción de Capillas, el embellecimiento de los Santuarios del Santo Cristo y la Ermita en Rinconada, promotor e iniciador de actividades pastorales tales como el Festival del Papa, impulsor de la Catequesis Familiar, propagador de manifestaciones de piedad tales como Procesiones, Vía Crucis, etc; incansable predicador de retiros que marcaron a toda una generación de jóvenes que en la actualidad, la gran mayoría son adultos comprometidos con su fe en sus estados de vida y otros sirven a Dios en el sacerdocio o la Vida Religiosa en distintas Congregaciones.
La Obra de la Transfiguración le debe junto a su testimonio de vida, un notable trabajo de promoción vocacional y de difusión de la Obra, su apoyo en los inicios de la Obra.
Todo su celo apostólico nacía de su profundo amor a Jesús, realmente presente en la Eucaristía, a la Virgen Maria, sobretodo a través del rezo del Rosario (del que fue incesante propagador) y el amor filial al Santo Padre. Es un hecho que lo echamos de menos, pero nos alegramos en que tenemos un nuevo intercesor en el cielo.

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