martes, 24 de agosto de 2010

RECADOS DEL CIELO QUE NO DEBEMOS DEJAR PASAR - VASSULA RYDEN REFLEXIONA SOBRE ALGUNOS MENSAJES


Queridos lectores:
Publicamos esta carta de Vassula Ryden sobre profecías en los mensajes de la Verdadera vida en Dios (VVD), fechada el 22-04-2010.
Al despertar la erupción del volcán Eyjafjallajokull en Islandia, Vassula escribe esta carta sobre las persistentes advertencias de Dios y llamar al arrepentimiento, reconciliación y a la unidad.

Profecías de los mensajes de la Verdadera vida en Dios, por Vassula Rydén, abril 2010.

Uno de los muchos ejemplos en las Escrituras de cómo reacciona Dios en tiempos de rebelión y apostasía está en Jeremías 4,23-28. Jeremías dice: “Miré a la tierra, y he aquí que era vacío y confusión; y a los cielos, y no había luz. Miré los montes, y he aquí que temblaban, todos los collados se movían. Miré, y no se veía un hombre, y las aves del cielo habían huido todas. Miré, y he aquí que el vergel era un desierto, y todas sus ciudades eran ruinas ante la presencia deYavé, ante la presencia de su ardiente furor. Sí, así habla Yavé, toda la tierra será un desierto, la terminaré de una vez por todas, ante lo cual la tierra hará duelo y los cielos se oscurecerán”.

Dios nos ha estado advirtiendo incesantemente a volver a Él y a reconciliarnos con Él y unos con otros. Cristo ha estado rogando con su Iglesia a la reconciliación y la unidad. Él ha estado pidiendo a los pastores ahora por más de 25 años en los mensajes de ‘La Verdadera Vida en Dios’ a arrepentirnos y reconciliarnos, logrando la unidad al unificar las fechas de Pascual. Todo el mundo está decayendo en su mal y en su apostasía, transgrediendo no solamente la Ley de Dios, sino todo lo que es Santo, incesantemente ofendiendo a Dios. ¿Por qué entonces se sorprende alguien cuando la gracia del Espíritu Santo aumenta en estos tiempos de oscuridad para ayudarnos? Pero la Oscuridad está persiguiendo a la Luz otra vez. Los obstáculos, las persecuciones, las acusaciones, los engaños, las difamaciones, las prohibiciones y calumnias salían de muchas personas, todos estos años, mientras yo trataba de testificar y pasarle al mundo la Palabra de Dios, haciendo la misión extremadamente difícil. Muchas de estas personas pensaron que estaban haciendo el santo deber a Dios.

Está escrito en las Escrituras que: “En el principio existía la Palabra: la Palabra estaba en Dios y la Palabra era Dios” (Jn 1,1). “La Palabra era la verdadera Luz que ilumina a todo hombre; y Él vino al mundo. Él estaba en el mundo que fue hecho por Él, y el mundo no lo conoció. Él vino a su propio dominio y su propia gente no lo aceptó” (Jn 1,9-11).
A lo largo de estos años, Nuestro Señor ha tratado de despertar una verdadera comprensión en todos nosotros dándonos repetidamente recordatorios, recordando lo que se dijo en el pasado por los santos profetas y sus propios Mandamientos. Sus llamados, como los de nuestra Santísima Madre, eran llamados al arrepentimiento, la paz, el amor, la unidad y a una vida de oración. Nuestro Señor vino y sigue viniendo en esta manera al mundo para iluminar a aquellos que han errado el camino, pero hasta ahora, muy pocos han reconocido su presencia benigna y menos aún han aceptado su llamado. No desdeñó venir primero a su propio dominio, entre los suyos, pero la carne en su dureza de corazón e incredulidad, rechazó al Amor nuevamente. Hasta ahora muy pocos son los que lo han aceptado enteramente en su llamado misericordioso de arrepentimiento, no solamente disminuyendo su misericordia sino que rechazándola también y no permitiéndole reinar en sus corazones.

El mundo hoy día tiene una actitud justo como la del Faraón, de rechazo en su terquedad e incredulidad a todo lo que es santo. Por supuesto Nuestro Señor dice que su comportamiento es peor que el de Sodoma y Gomorra.

En el año 1991, el 11 de septiembre, exactamente 10 años antes del gran desastre de las dos torres en EE.UU., Nuestro Señor, mirando a la tierra con desagrado, nos advirtió con estas palabras: “Y Yo, por mi parte, mis ojos miran al mundo hoy día, buscando nación tras nación, escudriñando alma tras alma por alguna calidez, por alguna generosidad y por algo de amor, pero muy pocos disfrutan de mi favor. Muy pocos se molestan en vivir una vida santa y los días están volando y las horas están ahora contadas antes de la gran retribución (...) (Jesús de pronto cambió de tono y después de esperar unos segundos, con un tono muy grave que me dejó con temor y dijo): “¡La tierra se estremecerá y temblará y cada mal construido en Torres (como la torre de Babel) colapsará en un montón de fragmentos de piedra y será enterrado en polvo de pecado! ¡Arriba los cielos se sacudirán y las bases de la tierra oscilarán! Las islas, el mar y los continentes serán visitados por Mí inesperadamente con trueno y con llama. Escuchen mis últimas palabras de advertencia, escuchen ahora que todavía hay tiempo. Lean nuestros Mensajes y dejen de ser despreciativos o sordos cuando el Cielo habla (...) Pronto, muy pronto, los cielos se abrirán y Yo los haré ver el Juicio”. (Sept. 11, 1991).

El 11 de septiembre de 2001 el mundo se asustó con la caída de las dos torres, muriendo muchas personas, en medio de ellos gente inocente. Escenas apocalípticas horribles se mostraron al mundo, y a pesar de este horror que sucedió, en vez de verdaderamente volvernos a Dios y al arrepentimiento, el mundo se puso peor que antes y se dedicó a la guerra. En lugar de comprender que esto sucedió por nuestras propias faltas, pecados, culpabilidad, apostasía y el rechazo del mundo a Dios, nosotros continuamos escuchando a Satanás y seguimos su camino en vez del camino que Dios nos estaba mostrando.

Después, antes de eso, muchas veces Cristo nuevamente nos estaba advirtiendo sobre el tsunami. El primero es del 10 de septiembre de 1987. Yo escribí en mi cuaderno: “De pronto Jesús me recordó de un sueño que tuve anoche y que había olvidado. Fue la visión que vi últimamente, pero pareció peor en mi sueño”. El Señor entonces dijo: “Escucha, te he dejado ver la visión en tu sueño, para que lo sintieras. ¡No, no hay escapatoria! Escribí: “Recuerdo cuando la vi viniendo como una ola gigante. Traté de correr y esconderme sabiendo que era imposible”. Luego le pregunté al Señor: “¿Por qué hacer esto si Tú nos amas? ¿Por qué?”. Él respondió: “Me conocen como un Dios de Amor, como también un Dios de Justicia”. Le dije: “¿Qué podemos hacer para detenerlo?”. Dios respondió: “Se requieren tremendas enmiendas ahora de todos Uds. Unirse y ser uno. Amarse unos a otros, creyendo en mis obras celestiales porque Yo estoy en medio de Uds. siempre”.

La noticia del tsunami nos choqueó y consternó a todos, pero nadie puede decir que Dios no nos envió advertencias. Cuando las advertencias las dijeron los que Él eligió como portavoces, muchos decían: “No necesitamos estas advertencias, tenemos el consuelo de los libros santos de los Padres y la Santa Biblia en nuestra posesión. Nunca dejamos de ofrecer sacrificios ni de rezar, así que ¿qué tiene que decirnos Cristo más de lo que Él nos ha dado?”. Y ellos cerraron sus oídos.

El 24 de diciembre de 1991, en la víspera del Nacimiento de Cristo, Él, muy ofendido, nos dio otro mensaje: “Vengo hoy y ofrezco a toda la humanidad mi Paz, pero muy pocos escuchan. Hoy vengo con términos de paz y un mensaje de Amor, pero la paz que estoy ofreciendo es blasfemada por la tierra, y del Amor que le estoy dando se mofan y burlan en esta víspera de mi Nacimiento. La humanidad está celebrando estos días sin mi Santo Nombre. Mi Santo Nombre ha sido abolido y ellos toman el día de mi Nacimiento como un gran feriado de descanso, adorando a ídolos. Satanás ha entrado en el corazón de mis hijos, encontrándolos débiles y dormidos. Yo le he advertido al mundo...”

Cristo nos está mostrando que Él está muy ofendido cuando celebramos Navidad como un mero feriado sin su Santo Nombre y sin recordar la real causa, el Nacimiento de Cristo. En Navidad, se pide que en cada Navidad se celebre el Nacimiento de Cristo regocijándonos y yendo a la Iglesia a celebrar el Santo Nombre de nuestro Salvador y Redentor. Muchos, en su apostasía, celebran y adoran más bien el árbol de Navidad, intercambiando regalos, comiendo hasta enfermarse y entreteniéndose con tonterías.

Después de esa fecha hubo varias advertencias. Otra advertencia se nos dio el 18 de febrero de 1993. “Vean vienen los días cuando Yo voy a venir en trueno y fuego, pero encontraré, para mi aflicción, a muchos de Uds. desprevenidos y en un profundo sueño. Te estoy enviando a ti creación, mensajero tras mensajero para romper tu sordera, pero estoy cansado ahora de vuestra resistencia y vuestra apatía. Estoy tan cansado de vuestra frialdad; estoy cansado de vuestra arrogancia e inflexibilidad cuando se trata de lograr la unidad – Uds. han llenado y rebalsa ahora la Copa de Estupor. Intoxicados por vuestra propia voz Uds. se han opuesto a mi Voz, pero no será para siempre – pronto Uds. caerán porque se han opuesto a mi Voz con los engañosos desatinos de la vuestra; naturalmente mi Iglesia está en ruina por vuestra división (...) la tierra se sacudirá y como una estrella fugaz se moverá de su sitio extirpando de sus lugares montañas e islas. Naciones enteras serán aniquiladas y el cielo desaparecerá como un pergamino que se enrolla como viste en tu visión, hija. Una gran agonía caerá en todos los ciudadanos, y ¡ay del no creyente! Escúchenme: si los hombres te dicen hoy: “Ah, pero el Viviente tendrá misericordia de nosotros; tu profecía no es de Dios sino de tu propio espíritu”. Diles: Aunque se os cuente como vivos, en realidad estáis muertos; vuestra incredulidad os condena, porque rechazasteis creer en Mi tiempo de Misericordia y prohibisteis que mi Voz se propagara a través de mis portavoces enviados a advertir y salvar a mis criaturas....

Según los científicos, cuando sucedió el terremoto bajo el mar, toda la tierra se sacudió, se detuvo por una división de segundo y salió de su eje normal. La isla de Sumatra y otras islas también se movieron varios metros de su lugar original. Una de ellas se pensó que había desaparecido del todo, pero luego se descubrió en otro lugar.

Después, el 7 de febrero de 2002, nuevamente una última advertencia de Dios; aquí va una síntesis: “Mi Reino imperial está a vuestras puertas, pero ¿están listos para recibirme? Con largueza y real prolijidad he proyectado un banquete de alimento espiritual para revivir vuestro espíritu; cuando Yo estuve allí, esperando alimentarlos con mis propias manos para salvarlos de la muerte, Uds. rechazaron venir; considerando entonces vuestra resistencia a una verdadera metanoia (arrepentimiento), y cómo Uds. han mostrado hostilidad en contra de mis advertencias, las escenas anteriores de lamento que ocurrieron (el 11 de septiembre de 2001), no son nada comparadas con las tristes mañanas que están delante de Uds.; tristes mañanas que serán obtenidas por vuestra propia mano (...) (Uds. están) peligrando no solamente la tierra sino la estabilidad también de todo el cosmos”. (...) Yo veo desde arriba cómo vuestros diseños se tornarán contra Uds. mismos; el mundo ya está probando los frutos de su propia maldición, provocando rebelarse con convulsiones, trayendo a vosotros mismos catástrofes naturales, chocando con vuestro propio esquema.

Nuestro Señor nos está advirtiendo que, por nuestra apostasía, estamos haciendo peligrar el cosmos – no solamente la tierra, sino el cosmos entero provocando a la naturaleza a que se rebele contra nosotros. Pero esto no es todo, Nuestro Señor nos está advirtiendo aún de acontecimientos peores que vendrán si no cambiamos nuestro corazón y volvemos a Dios. El Señor dice: “Ya ves, hija, pronto voy a revelar mi Justicia. Mi Plan tiene un tiempo determinado. Mis llamadas Misericordiosas tienen también un tiempo determinado. Una vez se haya acabado el tiempo de Misericordia, mostraré a todos, buenos y malos, que mi severidad es tan grande como mi Misericordia, que mi ira es tan potente como mi perdón. Todas las cosas predichas por Mí van a pasar rápidamente ahora. Nada puede disminuirse de ellas...” (Feb. 19, 1993).

Enero 7, 2008, Nuestra Señora me despertó al rededor de las 03,10 de la mañana y me hizo comprender que en ese momento Cristo estaba siendo atacado. El mensaje de Nuestra Señora fue que nosotros estamos muy cerca de acontecimientos que han sido predichos, que está enfrentando la humanidad, y que están afuera de nuestra puerta; acontecimientos que son atraídos por la maldad del mundo, el egoismo, la falta de amor, acontecimientos que resultan del rechazo del mundo a la Palabra de Dios, su rencor, hipogresía y falta de Dios. Nuestra Señora dijo que la tierra está en peligro y que sufrirá por el fuego. La ira de Dios no se puede sostener más y caerá sobre ellos porque el hombre rechaza romper con el pecado. La Misericordia de Dios todos estos años era para atraer al máximo posible hacia Él, extendiendo su brazo para salvarlos, pero solamente pocos entendieron y escucharon. Que su tiempo de Misericordia no durará por mucho tiempo y llegará el momento en que cada uno será probado y la tierra arrojará desde adentro ríos de fuego, y la gente del mundo comprenderá la inutilidad y falta de ayuda sin tener a Dios en sus corazones. Dios es firme y verdadero a su Palabra. Ha llegado el tiempo en que la casa de Dios será probada y los que rechazan su Misericordia probarán el fuego de Dios. (Yo pregunté aquí sobre la gente de la Iglesia que nos persigue y que está ciega a sus Obras de Misericordia). Nuestra Señora dijo que ellos también padecerán lo que se merecen.

Nuestra Señora siguió hablando sobre el sacrificio. Ella me ha pedido recordar a todos que Dios nuestro Creador nos pide que nos encomendemos más a Él y que estar convertidos no es suficiente sin sacrificio y oraciones firmes; que si uno dice que se ha convertido y ha encontrado a Dios a través de “La Verdadera Vida en Dios”, debería ofrecer más sacrificios como un acto de inmolación. Hay varias formas de mostrarle a Dios el amor y la generosidad, que ninguno pueda decir ’somos personas de la VVD’ sin ofrecer amor sacrificial; que aquellos que verdaderamente aman a Dios son bendecidos y no deberían temer en esos días. Nuestra Santísima Madre dijo que los que perseveren a través de las penalidades son bendecidos; que Ella está complacida con todos los sacerdotes que comparten y promueven aquellas Obras de Dios (como los de la VVD y los que están abiertos al Espíritu) y deberían permanecer confiados porque recibirán gracias especiales del Espíritu de Dios, y que a través del Espíritu ellos se hacen más fuertes en el Señor y en su plan de salvación. Que Cristo les concede su paz.

Si alguno sirve y se inmola a sí mismo como ofrenda, el juicio que vendrá por el fuego no será tan severo sobre él, porque en su espíritu estarán disfrutando del llamado de Dios que los trajo a la vida.

Nuestra Señora dijo que muchos se han alejado pero muchos serán levantados. Muchos han fallado en mantener la Palabra de Dios segura en sus corazones y han transgredido la Palabra dada a ellos, no solamente a través de los mensajes de la VVD, sino a través de la Palabra dada a ellos en las Escrituras también. El 28 de noviembre de 2009 el Señor me llamó y me dio una oración que yo tenía que distribuir, pidiéndonos rezarla y pedir su Misericordia. Esto es lo que el Señor dijo: “Dirígete a Mí Vassula en esta forma: “Padre Tierno, no descargues Tu ira sobre esta generación, no sea que perezca por completo. No dejes caer sobre Tu rebaño la aflicción y la angustia, porque las aguas se secarán y la naturaleza se marchitará. Todo sucumbirá ante Tu ira sin dejar huella tras de sí. ¡El ardor de Tu Aliento inflamará la tierra transformándola en un yermo! Desde el horizonte se verá una estrella. La noche sufrirá estragos y las cenizas caerán como la nieve en invierno, cubriendo a Tu pueblo como fantasmas. Ten Piedad de nosotros, Dios, y no nos evalúes duramente. ¡Acuérdate de los corazones que se regocijan en Ti y Tú en ellos! ¡Acuérdate de tus fieles y no dejes que Tu Mano caiga con fuerza sobre nosotros! Antes bien, en tu Misericordia, levántanos e implanta Tus preceptos en cada corazón. Amén”.

El 14 de marzo de 2010, el volcán Eyjafjallajokull hizo erupción produciendo, como todos lo hemos escuchado, una nube de ceniza. La región alrededor del volcán fue evacuada. Algunas personas tomaron videos en la cercanía y uno no podía ver convenientemente a unos pocos metros adelante ya que las nubes de ceniza estaban en la atmósfera. Todo era gris y convertido en ceniza. La economía del tráfico aéreo fue trágica ya que se cancelaron muchos vuelos y se perdieron millones de dólares diariamente. La fruta, los peces y otros productos se pudrieron en las bodegas. Los viajeros quedaron paralizados en todo el mundo. Este volcán en particular hace años, cuando hizo erupción, no paró de disparar cenizas por un año y medio. Mientras escribo este artículo, todavía estamos esperando ver cuándo terminará.

Sin embargo, caerá algo peor en esta tierra si la gente todavía, como el Faraón, ignora las señales de los tiempos y será demasiado tarde.
El 18 de febrero de 1993, Dios nos está advirtiendo diciendo: “Está a punto de ser roto el sexto sello y todos vosotros seréis precipitados en la oscuridad donde no habrá luz alguna, pues el humo salido del Abismo será como el de una enorme hoguera que ocultará el sol y el cielo. Y a causa de Mi Copa de Justicia voy a haceros semejantes a serpientes y víboras. En esos días de oscuridad os haré arrastras sobre el vientre y comer polvo. Os aplastaré contra el suelo para recordaros que no sois mejores que las víboras... Vais a sofocaros y ahogaros en vuestros pecados. Voy a pisotearos y hollaros en Mi furor. Cuando llegue la hora de la Oscuridad os mostraré vuestro interior, os sacaré el alma y cuando la veáis tan negra como el carbón, no sólo experimentaréis una pena como nunca habéis sentido antes, sino que golpearéis vuestro pecho en agonía diciendo que vuestra oscuridad interior es mucho peor que la exterior que os circunda. Yo haré que la vida humana escasee más que nunca anteriormente. Luego, cuando mi furor esté aplacado, Yo instalaré Mi Trono en cada uno de vosotros y todos a una voz, un solo corazón y un solo lenguaje, Me alabaréis a Mí el Cordero”.

Se nos da tiempo, nuevamente, para arrepentirnos antes de que esta profecía nos llegue. Aunque Dios dice “nada podrá substraerse de esto”, aún podemos disminuir el poder de este azote por la oración, el arrepentimiento y el cambio de vida a una vida santa. Estamos llamados a llevar una Verdadera Vida en Dios. Dios puede aplacarse, así como lo hizo con Nínive.

Los mensajes de la VVD no son profecías de destrucción y oscuridad. Dios nos los da en estos tiempos de Misericordia para moldearnos; son un llamado del sublime Amor de Dios. Dios no nos va a permitir ofender para siempre su Santo Nombre y a vivir sin Dios. Ésta es la razón por la que Él viene, en su Misericordia, para darnos muchas advertencias.

Vassula

No hay comentarios:

Publicar un comentario