viernes, 9 de septiembre de 2011

CARTA INEDITA DE SOR LUCIA DE FATIMA SOBRE LA ORACION Escrita a su sobrino el Padre Valinho, en 1971


El P. Valinho era el postulador de la causa de beatificación de Jacinta y Francisco. Publicamos esta carta pues viene muy bien para entender los momentos que estamos viviendo en la Iglesia y en Chile.

Querido Padre Valinho:

Por tu carta veo que estas turbado por los desordenes y la desorientación de nuestro tiempo. En verdad es bien triste que muchos se dejen así dominar por la onda diabólica que envuelve al mundo y que sean tan ciegos para no ver su error. Pero el error principal es que ellos han abandonado la oración y así se alejaron de Dios y sin Dios a ellos les hace falta todo.

“Porque sin mi no pueden hacer nada” (Jn 15,5).

Lo que te recomiendo por encima de todo es abrazarte fuertemente al Tabernáculo y rezar.

Con la plegaria fervorosa recibirás la luz, la fuerza, la gracia que necesitas para sostenerte y participarla a los demás.

Descubrirás que en la oración, Dios te comunica la luz, la fuerza y la gracia que necesitas para hacer todo lo que El espera de ti.

La única cosa importante para nosotros es hacer la voluntad de Dios, estar donde El nos quiere, y hacer todo lo que El quiere de nosotros, pero siempre con humildad, sabiendo que por nosotros mismos no somos nada y que Dios obra en nosotros y a través de nosotros para realizar sus obras.

Por lo tanto, todos nosotros tenemos necesidad de intensificar nuestra vida de oración con el Señor y solo podemos llegar a El a través de la oración.

Es en la oración, que el alma se encuentra directamente con Dios, que es nuestra fuerza y nuestra fuente de todo bien.

Deja que te falte el tiempo para cualquier cosa, pero nunca para la oración y realizarás un mundo de cosas en poco tiempo.

Podemos recibir la fuerza solo de Dios.

Debemos estrecharnos, aferrarnos fuertemente a El, porque El nos comunica la fuerza. Podemos realizar esta intimidad solamente en la oración, porque es en ella que el alma tiene el contacto directo con Dios.

Estoy convencida que la causa principal del mal en el mundo y de la defección de tantas almas consagradas, es la falta de unión con Dios en la oración.

El diablo es muy astuto y utiliza nuestros puntos débiles para atacarnos. Si no estamos atentos y vigilantes para conseguir de Dios la fuerza, no sabremos ver porque nuestros tiempo son tan insidiosos y nosotros tan débiles. Solo la fuerza de Dios nos puede sostener.

Preocúpate de tomar cada cosa con calma y con mucha confianza en Dios, El hará por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. El suplirá nuestra insuficiencia.

Siempre en unión de oración y sacrificio cerca del Señor,

Sor Lucía dos Santos.

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