Durante la extensa, dolorosa pero también hermosa gestación de nuestra Obra -aún no concluida como quisiéramos- se han alternado como señala uno de nuestros lemas la cruz y la gloria.
Nuestra fundadora
Para relatar nuestra historia es necesario hablar de Madre Enriqueta Corvalán, nacida en Santiago el 17 de septiembre de 1917, día en que la Iglesia conmemora la Impresión de las Santas Llagas a San Francisco de Asís. Desde muy pequeña vive experiencias singulares: a la edad de cuatro años ve a Jesús bellísimo pero lleno de sangre, con los signos de su pasión invitándola a estar con El así. Si bien al inicio se negó asustada, con el correr de los años poco a poco se rendirá dócilmente al trabajo del Espíritu Santo, de la Virgen María, de los Ángeles, y del mismo Jesús y se arrojará confiada y heroica entre sus brazos para lo que Él quiera. Y lo que Él quiso fue identificarla con El para la salvación de las almas y para fundar una que glorificará al Señor hasta la consumación de los siglos.
Las Misioneras.
Las tres primeras Misioneras de la Transfiguración del Señor: Madre Enriqueta Corvalán, Hna. Teresa Rubio, Hna. Ida Puigmartí |
Enriqueta a pesar de sus experiencias místicas estaba siempre disponible a hacer todo el bien que podía, consciente que su participación en la Pasión de Jesús era para avalar la gestación de la Obra de la cual el Divino Esposo le hablaba continuamente. Fue catequista tanto en Los Andes como en La Punta de Codegua (diócesis de Rancagua). Desde donde llegará a Los Andes Teresa Rubio Angulo, en febrero de 1955.
Tras el terremoto de Valdivia en 1960, atendiendo el pedido de
colaboración para acoger a los niños huérfanos o damnificados, Enriqueta abrió
generosamente las puertas de su casa paterna (Freire 536) a diez niños sureños.
Así comenzaba el Hogar María Goretti. En 1968 Enriqueta y Teresa abren en
Coquimbito el Hogar Divina Providencia. ¿Cómo aquilatar los sacrificios de
aquellos tiempos heroicos? Dios los tiene inscritos en el libro de la vida.
Años más tarde se asomarán al aspirantado, junto con otras jóvenes, las
hermanas Elisa, Sara y Alicia Muñoz Urrutia, que llegarán a pronunciar sus votos
en la Pía Unión, en manos de Mons. Francisco de Borja Valenzuela.
Toma de hábito de las hnas. Muñoz Urrutia en Los Andes de manos de Mons. Francisco de Borja Valenzuela |
Además de los hogares de Los Andes atendían el Hogar Pablo VI en El
Almendral que llegó a albergar a 500 niños. Todo parecía ir viento en popa…
pero el descuido de la formación de las jóvenes, irregularidades en la
administración de los bienes y la desobediencia al Obispo Mons. Manuel Camilo Vial
trajo como consecuencia que este disolviera a las Misioneras. La Madre Enriqueta
vivió sus últimos años en agonía espiritual viendo como la Obra que Dios le
había confiado se venía abajo. El 15 de noviembre de 1991 fallecía en Los
Andes.
Las actuales Misioneras del Monte Tabor: Carmen Herrera y Elizabeth Montiel |
En 2012 resucitan las Misioneras ahora como Misioneras del Monte Tabor. El
17 de marzo de 2017 Carmen Herrera Quiroz pronunció sus votos perpetuos.
Los Misioneros
Los tres fundadores: Madre Enriqueta Corvalan, Padre Guido Bertolino y Padre Hugo Cornelissen. |
Ambos mantuvieron contacto epistolar, lo que
permitió a P. Hugo colaborar con P. Guido y mediante suyo con las Hermanas enviando
vocaciones, también consiguiendo donaciones con sus amigos de Bélgica. Pero
Dios le pidió un poco más: unirse ya no afectiva sino efectivamente al P. Guido
en la tarea que estaba realizando.
El P. Guido Bertolino Marocco era un salesiano italiano piadoso, minucioso
y reservado que estando en Punta Arenas entabla contacto epistolar con Madre
Enriqueta durante varios años hasta descubrir a través de las cartas el llamado
del Señor a dejar su congregación para trasladarse a Los Andes a ser parte de
esta fundación.
En aquel entonces San Felipe no contaba con seminario propio. Para
respaldar las vocaciones que comenzaban a asomar el P. Guido partió a Valparaíso
donde lo acogió Mons. Emilio Tagle Covarrubias.
Durante su estancia en Puerto Natales P. Guido conoció a un joven,
dinámico e inquieto salesiano belga, el P. Hugo Cornelissen Dockx que poco
tiempo antes había llegado a Chile como misionero.
El 31 de julio de 1980 los padres Guido y Hugo acompañados por el P. Miguel
Contardo y don Álvaro Riquelme, abogado laico de Viña del Mar, dan inicio a la
Asociación de los Misioneros de la Transfiguración del Señor.
En 1982 Mons. Tagle nombra al P. Hugo Párroco de El Belloto mientras que
el P. Guido se hace cargo de la Capilla de la Transfiguración (calle Peyronnet).
Realizaron una sacrificada labor pastoral en dichos lugares recordada con
cariño hasta hoy por sus feligreses.
Por razones que podemos llamar providenciales regresamos a la Diócesis
de San Felipe cuyo Obispo Mons. Manuel Camilo Vial nos confió la Parroquia de
Rinconada de Silva a la cual llegamos el 12 de abril de 1985 a quedarnos durante
tres décadas.
P. Hugo Cornelissen y los Padres Ricardo Gómez y Juan Cortés concelebrando la Santa Misa durante un paseo comunitario. |
El 8 de enero de 1994 Mons. Vial ordena sacerdote al P. Ricardo Gómez y
años después el 13 de diciembre de 1998 al P. Juan Cortés Malbran ¡los primeros
Transfiguristas que llegan al sacerdocio!
La preocupación de un grupo de laicos por el devenir material de la Obra
dio origen a la Corporación de Respaldo a los Misioneros de la Transfiguración
del Señor el 23 de febrero de 1995.
La noche del 12 de diciembre de 2003 el P. Guido fallecía silenciosamente
en Rinconada de Silva con la certeza que la Obra estaba en las manos del Señor
y nada podía detenerla. Tras una larga enfermedad el P. Hugo fallecería también
el 23 de agosto de 2009. Una gran tarea dejaban sobre nuestros hombros.
Misa de bienvenida a los Misioneros de la Transfiguración en la Parroquia de Cabildo (11.05.2019) |
En 2019 la autoridad eclesiástica diocesana solicita trasladarnos a
Cabildo, cosa que hicimos con mucha pena al dejar un lugar donde estuvimos
tantos años y recibimos tanto afecto pero confiados en el Padre Celestial que
nos abría nuevos horizontes.
Ahí estuvimos evangelizando, también pasamos la pandemia, hasta que en 2022 nuestro actual Obispo Mons. Gonzalo Bravo Álvarez nos pidió atender las inmensas parroquias de Petorca y Chincolco donde nos encontramos actualmente esperando darnos a conocer y despegar definitivamente.
Los Laicos Transfiguristas
Cuando Madre Enriqueta no podía hacer más apostolado que ofrecer sus
sacrificios y sufrimientos, algunos laicos de Santiago se pusieron a sus
órdenes para ayudarla a realizar lo que el Señor le pedía. Fue el inicio
informal de nuestra tercera rama. Con el tiempo se fueron juntando otros amigos
para ayudar a las Misioneras a medida que crecían y multiplicaban sus
actividades. Conviene aquí recordar a don Ventura Balart Bernal, el laico más
fiel y comprometido con la Obra en sus inicios.
Mientras los Padres Guido y Hugo evangelizaban en Quilpué, El Belloto y
posteriormente Rinconada de Silva asomaron numerosos laicos a ayudarles en sus apostolados
y asimilar su espiritualidad. Sobresale entre muchos otros por su fidelidad y
compromiso la Srta. Cecilia Herrera, fallecida en 2021.
Encuentro de los Laicos Transfiguristas en Petorca, 2022. |
Lo que sin organización ya funcionó al soplo del Espíritu Santo la
comunidad actual ha ido organizando con mucho esfuerzo durante mucho tiempo.
Queda bastante por hacer para que nuestra Obra con sus tres ramas quede
canónicamente consolidada. Hemos ido creciendo en medio de cruz y gloria. Las
dificultades que hemos pasado nos han unido a Nuestro Señor acompañados por las
oraciones e inmolaciones de quienes vibran con nuestra espiritualidad. Les
pedimos sigan apoyándonos de esta forma para que el sueño del Señor a través de
nuestros fundadores pueda hacerse realidad en las comunidades donde estamos ahora
y después más allá de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario