miércoles, 4 de agosto de 2010

6 de agosto: TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR


¡Oh Verbo, oh Cristo!
¡Que bello eres!, ¡que grande eres!
¿Quién te llegará a conocer?
¿Quién te podrá comprender?

Haz, oh Cristo,
Que yo te conozca,
que yo te ame.

Puesto que eres la luz,
haz llegar un rayo
al fondo de mi pobre espíritu,
para que te pueda ver,
para que te pueda comprender

Pon en mi mucha fe en Ti,
para que todas tus palabras
sean para mi una luz que me ilumine
y me haga venir a ti y seguirte
por todos los caminos de justicia y de verdad

¡Oh Cristo! ¡Oh Verbo!
Tu eres mi único Señor y mi único Maestro.
Habla, que te quiero escuchar
y quiero practicar tu palabra,
porque sé que viene del cielo.
Quiero escucharla, quiero meditarla,
quiero ponerla en practica
Porque en vuestra palabra hay la vida,
la alegría, la paz, la felicidad.

Habla Señor,
que eres mi Señor y mi Maestro.
No quiero escuchar a nadie más.

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