lunes, 28 de junio de 2010
LA ORACIÓN CANTADA. PREPARANDO EL CORAZÓN A LA ORACIÓN
Es un concepto que escogió Taizé hace ya muchos años, para intentar expresar todo lo que los jóvenes viven en la comunidad. No se trata de peregrinar hacia la aldea, sino que de caminar juntos hacia la fuente de la fe y encontrar lo esencial que nos une en la búsqueda de vivir el Evangelio. La frase es una invitación a todos a salir al encuentro y es eso lo que los hermanos quieren vivir junto con los jóvenes que llegan al pueblo de Taizé y a los encuentros en cualquier lugar del mundo.
En medio de una vida ocupada y agitada, son muchos quienes sienten la necesidad de orar juntos de manera sencilla y meditativa, con momentos de silencio y a menudo utilizando los cantos de Taizé traducidos en varias lenguas. Un sinnúmero de grupos se reúnen para rezar con el estilo de la comunidad, pero la “Peregrinación de Confianza” no es un movimiento centrado en Taizé. Nadie se hace miembro en ningún sentido, ni tampoco nadie tiene la lista completa de estos grupos.
La vida interior que se profundiza a través de la oración común intenta expresarse también a través de gestos concretos de solidaridad.
El hermano Roger fue claro al expresarlo en su carta “Dios sólo puede amar”: “Manteniéndonos en presencia de Dios en una espera serena, ¿abriremos caminos de paz allí donde surgen antagonismos? Cuando hay jóvenes que toman una resolución por la paz en su propia vida, ellos sostienen una esperanza que alumbra cada vez más lejos.En este período de la historia el Evangelio nos invita a amar y a expresar con nuestra vida. Es nuestra vida la que, ante todo, hace creíble la fe a nuestro alrededor”.
Prepare la "Peregrinación de confianza" en el sitio taize.cl
Los hermanos de Taizé preparan el encuentro de Santiago de Chile con una oración en el barrio de La Legua.
Fue una oración abierta para todos y unos 60 jóvenes participaron. Desde hace ya muchos años varios jóvenes de dicha parroquia vienen a Taizé por un período de tres meses. Carla Menares Ramos es una de ellas y estuvo en Taizé en el año 2002. Desde su retorno ha intentado juntos a otros animar regularmente una oración al estilo de Taizé.
Carla nos escribió:
“La Legua es, al igual que muchas poblaciones de nuestra ciudad, un lugar bastante estigmatizado, pero los que hay vivimos sabemos que a pesar de ser un lugar donde se juegan la vida y la muerte a diario, es un pedazo del Reino, un lugar donde muchos aprendemos a vivir. Cuando hablamos de milagros ¿de que hablamos? ¿que esperamos? Pues para mi no deja de ser un milagro el que en medio de una población donde el narcotráfico esta en esquina, donde cada semana alguien muere en un intercambio de balas, donde los obreros llegan cansados a sus casas después de una agotadora jornada de trabajo, donde los jóvenes vienen de largas jornadas de estudio y trabajo también, la gente sienta la necesidad no de irse a sus casas a descansar, sino que sientan la necesidad de encontrarse y reposar en el mismo Dios que camina con ellos día a día, de una forma sencilla y sin muchos adornos, en un lugar donde cada uno se encuentra con Dios y la comunidad desde lo que es, desde lo que cada uno simplemente es. Y es que eso es nuestra comunidad, eso es La Legua, un lugar de encuentro y eso fue nuestra oración, un encuentro cercano, profundo y con la sencillez del pueblo.
¿Por qué vinieron los jóvenes? pregunto uno de los hermanos…. seguramente tendrían algo mas entretenido que hacer un viernes en la noche, donde la gran mayoría se prepara para salir a alguna fiesta o bien se prepara para descansar después del trabajo semanal. Pues bien, he aquí un milagro para mi, lo inexplicable a los ojos de la sociedad y lo mas rebelde quizás, la necesidad de encontrarse con quien les da la fuerza, con quien les anima, les ama y les enseña a amar, que panorama mejor que ese? Al parecer ninguno.
Solo me queda agradecer a Dios y los hermanos por invitarnos a encontrarnos en esta oración, invitarnos a hacer un alto en nuestra rutina, detenernos para poder mirarnos y poder reposar en el verdadero amor.”
sábado, 26 de junio de 2010
HOMILIA DEL DOMINGO 27 DE JUNIO 2010
Santa Misa
jueves, 24 de junio de 2010
TALLER DE ORACION DE SANACION EN RINCONADA DE SILVA
Este Taller se realiza en la Iglesia Parroquial de Rinconada de Silva todos los últimos viernes de cada mes a las 18:00 hrs. en punto (las puertas del Templo se cierran a las 18:30 para dar inicio a la Oración) .
No deje pasar esta oportunidad de tener un encuentro con Jesús, que quiere cambiar su vida.
martes, 22 de junio de 2010
CULMINACION DEL MES EN HONOR DEL SAGRADO CORAZON
domingo, 20 de junio de 2010
HOMILIA DEL DOMINGO 20 DE JUNIO 2010.
Zac. 12, 10-11; 13, 1; Sal. 62; Gál. 3, 26-29; Lc. 9, 18-24
Jesús nos hace una pregunta hoy en el evangelio que no podemos responder de cualquier manera. Sí, digo que nos hace una pregunta. A nosotros. El evangelio proclamado es Palabra que Dios nos dirige; nos dirige a nosotros reunidos aquí como comunidad que celebra y que escucha la Palabra, pero es Palabra que nos dirige también personalmente a cada uno en particular.
Cuando nosotros venimos a la celebración y escuchamos la Palabra de Dios no es simplemente escuchar unos relatos de algo sucedido en otro tiempo o una Palabra que Dios dirigió a otros en otro momento. Para nosotros es Palabra viva, Palabra que nos dirige a nosotros el Señor. Por eso digo, nos hace una pregunta que no podemos responder de cualquier manera.
Situémonos ante esa Palabra que se nos ha proclamado. Jesús está con los discípulos, ha estado orando a solas en su presencia y les hace esa pregunta: ‘¿Quién dice la gente que soy yo?’ Pero luego les dirigirá la pregunta de manera más directa a ellos: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’
Ya hemos escuchado las respuestas. Primero la diferentes opiniones o reacciones que las gentes van teniendo ante la presencia de Jesús. Ellos en este caso lo resumen diciendo: ‘Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas’.
Si recordamos el evangelio hemos ido escuchando en distintas ocasiones cómo la gente se admira de la autoridad con que Jesús habla y actúa. ‘Nadie ha hablado así… este enseñar es nuevo, con autoridad… un gran profeta ha aparecido entre nosotros…’, por recordar algunas reacciones de la gente. Y recordamos también cómo Herodes está inquieto ante la presencia y la predicación de Jesús porque se dice si es Juan que ha vuelto a aparecer, el que él había mandado matar.
Cuando Jesús les hace más directamente la pregunta a ellos sobre lo que piensan, como siempre será Pedro el primero en reaccionar. ‘Tú eres el Mesías de Dios’. Ellos habían estado más cerca de Jesús, la experiencia de vida con Jesús les había hecho penetrar más en su misterio, y aunque también surgen dudas en su interior, ahora Pedro será capaz de dar esa respuesta.
Una respuesta que tendrá sus consecuencias. Porque llegar a hacer esa afirmación, esa confesión de fe en Jesús, El viene a decirles que va a implicarles la vida totalmente. Decir que es el Mesías no es pensar simplemente con la idea que habitualmente tenían en aquellos tiempos acerca de lo que iba a realizar el Mesías, la liberación de Israel haciéndolo un pueblo grande y liberado de la opresión de pueblos extranjeros. A pesar de lo que Jesús les diga y les explique una y otra vez, todavía los veremos en vísperas de la Ascensión preguntando si ha llegado ya la hora de la futura liberación de Israel.
Les explica ahora Jesús que ‘el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día’. Algo que les costará entender como vemos en otros momentos del evangelio, porque ya sabemos que, como nos narra otro evangelista, Pedro querrá quitarle esas ideas a Jesús de la cabeza porque eso no le puede pasar a El.
Pero es que además Jesús les dirá que si tienen esa fe en El y quieren seguirle, mucho cambio tiene que producirse en sus corazones, a muchas cosas tienen que negarse empezando por esas maneras triunfalistas de pensar, y que además el camino de Jesús es el camino del discípulo, porque, como dirá en otro momento, el discípulo no es más que su maestro. ‘El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Porque quien quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará’.
Pero bien, hasta ahora en nuestra reflexión nos hemos situado ante el evangelio subrayando lo que entonces sucedió. Pero decíamos que la pregunta nos la hace Jesús directamente a nosotros y hemos de dar también una respuesta y no lo podemos hacer de cualquier manera. Ya sabemos también que hoy la gente tiene diferentes opiniones acerca de Jesús y del cristianismo.
Otros quizá sin querer llegar a tanto, sin embargo solamente se quedan en ese personaje histórico, muy bueno y muy comprometido, muy revolucionario como dicen aquellos que quieren decir que Jesús fue el primer socialista o primer comunista. Gentes que se quedan en un aspecto humano, histórico, quizá si queremos hasta ejemplarizante, pero que no van más allá para descubrir el verdadero sentido y misterio de Jesús.
Pero ya sabemos esta confesión de fe que queremos hacer en Jesús no se nos puede quedar en palabras, sino que tiene que ser una confesión de fe que hacemos con toda nuestra vida. Y hacer una confesión de fe con toda nuestra vida es aceptarle para seguirle, para vivirle. Es un meternos en El o dejar que el se introduzca en lo más hondo de nosotros para inundarnos de su vida, de su gracia y de su salvación. Como nos decía el apóstol ‘por la fe en Cristo Jesús todos sois hijos de Dios, y nos hemos incorporado a Cristo por el Bautismo para revestirnos de El’.
Nos exigirá ese seguimiento una negación de nosotros mismos, un tomar su cruz cada día. Significará vivir una vida como la de El, vivir una vida para el amor y en el amor. Significará en verdad cada día querer ser más santos, negándonos a nosotros mismos, haciendo negación y renuncia al pecado y a todo lo que nos pueda apartar de El.
Recordáis que nos dice el evangelio que cuando Jesús hizo esta pregunta a los discípulos estaba orando El en presencia de ellos. Y decíamos también que la respuesta no la podemos dar de cualquier manera. Pues yo diría que será así, desde la oración desde donde aprendamos a Jesús, desde donde podemos conocerle hondamente, y desde donde nosotros luego podremos dar esa respuesta de forma verdadera. Ahí en la intimidad de la oración podremos conocerle, pero es también desde donde tendremos la fuerza necesaria para darle esa respuesta con toda nuestra vida.
sábado, 19 de junio de 2010
NUEVO FILMS DE EVANGELIZACIÓN. LA ÚLTIMA CIMA.
El director de la producción es Juan Manuel Cotelo, un hombre que quedó impactado por su figura, tras conocerle en una conferencia. Doce días después, ocurrió el accidente en el que falleció este sacerdote.
Cotelo, actor, guionista y director de cine y televisión, se autodenomina simplemente "contador de historias que merezcan la pena ser contadas". Dirige la productora Infinito + 1. Ha dirigido también producciones como "El sudor de los risueñores" y es autor del libro "Opera Prima, Así logre escribir, producir y dirigir".
En dialogo con ZENIT, Cotelo confiesa que un amigo le invitó a grabar la charla del padre Pablo: "yo no veía por ninguna parte el interés en conocer a un sacerdote más", confiesa. "¡Y ése fue mi error! Porque Pablo no era 'un sacerdote más', sino un buen sacerdote", dice.
"Por quitarme de encima la insistencia de mi amigo... fui y la grabé", recuerda Cotelo. "Además, hablé con él unos escasos minutos y comprobé su buen humor y su generosidad. No dudó en decirme: 'si puedo ayudarte en algo, sólo tienes que pedírmelo'. Aquello me impresionó porque sentí que lo decía en serio".
Pablo Domínguez Prieto era el decano de la facultad de Teología San Dámaso de Madrid. Nació en la capital española en 1966 y fue ordenado sacerdote a los 24 años. Doctor en Filosofía y en Teología, publicó 7 libros y decenas de artículos, impartió más de 50 conferencias. Era un buen alpinista y escalador. Coronó todas las cimas españolas superiores a 2.000 metros y otras superiores en los Alpes y los Andes. Cuando podía, celebraba misa en la cumbre.
Cotelo destaca del padre Pablo "su alegría y buen humor, su optimismo, incluso en los momentos más dramáticos, porque confiaba totalmente en su gran amor: Dios... 'que no es un amigo cualquiera, sino que es un Padre Todopoderoso', dicho con sus palabras".
"Estaba enamorado de Dios y servía a Dios sirviendo a los demás", dice Juan Manuel a pesar de su brevísimo trato con el. "Ésa era la segunda cualidad que llamaba más la atención en él: su reacción inmediata para ponerse al servicio de cualquier persona, fuera quien fuese", testimonia.
"Estaba enamorado de la Iglesia", asegura. "Por último, estaba enamorado de las montañas, de la naturaleza, el lugar en el que se encontraba con Dios de modo más íntimo. En resumen, diría que el amor de Pablo a Dios era el mismo amor que tenía a los demás, a la Iglesia y al mundo. Todo lo unía en Dios" asegura el director de La ultima cima.
Cotelo recuerda el día en que se enteró de la muerte de Pablo viendo las noticias: "Escribí a un amigo montañero y, para mi sorpresa, me respondió llorando, diciéndome que había muerto 'su amigo Pablo'. ¡Yo no sabía que eran amigos! Desde ese día hasta hoy sigo topando con amigos de Pablo, del modo más inaudito. Con eso he descubierto que conocer a Pablo era querer a Pablo".
La idea de "La ultima cima"
Alguien le sugirió hacer una película sobre el padre Pablo. Juan Manuel se negó rotundamente. Pero poco a poco empezó a cambiar de parecer: "Fui conociendo a personas que habían tratado a Pablo y que me contaban de qué modo el cariño que habían recibido de parte suya había transformado sus vidas. Había que estar ciego para no darse cuenta de que su historia merecía la pena ser contada", dice.
"Además, siempre he concentrado mi trabajo en contar historias de personas buenas, sin prestar atención a los que hacen el mal, porque personalmente no me interesan esas historias de las que, además, se ocupan muchos otros con gran profesionalidad", confiesa Juan Manuel.
Este cineasta cuenta cómo aquella conferencia y su breve trato con Pablo alteraron su vida: "Pablo es la demostración de que cualquier persona puede tener una vida fértil. Porque sus virtudes son accesibles a cualquiera", dice.
"Gracias a él, ahora procuro escuchar con más atención a las personas, prestar pequeños servicios a quien se ponga delante, sonreír cuando no me apetece, alterar mi horario sin enfadarme cuando surge alguien que me lo pide... y unas cuantas cosas más en las que veo que él era mucho mejor que yo", señala.
"Sobre todo, procuro buscar a diario y en todo la voluntad de Dios para mí", agrega. "Por último, con Pablo uno puede descubrir que el Cielo no está 'más allá' ni empieza 'más tarde', sino que desde ahora uno ya puede empezar a vivir en el Cielo, si dejas que Dios entre en tu vida", dice Juan Manuel.
Este trabajo le ha permitido a Cotelo encontrarse con la belleza de la vocación sacerdotal que para él "es la belleza de un Dios humilde quien, pudiendo actuar sin depender de nadie, nos hace llegar su gracia a través de otros hombres".
"Cristo, pudiendo dar de comer a una multitud, con un simple chasquido de dedos, lo hizo con la colaboración de hombres vulgares: 'dadles vosotros de comer'. Y hoy sigue actuando igual", dice Juan Manuel. "Son los sacerdotes quienes nos dan el alimento para el alma, que no es suyo, sino del mismo Dios, que se nos entrega en persona a cada uno", asegura.
"Es innegable que Pablo ha vivido y ha fallecido con fama de santidad, sin eufemismos: santidad real", asegura el director de "La ultima cima".
"Además, lo que destacan de él quienes le trataron no son sus cualidades intelectuales, a pesar de tener dos licenciaturas y dos doctorados", dice el director. "Me sorprendió mucho que nadie diera importancia a eso, a pesar de ser cierto. De él destacan sus virtudes: su alegría, su humildad, su generosidad, su amor a Dios, su castidad, su desprendimiento de todo lo material..."
"He querido dar la cara por los curas", dice Juan Manuel Cotelo, y por ello dedicó este largometraje a un sacerdote que, minutos antes de morir, llamo por celular a su familia y dijo "He llegado a la cima"
Más informacion: http://www.laultimacima.com/
LA PURIFICACION COMENZARÁ CON LA IGLESIA
Reflexionemos con estas actuales palabras de la Virgen María al Movimiento Sacerdotal Mariano el 1 de enero de 1978, fiesta de Santa María Madre de Dios. Podemos relacionarlas con la situacion actual que atraviesa nuestra Iglesia.
“Toda la Iglesia mira hoy con gran esperanza a su Madre Celeste. El Vicario de Jesús, el Papa, esta víctima que se inmola cada vez más sobre la cruz por la salvación del mundo, se dirige a Mí con súplica incesante, con ternura filial y con confianza que sobrepasa todo límite. Hoy implora de Mí la paz para toda la humanidad.
Con su oración pide la paz, sobre todo para la Iglesia de la que Él mismo me ha proclamado solemnemente Madre.
Me invocan todos mis hijos esparcidos por todo el mundo: los niños inocentes; los jóvenes que, nunca como ahora, sufren por esta incertidumbre y esta oscuridad; los pobres, los pecadores, los enfermos, los ancianos, los desterrados, los descarriados.
Me invocáis, con particular emoción vosotros, hijos predilectos, Sacerdotes consagrados a mi Corazón Inmaculado.
Quiero deciros hoy que acojo vuestras oraciones y las deposito sobre el altar de la Justicia de Dios.
Mi obra de maternal mediación entre vosotros y mi Hijo Jesús será aún más poderosa en este nuevo año.
Comenzáis un año en el que os esperan graves acontecimientos.
Sobre todo mi Iglesia será llamada a una ulterior purificación interior mientras parecerá que es presa del poder de las Tinieblas.
Jesús quiere empezar con Su Esposa una fuerte acción para conducirla a su mayor esplendor, de modo que vuelva a ser bella y luminosa ante todas las naciones.
Por esto os digo: preparaos a vivir momentos que la historia de la Iglesia no ha conocido jamás y en los que parecerá que todo está subvertido. Pero en la mayor oscuridad Yo seré vuestra luz y vuestra guía.
Por esto no temáis nunca, hijos míos predilectos. Comenzad este nuevo año con la mayor confianza en mi Corazón Inmaculado.
Ahora estáis llamados a ver el mayor triunfo de la misericordia de Dios sobre el mundo.”
PROCESION DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS EN SANTIAGO JUNIO 2010
viernes, 11 de junio de 2010
En la conclusión del Año Sacerdotal, el Papa pide perdón a Dios y a las víctimas por los pecados de los sacerdotes y los abusos, comprometiéndose a ha
HOMILIA DEL DOMINGO 13 de Junio 2010.
Sam. 12, 7-10.13; Sal. 31; Gál. 2, 16.19-21; Lc. 7, 36-8, 3
‘El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás’, le dice el profeta Natán a David cuando éste ha reconocido que ha pecado contra el Señor. ‘Tus pecados quedan perdonados… tu fe te ha salvado, vete en paz’, le dice Jesús a la mujer pecadora que allí, a los pies del Señor, con mucho amor ha llorado sus pecados. Arrepentimiento y amor, conversión y cambio de vida, transformación del corazón, luz que disipa tinieblas. En el fondo la fe en el Señor que es el que nos perdona y nos justifica.
Dios siempre viene a buscar el corazón del hombre para transformarlo y llenarlo de vida. No quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, hemos meditado muchas veces. Y el Señor nos busca. Como Natán fue en el nombre de Dios a buscar a David para que reconociera su pecado. Como Jesús que va a casa del fariseo pero que va buscando corazones que transformar y llenar de paz.
Aunque el relato del evangelio nos dice que ‘el fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él’, podemos decir que es Jesús realmente quien va en su búsqueda. Conoce Jesús todo lo que puede pasar allí y que será ocasión para que aquella mujer pecadora acuda a Jesús. Pero, ¿no irá Jesús también buscando el corazón de aquel fariseo en el que habrá que cambiar muchas actitudes? Los caminos de las búsquedas de Dios.
Ya conocemos el relato del evangelio. Cuando Jesús estuvo sentado a la mesa aquella mujer, una mujer pecadora, se entera de que allí está Jesús. ‘Vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume’. Hará con Jesús todo lo que aquel fariseo no había hecho con Jesús como gestos de hospitalidad. Quien en verdad era la primera en recibir y acoger a Jesús era aquella mujer que se había atrevido a acercarse así hasta Jesús. los gestos que le hubieran correspondido al dueño de la casa los realiza ella.
Allí estaba el arrepentimiento y el amor; el reconocimiento de sus muchos pecados, pero un amor grande para acudir con confianza total hasta Jesús para llorar sus pecados. Había pecado mucho, pero ahora amaba mucho porque se les perdonaban sus muchos pecados. ‘Tu fe te ha salvado’, le dice Jesús.
Y en Jesús encuentra la paz, la paz más honda en su corazón como la que tenemos que sentir nosotros cuando también con humildad y con mucho amor acudimos a Jesús aunque seamos muy pecadores. Es que en Jesús nos vamos a sentir transformados. El amor nos transforma. Jesús en su amor, y un amor infinito, ha dado su vida por nosotros para darnos ese perdón y esa paz. En ese amor de Jesús nos sentimos transformados para nosotros querer amar con un amor igual, con un amor grande. Y con ese amor llevar también esa paz a los demás.
Nos sentimos transformados desde lo más hondo de nuestra vida cuando ponemos nuestra fe en El. Y queremos seguirle. Y queremos hacernos como El. Y queremos caminar a su paso. Y sentimos cómo tenemos que cambiar nuestro corazón, nuestras actitudes, lo que hacemos en nuestra vida. Es cuando vemos la miseria de nuestro pecado y comprendemos también qué grande es su amor y su misericordia.
Queremos, entonces, mostrarle nuestro amor y buscaremos los gestos que consideremos más hermosos para mostrarle nuestro amor. Como hizo aquella mujer pecadora. Con cuántos gestos de amor tenemos que aprender a acoger a Jesús. Y el reconocimiento de nuestro pecado no es para anularnos, sino para sentirnos perdonados por El y sentir esa paz tan hermosa que El nos da. ‘Tu fe te ha salvado, vete en paz’, nos dice también a nosotros. Siéntela en tu corazón y llévala también a los demás.
Nos preguntábamos antes si acaso Jesús no iba buscando también el cambio del corazón de aquel fariseo que lo había invitado. Cuando meditamos este texto del evangelio nos fijamos poco en el fariseo, si acaso con algo de conmiseración por nuestra parte porque decimos que pensaba mal en su interior. Jesús conocía lo que pensaba aquel hombre sobre el hecho de que la mujer pecadora estuviera haciendo lo que hacía.
Por eso Jesús le propone la parábola de los dos deudores. Pero es que Jesús lo que está queriendo hacer comprender a aquel hombre es que no puede pensar mal ni juzgar. Que fácil nos es hacer eso a nosotros también tantas veces. Le hizo ver Jesús que en aquella mujer, aunque fuera muy pecadora, había mucho amor. Ni se puede juzgar ni se puede condenar. ¿No estaría invitándole también a que él fuera menos duro en su vida y pusiera también más amor, compasión y misericordia en sus actitudes para con los demás? Era un cambio de actitud interior lo que necesitaba aquel hombre.
Es lo que le pide Jesús. Son muchas las actitudes interiores que también hemos de cambiar en nuestro corazón. Como decíamos somos muy fáciles a los prejuicios, a las actitudes preventivas contra los otros, a juzgar las acciones o las actitudes de los demás según nuestros pareceres, a condenar fácilmente al prójimo. Sólo Dios conoce el corazón del hombre y no somos nadie nosotros para juzgar del interior de la otra persona.
Y quien en verdad se dice seguidor de Jesús ha de llenar siempre su corazón de compasión y misericordia, porque nosotros somos deudores de la misericordia que el Señor tiene con nosotros y sólo así obtendremos también nosotros misericordia. ‘Dichosos los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia’, que nos dice la bienaventuranza.
Nuestros ojos tienen que estar llenos de luz para mirar a los demás. Y los tenemos llenos de luz cuando tenemos amor y misericordia en el corazón. Si miramos con ojos de luz seremos capaces de ver también el resplandor de luz que hay siempre en los otros. Siempre podemos encontrar algo bueno en el otro. ¿No nos gusta a nosotros que valoren lo bueno que hay en nuestra vida o lo bueno que hacemos, por muy pecadores que nos sintamos? Así tenemos que aprender nosotros a mirar a los demás.
Si sólo miramos con ojos enturbiados por las tinieblas de nuestra malicia sólo veremos sombras y tinieblas. Tenemos que aprender a tener esa nueva mirada. Quitar tinieblas de nuestros ojos y de nuestro corazón. Nos lo enseña Jesús hoy. Qué distinta era la actitud de aquel fariseo que sólo veía tinieblas y pecado en aquella mujer y la mirada de Jesús que, aunque hubiera pecado en ella, sin embargo él veía sobre todo amor. Esa mirada luminosa de Jesús llenó también de luz el corazón de aquella mujer pecadora porque salió de allí perdonada y en paz.
También nosotros necesitamos que Jesús llegue a la casa de nuestra vida. Más aún es El quien nos ha invitado a que vayamos a sentarnos a su mesa. Para eso estamos aquí en la Eucaristía. Que el Señor nos llene de su luz; que el Señor nos llene de su paz.
jueves, 10 de junio de 2010
PROCESION DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS EN SANTIAGO JUNIO 2010
domingo, 6 de junio de 2010
HOMILIA DE CORPUS CHRISTI. Junio 2010.
Sal. 120;
Mt. 5, 1-12
El primer anuncio de Jesús al comenzar a predicar por Galilea era la invitación a la conversión porque llegaba el Reino de Dios. Ese anuncio del Reino de Dios, el explicarnos cómo era ese Reinado de Dios y cómo habíamos de pertenecer a él fue la constante de su predicación con las parábolas y con los signos que realizaba.Hoy hemos comenzado a escuchar el llamado Sermón del Monte, discurso que resumen en cierto modo el mensaje del Reino y que comienza con la proclamación de las Bienaventuranzas. Viene a decir quienes van a pertenecer a ese Reino de los cielos, y podíamos decir que están como enmarcada en aquellas en las que nos dice ‘y de ellos es el Reino de los cielos’.Podemos seguir recordando otros texto del evangelio, como fue la proclamación del texto de Isaías en la Sinagoga de Nazaret que nos narra san Lucas.
jueves, 3 de junio de 2010
HOY SE INICIA TRIDUO DE ADORACIÓN EN NUESTRA PARROQUIA DE RINCONADA DE SILVA. JUNIO 2010.
En muchos lugares es una fiesta de especial relevancia y en varios países es un día festivo oficial (ciertas partes de España, Austria, partes de Alemania y Suiza, Brasil, República Dominicana, Bolivia, Colombia, Croacia, Polonia, Trinidad y Tobago, Portugal, Perú, Venezuela)y Ecuador.
Las celebraciones del Corpus suelen incluir una procesión en la que la hostia, el mismo Cuerpo de Cristo, se exhibe en una custodia.
Dicho popular: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión.
miércoles, 2 de junio de 2010
NUESTRA SEÑORA, NOS ENTREGA UN MENSAJE ACTUALIZADO. Junio 2010
EL 25 DE MARZO DE 2010
“Queridos hijos:
También hoy deseo llamarlos a todos ustedes a estar firmes en la oración y en los momentos en que las pruebas los atacan.
Vivan su vocación cristiana con gozo y humildad, y den testimonio a todos.
Yo estoy con ustedes y los llevo frente a mi Hijo Jesús, y Él será vuestra fortaleza y apoyo.
Gracias por haber respondido a mi llamado”.
LAICA ALEJANDRA DA COSTA. TESTIMONIO DE FE. Junio 2010
LA EFICACIA DE LA ORACION DE
LOS LAICOS POR LOS SACERDOTES.
ALEJANDRINA DA COSTA, Cooperadora Salesiana portuguesa beatificada por Juan Pablo II el 25 de abril de 2004, fue un alma victima durante casi toda su vida, incluso viviendo en su cuerpo la Pasión de Jesús. Los Terciarios Transfiguristas podrían tenerla como modelo en el futuro.
Ella nos entrega un bonito testimonio que nos muestra la eficacia de la oración de los laicos, unida con sus sacrificios.
En 1941 Alejandrina escribió a su padre espiritual, Padre Mariano Pinho, que Jesús le había dirigido esta súplica: “Hija mía, en Lisboa vive un sacerdote que corre el riesgo de condenarse por la eternidad; él me ofende de modo grave. Llama a tu padre espiritual y pídele el permiso para que yo te haga sufrir durante la pasión, de modo particular por aquella alma”.
Recibido el permiso, Alejandrina sufrió muchísimo. Sentía el peso de los pecados de aquel sacerdote que no quería saber más nada de Dios y estaba por condenarse. La pobrecita vivía en su cuerpo el estado infernal en que se encontraba el sacerdote y suplicaba: “¡No al infierno, no! Me ofrezco en holocausto por él hasta cuando Tú lo quieras!”. Ella escuchó hasta el nombre y el apellido del sacerdote.
P. Pinho quiso entonces indagar con el cardenal de Lisboa si en aquel momento existía un sacerdote que le causaba aflicciones. El cardenal le confirmó con sinceridad que efectivamente había un sacerdote que le daba muchas preocupaciones; cuando le reveló el nombre, era justamente el mismo que Jesús había nombrado a Alejandrina.
Algunos meses después le fue referido a P. Pinho, por parte de un amigo sacerdote, Padre David Novais, un acontecimiento particular. Padre David había apenas realizado un curso de ejercicios espirituales en Fátima, en el cual también había participado un señor reservado, que había sido notado por todos por su comportamiento ejemplar. Aquel hombre, la última tarde de los ejercicios, sufrió un ataque de corazón; después de llamar a un sacerdote, pudo confesarse y recibir la Santísima Comunión. Poco después murió, reconciliado con Dios. Se descubrió que aquel señor, vestido de laico, era un sacerdote y era precisamente aquella persona por quien Alejandrina había luchado tanto.
Por lo tanto, lo mejor que los laicos pueden hacer por los sacerdotes, no es criticarlos si se equivocan o caen, sino orar sin cesar, para que sean santos.
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